Uno agradece las sonrisas, ... las que son sinceras, las genuinas, las que demuestran cariño, nobleza, positivismo. Yo las veo cada mañana, a primera hora, desde el lado opuesto de una barra de bar, a veces en los frios pasillos de mi lugar de trabajo, ... incluso en la calle, porque hay gente capaz de exhibir y transmitir su optimismo, ... ¿por qué no pensar que son sinceras?.
Y hay sonrisas más cercanas, de esas personas amigas que andan dispuestas a ofrecerte lo mejor aunque tal vez anden con el alma cargada y se vean en la obligación de forzarla. En ocasiones pienso que no soy capaz de agradecer con rapidez ni intensidad, el arte de acompañar, comprender, consolar, ... de los verdaderos amigos. Que no duden que lo valoro.
Y ando, al igual que Diógenes buscando hombres honestos con su lámpara encendida, creciente en mi empeño por encontrar esos carácteres entusiastas, esas personas cuyas actitudes te impulsan a ser mejor.
2 comentarios:
Procuro sonreir aunque no tenga ganas. Un beso
Por doquiera busqué la paz, sin hallarla más que en un rincón y con un libro...
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