15 de febrero de 2009

"Esplendor en la yerba"

"Aunque mis ojos ya no puedan ver ese puro destello, que me deslumbraba. Aunque ya nada pueda devolver la hora del esplendor en la yerba de la gloria en las flores, no hay que afligirse. Porque la belleza siempre subsiste en el recuerdo..."

Éstos son algunos de los versos de la oda del poeta británico William Wordsworth titulada "Intimations of mortality from recollections of early childhood" de los que se valió Elia Kazan, a la hora de llevar a la gran pantalla esta obra, encargo del propio Kazan para el dramaturgo William Inge, quien posteriormente recibiría el Oscar al mejor guión por esta misma cinta...

"Esplendor en la yerba" es una película especial, estrenada en 1961 supuso todo un fenómeno en la época; Kazan escandalizó a una parte de la puritana sociedad norteamericana, y nos presentó un cuadro fresco de amores imposibles en tiempos difíciles. El cineasta de origen griego describe con igual agilidad los amores de unos jovencísimos novios de Kansas y el choque entre sus familias como el dramático crack económico de 1928 y sus trágicas consecuencias.

El argumento del que se parte es sencillo: Deanie y Bud se aman y desde el primer momento deciden no separarse jamás; sin embargo, las diferencias sociales entre ambos y las presiones familiares van minando su relación hasta acabar decidiendo su suerte.

"Esplendor en la yerba" supuso la presentación en pantalla de Warren Beatty, hermano menor de la gran Shirley McLane y la triunfal reaparición de una espléndida Natalie Wood, quien ya había mostrado sus dotes artísticas y su belleza como niña prodigio en "Rebelde sin causa" y "West Side Story"; Natalie fue nominada al Oscar por este trabajo, pero tuvo que claudicar ante la enorme fuerza de una Sofía Loren cuyo "esplendor" era aún más pleno. Destaca una espléndida banda sonora a cargo de David Amram y una no menos sorprendente fotografía colorista de Boris Kaufman ("Doce hombres sin piedad" y "La ley del silencio").

He encontrado unos comentarios anónimos que no me resisto a recoger: "La película huele a primavera, tiene la luz de la primavera, la fuerza de la primavera y los versos de Wordsworth son pura primavera. Por eso, cuando llegan estas fechas, es fácil caer en la nostalgia, que ésta haga aflorar el recuerdo que dejó la película y la película reabra la herida juvenil que casi nunca cicatriza sin dejar marca. Llega la desazón o, dependiendo de cómo hayan terminado las particulares y enconadas peleas con la realidad, la aceptación beatífica de lo que pudo ser y no fue."

"La primavera es más que un estación. Es una sensación, una amalgama de sabores, colores y alergias. Es, para una parte de la humanidad, una forma de entender la vida. Es, para el resto, un lugar de tránsito por el que ya no se volverá a transitar. La primavera, como todo, hay que aprovecharla al máximo. Exprimirle sus jugos y emborracharse tanto con ellos que la resaca dure para los restos. Si no se hace así, se puede terminar escribiendo un editorial como este mientras en la cabeza resuenan machaconamente las últimas frases de “Esplendor en la yerba”"

Dennis Loomis (Natalie Wood), justo antes de casarse con otro –han pasado muchas cosas y mucho tiempo- le pregunta a Bud Stumper (Warren Beatty): "¿Eres feliz?",
él le sonríe encogiéndose de hombros y le contesta: "Ya no tengo tiempo de pensar en eso".

Me encanta la frase que da título y mensaje a la película; cuando entras en esa crisis que suele suceder al llegar a los 40 años, a los 50 ... que entre otras manifestaciones te lleva a sentirte con las manos vacías, con un pasado que se te viene encima, con tanta gente querida que ha quedado en el camino, es un consuelo, entre otros tal vez más trascendentes, recordar eso de que "la belleza permanece en el recuerdo", máxime si viene a tu memoria el bonito rostro de Natalie Wood.



9 comentarios:

annemarie dijo...

Si me permites un comentario a tu comentario al verso de tu descontentamiento :)), el recuerdo no me parece grande consuelo :))

Modestino dijo...

Pues yo sí encuentro consuelo en muchos recuerdos: la bondad, la belleza, la lealtad,...son valores que dejan huella, aunque la persona que los tenía ya no esté o se encuentre lejos. Los momentos gratos de amor y amistad, una sonrisa, una excursión, una cena de amigos,...
Incluso un amor que ha acabado mal: "...es mejor querer y después perder que nunca hacer querido...".
Por supuesto, hay recuerdos que nunca supondrán consuelo alguno.

annemarie dijo...

Sí, tienes razón.

Suso dijo...

¿Yerba?,¿hierba?...capta el cartel,amigo.

Anónimo dijo...

También es justo destacar, junto a los dos protagonistas, el trabajo de Pat Hingle, gran secundario de Hollywood fallecido a principios de este año, que interpretaba al padre de Bud.

Cuando mencionan a Warren Beatty, siempre recuerdo aquello que dijo Woody Allen de que después de su muerte le gustaría reencarnarse en las yemas de los dedos de Beatty.

Modestino dijo...

Modificado el título, queda pues "yerba".

Efectivamente, recuerdo la magnífica interpretacioón de Pat Hingle; repasando he comprobado que interviene en varias entregas de Batman y en películas de cierto nombre como "Diagnóstico asesinato".

sunsi dijo...

Alguna vez he escuchado que en momentos de crisis es bueno pararse y rememorar todos aquellos buenos ratos que pasamos, aquellos paisajes que contemplamos, todos aquellos detalles que nos ilusionaron, aquellas películas que vimos "juntos", cuado te soprendió o lo sorprendiste con un regalo inesperado, esa cena que fue inolvidable por... Todo eso que queda en el recuerdo puede ser lo que sustenta de nuevo otros horizontes, más maduros por la edad . El recuerdo no se esfuma. El recuerdo es un almacén increíble. Abrirlo y sacarle el polvo te puede "resucitar". Estoy de acuerdo contigo. Y es aplicable a muchos campos de la vida.

Saludos

Modestino dijo...

Has resumido de miedo mi visión de la jugada. Los recuerdos te dan vida, no lo dudes.

Medianoche dijo...

Una de las peliculas de románticas que más impacto causo en mi. Quién me iba a decir que con el tiempo viviría una historia de amor correspondido, pero imposible. Jamás olvidaré esos recuerdo ni esas sensaciones.