10 de enero de 2009

"Romero sólo ...", León Felipe




Ser en la vida romero,
romero sólo que cruza siempre por caminos nuevos;
ser en la vida romero,
sin más oficio, sin otro nombre y sin pueblo...
Ser en la vida romero... romero... sólo romero.
Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Que no se acostumbre el pie a pisar el mismo suelo,
ni el tablado de la farsa, ni la losa de los templos,
para que nunca recemos
como el sacristán los rezos,
ni como el cómico viejo
digamos los versos.

La mano ociosa es quien tiene más fino el tacto en los dedos,
decía el príncipe Hamlet, viendo
cómo cavaba una fosa y cantaba al mismo tiempo
un sepulturero.

No sabiendo los oficios los haremos con respeto.
Para enterrar a los muertos como debemos
cualquiera sirve, cualquiera... menos un sepulturero.
Un día todos sabemos hacer justicia;
tan bien como el rey hebreo,
la hizo Sancho el escudero
y el villano Pedro Crespo...

Que no hagan callo las cosas ni en el alma ni en el cuerpo...
pasar por todo una vez, una vez sólo y ligero,
ligero, siempre ligero.

Sensibles a todo viento
y bajo todos los cielos,
Poetas, nunca cantemos
la vida de un mismo pueblo,
ni la flor de un solo huerto ...
Que sean todos los pueblos
y todos los huertos nuestros.


Se trata de una poesía que me parece un canto a la universalidad, una llamada a no ser indiferentes a nada y a nadie. Es un mensaje que anima a innovar, a adaptarnos a lo que nos encontramos, a sacar partido de cada experiencia, de cada visión, de cada encuentro. De cualquier manera, seguro que habrá alguién capaz de sacar conclusiones más sólidas, más interesantes

6 comentarios:

Anónimo dijo...

León Felipe. Un poeta maldito en una época. Quizá fue una época en la que casi todo lo que olía a pensar sin dirigismos, a pisar todos los suelos, a soñar desde distintas nubes... se apartaba de un manotazo.

Precioso poema. Gracias por rescatarlo. No es nada fácil que la vida no te construya un callo en el corazón. No es fácil porque tendemos a encontrar un rincón cómodo y, en cuanto estamos instalados, no nos movemos. Y vemos pasar la historia como en el cine ... sin salir de nuestro asiento. No nos vamos a Sevilla por si acaso perdemos nuestra silla.

Tengo romero en casa. Creo que, a partir de hoy, su fragancia olerá a León Felipe y a manos que se mueven y a corazón que palpita y a sangre que corre. A todo menos a quedarme quieta.
Gracias, como siempre.

Anónimo dijo...

Gracias Modestino por el poema; es bonito y sugiere todas esas aspiraciones de alegría, generosidad, amistad sin buscar ni remotamente el interés, no golpearnos el pecho a cada paso que damos, y pasar con esa elegancia discreta del que se siente sereno y satisfecho haciendo lo que el sentido común recio y firme nos dicta en cada momento.

Modestino dijo...

Gracias a ambos por los comentarios; efectivamente la poesía es muy sugerente.

Son de admirar esas personas que destacan por la discrección, por el saber estar en su sitio. Gente que ni s epone medallas, ni se dedica a dar lecciones que nadie le ha pedido, ni a buscar lo negativo, ni a arrimar el ascua a su sardina.

Máster en nubes dijo...

El romero es fuerte pero no es duro. El callo lo tienen quienes son duros, duras. La fortaleza, como el romero, quien puede crecer y pasar por dificultades y estar contento, sin esa huella de piel dura que la vida a veces te puede hacer.

Saludos

Modestino dijo...

Tienes razón, Master, a veces po capa de fortaleza sólo hay insensibilidad, amargura, cerrazón; y. Al revés, hay personas que parecen frágiles y esconden una gran fortaleza que nunca repercute negativamente en los demás.

Sir Chupulún Ene Safarrancho Porrazo dijo...

muy reflexivo me dejó y quedé perplejo .... es como una oración