20 de octubre de 2011

La filosofía del almuerzo



Hay quien llama almuerzo a la comida del mediodía, de la misma manera que algunos tienen el humor de denominar almuerzo a un café con churros y croissant o a una pulga de jamón con vino o cerveza; desconozco si algún diccionario, enciclopedia o manual de instrucciones precisa tal concepto, pero muchos tenemos bien claro que estrictamente el almuerzo requiere alimentos sólidos, dedicación de tiempo, mantel, plato, cuchillo y tenedor ... ah¡, y vaso para el vino. El almuerzo nunca ha dejado de ser una tradición en amplios sectores, muy especialmente entre los trabajadores manuales más esforzados, quienes suelen necesitar reponer fuerzas a media mañana, algo que no se consigue con el típico café "funcionarial". Es necesario al menos un bocata, y aún mucho mejor unos huevos, una tortilla de patatas y algo de embutido, de ese que entona, tanto como el tintorro, a poder ser con gaseosa. Es totalmente comprensible que quien lleva desde primeras horas en un andamio o dándole a la hormigonera, necesite destensionarse de esa manera.

Claro, que el almuerzo se ha extendido, y hay quien dedica sábados o domingos a liberar tensiones a base de colesterol y buen vino; yo ando invitado a uno de esos "ágapes", que se celebra a primera hora del sábado en lugares variados y al que procuro acudir con cierta intermitencia por cuestiones de cuidar la salud. Cuando se celebra en un bar "ad hoc" los protagonistas suelen ser uno o dos huevos fritos y la compañía de jamón, chorizo o longaniza, aunque cuando tiene lugar en locales propios de alguno de los asistentes la imaginación se amplia y siempre cae alguna ensalada con mucho tomate de Huesca, alcachofas fritas, morcilla e incluso en alguna ocasión calçots y hasta los productos más radicales del cerdo como la panceta o la papada, tan sabrosos como prohibitivos para los cardiacos.

Podríamos hablar de más elementos típicos -y hasta tópicos-, como las botellas de "Veterano", "Torres" o "JB" que suelen acompañar a los cafés para llenarles de "buenos espíritus", o esos almuerzos que quienes van a cazar aseguran son lo mejor de la batida o las pitanzas que dicen se meten entre pecho y espalda esos grupos de ciclistas que los domingos deambulan por las carreteras españolas con apariencia de esforzados. De cualquier manera detrás de un almuerzo surge frecuentemente la camaradería y el rato agradable, por mucho que uno deba impedir ponerse "pino" si tiene cerca algún tipo de control analítico.




20 comentarios:

paterfamilias dijo...

¡Vaya tela! eso sí son almuerzos.

Especial gracia me ha hecho el de los "esforzados ciclistas"

Modestino dijo...

El miércoles estuve en el endocrino y me temo que se avecina una larga época de abstinencia en este sentido. Lo de "esforzados" que nadie lo interprete en sentido peyorativo: se esfuerzan y luego se dan el homenaje.

Susana dijo...

Siento que tengas que renunciar a esos almuerzos. Se ve apetecible. Un beso.

Modestino dijo...

Bueno, Susana, me apunto a la dieta mediterránea, que tampoco está mal.

Anónimo dijo...

Aquí en Cataluña, a ese tipo de almuerzos se les denomina "de forquilla", es decir, "de tenedor". Creo que la expresión no necesita muchas más aclaraciones acerca de en qué consisten: pura delicia para los sentidos (o para alguno de ellos).

Lo único negativo, si se puede calificar así, de ese tipo de yantares es que luego, tras ingerirlos, estás completamente incapacitado para toda actividad que no sea la mera contemplación y/o la siesta (llamada en este caso muy acertadamente "siesta del borrego").

De ahí que se recomiende (aunque no exista todavía prohibición legal en tal sentido, si bien todo se andará) llevarlos a cabo en sábados o festivos, como bien haces tú.

¡Salud!

sunsi dijo...

Yo ya no puedo con estos almuerzos, Modestino. Te lo digo por si te sirve de consuelo... Solo con ver la fotografía que has colgado, ya me siento más que satisfecha. A estas alturas ya sabes que te entra bien y luego lo pagas carísimo. En mi caso, con el colon irritable que se ha convertido en mi compañero de viaje.Así que hago como tú: ensalzar las virtudes de la cocina mediterránea... sin cava, salvo días excepcionales.

Con lo que tú disfrutas de las pitanzas... Cachis. Dios da pan a quien no tiene dientes.

Un saludo sin colesterol, Modestino;-)

Modestino dijo...

Recuerdo un almuerzo de esos que llamas de "forquilla" en un establecimiento de los alrededores de Tarragona denominado "Ferromar", era un domingo por la mañana y el escenario era toda una apología del almuerzo más castizo. No se si aún existe, aunque yo solamente estuve una vez y cuando me fui -año 2001- hacía ya siglos que no oía hablar de él.

La dieta mediterránea tiene sus encantos: si valoras el buen aceite de oliva, un pez bien hecho -lubina, dorada, besugo, ...- o las hortalizas bien elaboradas la alternativa no está nada mal.

Brunetti dijo...

No, ya no existe ese sitio llamado "Ferromar", aunque podríamos encontrar otros cuantos que no le irían a la zaga.

El "Anónimo" de antes era yo mismo, pero te juro que había puesto muy clarito mi psudónimo: me parece que con ese servicio de "moderación" que ha habilitado, la máquina se lía y no da pata con bolo.

¡Más salud"

Pilar Lachén dijo...

Apetece quedar para un almuerzo de los que describes mañana mismo, pero el colesterol no deja, así que volveré a leerlo y seguiré soñando.

Modestino dijo...

Ya me sí cuenta que eras tú, Brunetti, por mucho que un duende cibernetico te robe la identidad tú estilo es inconfundible.
El "Coimbra", el "Cantabrico", el "Negresco", ... son sitios adecuados al almuerzo de "forquilla".

Modestino dijo...

Sí Pilar, hay que resignarse a que determinados manjares quedan solamente para lo sueños, pero que nos quiten lo bailao :).

Driver dijo...

LA DOBLE MORAL

Los lunes suelo almorzar con mis fornidos albañiles.
Libres del control familiar, y apretándonos un par de huevos fritos con chorizo, escucho expresiones dignas de resaltar.
A saber:
"¡Todo el fin de semana a base de hierba!, ¡Manolo, una de pisto!"
o...
"¡Una cafelito, Manolo, y para mojar una de pulpo, que estoy a régimen!".
Manolo, conocedor de nuestro secreto, es discreto y no comenta.
Sabe que de un buen camarero se espera la máxima discreción.

El día que nos falle, cambiamos de bareto.

Son las reglas no escritas.

Modestino dijo...

Si los camareros hablaran ... Driver, eso de "toda el fin de semana a base de hierba" no deja de tener algo de equívoco ...;)

Brunetti dijo...

Como sé que te gusta estar bien informado, me permito actualizar la situación 'on line' de los tres establecimientos "tarragonins" que mencionas:

1º. El 'Coimbra' está regentado desde hace un par de años por chinos, justo desde que uno de los antiguos socios se tiró por el Balcón del Mediterráneo. Así pues, eliminado de la lista.

2º. El 'Cantábrico' está en traspaso desde tiempo inmemorial, pero no hay manera de que alguien se decida a alquilarlo. Además, si entras, corres el serio riesgo de quedar pegado para siempre al mostrador o al suelo: tal es su nivel de limpieza. También descartado.

3º. Por último, el 'Negresco' sigue ofreciendo tapas aceptables, aunque hace poco más de un mes falleció uno de sus dueños a los 48años de una extraña enfermedad, por lo que preveo que muy pronto comenzará su fase definitiva de decadencia.

O sea.

Modestino dijo...

Que el "Coimbra" lo regenten unos chinos -y ahora creo recordar que me lo habías dicho- es como sí el Barça fuera comprado por una empresa turca, y en cuanto a los otros: vaya panorama.
Ahora recuerdo que el camarero del Cantabrico era aficionado a la ópera y en una boda en la que coincidimos nos dio la vara hasta decir basta.

Driver dijo...

Emulando a Brunetti, paso a informar sobre la situación de los dos establecimientos donde hemos compartido pitanzas, en Madrid.

El mercado de San Ginés sigue siendo lugar de encuentro de turismo y población local, donde la vista y el espíritu siguen relajándose a la vista de las turistas que, recién llegadas del Teatro Real, engullen bocatas de jamón serrano como si mañana se fuera a acabar el mundo.
Bonito espectáculo, sin duda.

En cuanto al muy profesional camarero del "Café de Oriente", ése que nos ofreció una surtida carta de gin tonics, le ví el otro día en plena faena, manejando las botellas de ginebra con fruición y conocimiento profundo.
No me atreví a departir con él, pues mi nivel cultural sobre el gin tonic, no ha sufrido variación desde la última vez.
Sigo estancado en el Bifiter con Sueps.
Asignatura pendiente, sin duda.

veronicia dijo...

Yo soy del club "Madre no hay más que una "
Así que con toda mi cara de ciento a viento la llamo el sábado por la mañana y le pregunto si "podría desayunar huevo frito"
Es como cachondeo porque el huevo frito son dos...(con puntillas) viene con pan con tomate, jamón, o chorizo y coca-cola...

(me está entrando un hambre solo de pensar...)
Y encima mi madre me anima a comer... con frases como "te pongo otro?"

Modestino dijo...

Lo que debes echar de menos el tema, Veronicia.
Driver, volveremos a esos sitios.

Maireen dijo...

Driver, yo también era de Beefeater, pero me pasé a Hendrick's. Te la recomiendo.

En cuanto a los almuerzos, me encantaría tener tiempo a media mañana para esas cosas. Cuando estoy en el extranjero me atizo unos desayunos de escándalo (salmón ahumado, quesos, huevos...).

Modestino dijo...

Para desayunos los que se metían los protagonistas de los libros de Enid Blyton: bollos de nata, sandwichs, tarta de frambuesa, pastel de jengibre, ...
A mí también me gusta la ginebra London, y el Gin-tonic en copa de balón, con mucho hielo y rodajas de lima.