2 de julio de 2008

Vacaciones




Mañana comienzo mis vacaciones; ésto va tan deprisa que al cabo de los años irse de veraneo parece que acaba perdiendo ese matiz mágico, especial, novedoso. Aún tenemos en la retina las experiencias del verano anterior y te toca de nuevo coger el montante y pasar unos días de descanso lejos de tu sede habitual: no pretendo construir una especie de coplas de Jorge Manrique para agencias de viajes, sino constatar que a cada década que pasas los acontecimientos son más fugaces. Cuando era niño irse de vacaciones era casi una aventura, ante ti se abría un panorama apasionante, ahora al tiempo que te marchas ya estás empezando a hacer planes para el regreso, algo que se presenta casi como si fuera pasado mañana.

Me debo de estar haciendo viejo, pues ya no aspiro a grandes viajes ni a grandes aventuras. Fundamentalmente pretendo descansar, recuperar fuerzas, disfrutar sanamente de las personas queridas y de las cosas de la vida y despejar de la cabeza aquellas cuestiones que me han quitado paz y serenidad en los últimos meses.

Cada uno tiene sus planteamientos y, sobre todo, su manera de ser, por esto no pretendo ni elaborar recetas ni fijar criterios de lo que debe de hacerse en vacaciones, pues considero craso error pretender ampliar la nómina de los dogmas; pero un servidor, que de ingeniero -por suerte o por desgracia- no tiene ni un gramo, huye como de la pólvora del descanso organizado. No tengo planes para el verano, lo único que en estos momentos me importa es encontrar paz y recuperar fuerzas.

Las vacaciones de verano están para eso, para ser feliz, para descansar. Y este planteamiento no lo pretendo hacer desde una perspectiva egoísta; entiendo que vale para todos, también para quienes tienen hijos pequeños y un veraneo puede suponer tanta o más faena que, como dicen en Cataluña, "los días de cada día", tan solo se trata de aprender a divertirse, algo que no siempre equivale ni a grandes viajes, ni a grandes planes ni a grandes espectáculos.

Cada uno sabemos donde nos encontramos a gusto y tan sólo se trata de compaginarlo con las posibilidades que tenemos a mano. Yo me embarco -metafóricamente, porque viajo en AVE- con la ilusión de leer buenos -y entretenidos- libros, de callejear sin rumbo, de reencontrarme con unos cuantos viejos amigos y de estar en paz con Dios y con los hombres.

Hasta la vuelta¡¡¡

Fotos: cardila.wordpress.com; http://www.reena.es/; inaicool.wordpress.com;

5 comentarios:

Suso dijo...

Desacansa...la vuelta promete ser movida

Anónimo dijo...

las vacaciones son para disfrutar y sobre todo descansar de hacer lo de siempre...
yo recuerdo cuando era niña, que salir de vacaciones, cuando menos era todo una odisea, mirando las ruedas del coche, el aceite, en fin los ´todos los niveles! para hacer 400 km en 7 horas...como pasa el tiempo de rápido...eso sí, las vacaciones más!

Anónimo dijo...

Descansa mucho y bien Modestino. Veo que tienes buenos mimbres para ello, porque tanta gente sale de la gran ciudad para meterse en la gran playa, abrasarse al sol, tras un largo y agotador viaje, cargando con montones de cosas, pasar todo un día deshaciendo equipajes... y al cabo de menos de lo que habían pensado, ya están rehaciendo las maletas, vuelta a la carretera y al día de cada día.
Viva el libro, la sombra y el silencio de un buen lugar sin mucha gente, y a poder ser, con algunos amigos.

Anónimo dijo...

Espero que estés descansando con los libros y con los paseos tan esperados, a los que el calor no te haga desistir, aunque sea ya con "la fresca". Hasta tu vuelta al blog Modestino

Anónimo dijo...

Hola!! espero que estés disfrutando de tus vacaciones!!

Un saludo!!