28 de mayo de 2009

La escalofriante cogida de Israel Lancho



La 20ª corrida de la Feria de San Isidro celebrada el miércoles 27 estuvo a punto de terminar en tragedia; el diestro extremeño Israel Lancho fue cogido cuando entraba a matar el último de los toros de la ganadería portuguesa de Palha, que le empitonó a la altura de su costado derecho, manteniéndole enganchado unos dramáticos segundos en los que muchos espectadores pensaron lo peor. La sombra de las terribles cornadas que costaron la vida a JoséCubero "Yiyo" en la plaza de Colmenar Viejo en 1985 y a Manolo Montoliú cuando formaba parte de la cuadrilla de José María Manzanares en la Plaza de la Maestranza de Sevilla en 1992 corrió por el Coso de Las Ventas. Afortunadamente el diestro fue operado con éxito en la misma plaza y, aunque sigue grave, parece que salvará la vida.

Aunque mis ancestros más inmediatos eran unos taurinos impenitentes, auténticos expertos en el tema y de pequeño desarrollé una precoz afición a la fiesta nacional -entre mis fotos familiares se conservan unas cuantas brindando la muerte de un toro a la Madre Superiora del Colegio al que acudí hasta los seis años- no he llegado a alcanzar grandes conocimientos taurinos. A pesar de ello el mundo de los toros me atrae bastante y me resultan deliciosas las escenas castizas de los expertos valorando las condiciones de toros y toreros en gradas y tendidos, de las peinetas y mantillas, los capotes de paseo, los "haigas" de los toreros -hoy sustituidos por prácticas furgonetas-, los monosabios, las mulillas, los alguacilillos, los brindis al público, los entresijos del callejón y las "peloteras" con la presidencia.

Escenas estremecedoras como la que ya casi todos hemos visto nos pueden mover a rechazar este espectáculo, pero al menos por mi parte, no se si arrastrado por la fuerza de la sangre, la del sentimiento propio español o cualquier otra razón, pienso que vale la pena conservar lo que los de siempre llaman, con el orgullo de quien siente la afición como propia, "la fiesta". A lo mejor sometido a ciertos topicazos y a la pasión por las tradiciones, entiendo que la escena del hombre audaz jugándose la vida con un astado y la de éste sacrificando noblemente la suya siguen teniendo valor y vigencia en los inicios del siglo XXI.

Me gustaría saber más, entender porqué José Tomás es distinto, calibrar si opto por la técnica de Enrique Ponce, el duende de "Morante de la Puebla", el poderío de "El Juli" o la juventud de Perera y Talavante o estremecerme cuando los toros son de Victorino o de Celestino Cuadri; pero por ahora me conformo con mirar de reojo la supervivencia contra viento y marea de una tradición y disfrutar con un ambiente que muchas veces intuyo más que contemplo.


Foto: www.as.com


15 comentarios:

Anónimo dijo...

TOROS ¡¡NO!!

No entiendo como puede haber personas que disfrutan con semejante espectáculo.

Viendo la imagen que has puesto, con el toro ensangrentado, con las banderillas clavadas,lo siento, pero lo único que pienso es: QUE SE FASTIDIE LO TIENE MERECIDO.

Modestino dijo...

Pues no comparto en absoluto lo que dices. Sobre todo lo último, es una frase desacertada, en mi opinión, y peligrosa si la empiezas a extender a otros ámbitos.

Modestino dijo...

A mí lo que me estremece, sobre todo, es el torero herido.

Anónimo dijo...

Si extender a otros ámbitos te refires a la pena de muerte, por supuesto que estoy en contra.

Considero que el riesgo que corren es un riesgo INÚTIL, lo hacen simplemente para ser famosos ,ganar dinero y viajar con un Mercedes.
Creo que jugándose la vida así, no ayudan a nadie ni solucionan ningún problema.

Cuando veo como torturan al pobre animal, no puedo evitar ponerme a favor del toro.

Modestino dijo...

Hoy he leido en la portada de "El País" que en Málaga han linchado a un atracador .... ¿también se lon tenía merecido? ... a este tipo de cosas me refería, a que es muy peligroso hablar de merecerse males.

Tu segunda crítica la veo razonable, es posible que haýa mucho que decir de esas ambiciones, como en el deporte, en el cine, ...

No tengo tan claro que se torture al animal, por otra parte.

María dijo...

A mi no me gustan los toros, aunque tampoco soy antitaurina.

Pero no creo que jugarse la vida delante de un toro se haga sólo por ser famosos o por el dinero. Yo creo que tiene que haber algo más,algo que no acierto a entender... pero no sólo por el dinero o la fama, seguro que no.

Modestino dijo...

Es evidente que hay un "gusanillo", una buena parte vocacional en ser torero.

Lo que pasa es que, como en el futbol, muchos se han materializado en exceso: y hay demasiada ambición y demasiados intereses creados por medio.

Rosaura dijo...

La verdad es que escoges muy bien los temas porque es evidente que la cogida del otro día no pudo dejar indiferente a nadie y permite replantearse el tema de las corridas de toros.
La verdad es que yo al igual que tú no pienso demasiado en el toro, su muerte debe ser horrible pero también la de los que van al matadero y el toro bravo hasta entonces ha vivido inmejorablemente bien, yo en quien pienso es en el torero, no soporto ver una corrida por la tensión de que pueda producirse una cogida y pienso que no debería permitirse un espectáculo en el que una persona pone su vida en riesgo de esa manera para diversión de otros, por supuesto tampoco me gustan las carreras de coches ni ningún espectáculo en que el que esté en juego la vida de una persona, no puedo disfrutar así, si se produce la muerte de alguien creo que ya no compensa nada, no quiero ni pensar si el toro llega a matar al torero el otro día, que muerte tan salvaje y tan espantosa para los que estuvieran viéndolo.
Me he limitado a dar mi opinión en este tema aunque con todo el respeto para opiniones contrarias, ya se que hay auténticos tratados sobre toros y que hay personas que ven de modo muy poético una corrida y es cierto que sin riesgo no tendría tanto mérito lo que hacen los toreros, pero si tuviera que votar votaría en contra.
Por otro lado tengo que decir que que incurro en una gran contradicción y es con los sanfermines, reconozco que un encierro, si es rápido y no hay problemas con algún toro es un espectáculo impresionante y precioso, de hecho yo soy de las que se levantan a las 8 en verano solo para verlo.

Modestino dijo...

He aquí dos visiones distintas y contrarias a los toros: la de quien sufre por el animal y piensa que el torero se merece la herida y la de quien sufre por el matador.

Yo asumo que defender los toros es difícil hoy en día, pero a mí me dolería que desapareciesen.

Modestino dijo...

Por lo visto hay polémica por la actitud del mayoral de la Ganadería de Palha al salir a saludar al acabar la corrida, cuando aún no se sabía si Israel Lancho lograría salvar la vida. Muchos consideran una frivolidad esta actitud.

Dejo enlace: http://www.elmundo.es/elmundo/2009/05/29/toros/1243616021.html

Brunetti dijo...

Cuanto más mayor me hago, menos me gustan los toros, Modestino. Y eso que, mal que bien, logro apreciar y entender la filosofía que mueve este espectáculo (elevado a la categoría de arte por algunos).

En mi opinión, los corridas de toros acabarán desapareciendo más pronto que tarde, porque la tendencia -inexorable- va en ese sentido. Además, y salvo quizá en Andalucía, a los jóvenes apenas les interesa este tema. No hay cantera.

Modestino dijo...

És posible que no haya cantera, pero por ejemplo aquí en San Lorenzo el tendido de sol se llena de jóvenes ... aunque dada su actitud, su estado etílico, sus reacciones, ... es posible que para ellos lo de menos sean los toros.

Tintin dijo...

Has sacado - oportuna y con la actualidad de la noticia - un tema clásicamente polémico. Recuerdo esos programas de los 80, cuando una España adolescente en democracia disfrutaba en esos debates de Jesús Hermida en el que cada tertuliano no se bajaba del burro ni medio milímetro. Eso mismo ocurre con muchos otros: aborto,política, etc. Cada uno arranca con su idea, y nadie está dispuesto a dejarse convencer. Respecto a los toros, y por supuesto con un posicionamiento estético favorable, he desarrollado una ideología matizada que se resume de esta manera:

1º El espectáculo, objetivamente, y desnudo de una idea espiritualizada y mitológica ancestral, es una barbaridad.

2º Debe aceptarse que existe "algo" en esa escena del hombre con el animal fiero.

3º Debe ser una escena noble y limpia. No vale el afeitado ni la manipulación, trampa que está extendidísima. Si rebajamos medio grado el cumplimiento riguroso, noble y limpio de la lidia, volvemos a la barbarie.

4º El toro participa de un rito "sagrado", al que llega respetado y cuidado. Los romanos celebraban ceremonias litúrgicas en favor de la diosa Cibeles degollando toros. Todos coemos huevos de gallinas enjauladas. No rechazo el trato digno al animal, pero creo que el toro mantiene una posición especial , insisto, siempre que se respete la pureza de las reglas.

5º Estas reglas no son aplicables a la mayoría de las corridas que se celebran en España, ni a casi ningún espectáculo taurino. La gente disfruta golpeando a una vaquilla, y arrojándose al agua, en posición de ventaja y sin respetar al animal.

Perdón por el coñazo.

Modestino dijo...

Muy buen comentario Tintín, creo que has dado bastante en el clavo.

Respecto a lo que pasa en la mayoría de las corridas, me faltan datos y conocimientos.

En cuanto a los "espectáculos" de vaquillas y asimilados, pienso que son cosamuy distinta d ela fiesta taurina y entran dentro de esas aficiones a desterrar como descabezar patos, etc. Recuerdo cuando hacía la mili en Valencia haber asistido a un toro embolado en un pueblo llamado Masamagrell, en el que se le hacían al animal todo tipo de perrerías; afortunadamente se ha legislado y restringido mucho sobre este tipo de eventos.

Suso dijo...

El otro día oí un comentario sobre José Tomás que me gustó.

"No me gusta-decía el tertuliano- yo cuando voy a los toros voy a disfrutar y gritar "¡¡¡olé!!!"...y con éste hombre no paro de gritar "¡¡¡AY,DIOS MÍO!!!