23 de febrero de 2013

El primer Burgos que llegó a Primera


                                       Arriba: Bilbao, Capón, Astorga, Raúl, Benegas, Ederra.
                                       Abajo: Mendiolea, Jacquet, Aitor Aguirre, Olalde y Requejo.

Para los zaragocistas la temporada 1970-71 fue nefasta, pues el equipo, tras años de gloria bajo el imperio de los míticos "Cinco magníficos" se fue a 2ª División; pero no en todos los lugares hubo drama, y en Burgos, a orillas del Arlanzón y con el testigo imponente de la catedral gótica más bella del mundo, se festejó el ascenso a la máxima categoría. Era un año en el que se ampliaba la primera división y solamente bajaron dos clubes -el Elche acompañó a los maños- y junto a los castellanos lograron el ascenso Betis, Córdoba y Deportivo de La Coruña; éstos tres últimos no hacía demasiado tiempo que se habían codeado ya con los grandes, pero para el Burgos la experiencia era nueva; hasta ese año, el Burgos no era más que un equipo modesto de la división intermedia, un conjunto que se conformaba con ir salvando una categoría en la que por entonces pululaban equipos como la Unión Popular de Langreo, el Racing de Ferrol, la Cultural Leonesa, el Castellón, el San Andrés o el Mestalla. Pero ese año, a las órdenes de un mister veterano como Ignacio Eizaguirre, el Burgos mantuvo una regularidad admirable y supo aguantar en cabeza hasta el final. El ascenso se edificó sobre una trayectoria impecable en El Plantío, donde solamente cedió tres empates, mientras que fuera de casa el equipo bajaba su rendimiento, a pesar de lo cual llegó a obtener tres triunfos fundamentales en Vallecas, Logroño y Puertollano.

El equipo del ascenso se edificó con jugadores procedentes del fútbol vasco; destaca la presencia de dos auténticas leyendas del fútbol: Victoriano Bilbao, un portero que tenía ya 34 años y habiéndose formado en la cantera del Arenas de Guecho, llegó a militar en el Atlético de Madrid, club con el que había jugado la Copa de Europa, fichando luego por el Hércules, con quien también jugó en 1ª división y Luis María Astorga, un veteranísmo lateral que era el capitán del equipo, el típico jugador de raza que siempre ha defendido los mismos colores. Destacaban también, tanto que jugaron prácticamente todos los encuentros, dos jugadores que habían defendido durante unos años la camiseta del Athletic de Bilbao, el central Raúl, típico jugador rocoso y duro, un auténtico tallo inexpugnable por alto y el extremo diestro Arraiz, un hombre rápido que debutó con fuerza en San Mamés, pero que no terminó de cumplir con las expectativas creadas en el Bocho. El lateral zurdo era para el guipuzcoano Aramburuzabala, mientras que la pareja de volantes la formaban el vizcaíno Alcorta I y el navarro Ederra, un buen medio de cierre que jugaría años después en el Granada de Castellanos, Montero Castillo, Aguirre Suárez, ... En zonas de ataque los protagonistas de la temporada fueron dos: Requejo, un joven interior, de poca envergadura pero con una zurda de oro, formado en la cantera del club y al que se adivinaba un futuro prometedor, que fue el máximo goleador con 9 tantos y el ariete Mendiolea, natural de Santurce y que marcó ocho goles importantísimos para el ascenso. En el interior derecho se alineaba el guipuzcoano Olalde, un tipo espigado, luchador y con cierta facilidad para el gol, destacando sobremanera el extremo izquierdo Angelín, zaragozano formado en la cantera del club de la capital maña que había tenido que emigrar para triunfar, haciéndolo primero en el Hércules y posteriormente en el Burgos, figurando en la foto adjunta junto al meta Bilbao: Angelín era rapidísimo y poseía un excelente disparo. El extremo Nájera, el volante valenciano Nebot y el ariete Chomin fueron otros jugadores con cierta presencia en el equipo a lo largo del histórico curso del ascenso.

 
Los castellanos prepararon la temporada en la máxima categoría sin grandes dispendios; consiguieron mantener el bloque del ascenso y acudieron al Atlético de Madrid para pedir que les echara una mano; de esta forma llegaron al club del plantío tres jugadores jóvenes y con mucho futuro: el lateral Capón, una de las grandes promesas de la cantera atlética que al año siguiente regresaría al Vicente Calderón por la puerta grande y sería trece veces internacional y dos paraguayos - el Atlético tenía abundantes sudamericanos en plantilla-, Benegas, medio defensivo durísimo y muy seguro y Jacquet, un centrocampista ofensivo que había fichado ese mismo años por los colchoneros. El Athletic de Bilbao les cedió a Aitor Aguirre, un ariete "larguísimo" que poseía un imponente remate de cabeza y jugaría casi toda su carrera profesional en primera con Racing de Santander, Sevilla y el propio Athletic, mientras se trajo del Mallorca al delantero asturiano Quirós, quien años atrás había tenido un fugaz y nada brillante paso por La Romareda. Para dirigi al equipo se optó por un jovencísimo entrenador al que también se fue a buscar a orillas del Manzanares, Mariano Moreno, quien manejaba las divisiones inferiores rojiblancas y que junto a hombres como Chus Pereda y Vicente Miera ocuparía responsabilidades notorias en el equipo téncico de la Federación Española años después. Como era de esperar el año resultó difícil, pero los burgaleses supieron administrar bien sus cartas, haciendo una buena primera vuelta y sabiendo sufrir en la segunda para terminar conservando la categoría, aunque no se ahorrasen sustos finales. Para el éxito de la aventura fue necesario que los veteranos Bilbao y Astorga repitieran una campaña excepcional, jugando casi el pleno de encuentros, que los tres cedidos del Atlético demostraran que su fama no era gratuita y que el resto de jugadores se apretaran los machos hasta el último minuto. Los 10 goles de Requejo y los 5 de Olalde y Angelín también influyeron en el éxito.

Pero el Burgos era un modesto, y a esta clase de equipos no le resultaba fácil conseguir mantener una situación equilibrada cada año; terminada la primera temporada en la cima los mejores jugadores abandonaron el barco: el club no renovó a Bilbao, que se fue a Baracaldo, Aitor Aguirre fue repescado por el Athletic y vendido al Racing, Capón y Benegas se fueron al Calderón a jugarse un puesto y Jacquet terminó en el recien ascendido Oviedo de Carrete, Marianín, Galán y Uría. Los técnicos burgaleses no acertaron demasiado con los recambios, llegando a "El Plantío" el lateral Osorio, que había sido internacional absoluto en sus mejores tiempos con el Español, pero cuyo mejor momento había pasado, el meta García Cuervo, eterno suplente de Castro en Gijón y el extremo valenciano Esteve, un joven que parecía se iba a comer el mundo pero que como tantos se quedó a mitad del camino. Adquirieron mayor protagonismo el lateral Gómez y el menor de los Alcorta, pero ninguno pudo evitar que los castellanos se hicieran con el farolillo rojo desde las primeras jornadas. Avanzada la temporada se hizo un intento de remontar posiciones con cuatro fichajes de urgencia: el ariete Burguete que destacaba como goleador en el Villarreal, dos jóvenes promesas del Español, el defensa Figuerola y el interior Gonzalo y Pocholo, un fino interior diestro que había jugado en Celta y Mallorca y respondió con seis goles, pero a la larga no fueron capaces de enderezar la situación y el equipo se fue a segunda. La directiva había confiado en el veterano Román Galarraga la dirección técnica del equipo, sustituyéndolo al inicio de la segunda vuelta por Rafael Zamora, ni uno ni otro evitaron un descenso que no apagó los ecos de la gesta de un club pequeño que disfrutó un par de temporadas de los cracks de la época.

En 1976 el Burgos regresó a primera bajo el mando del francés Lucien Muller y con un equipo donde destacaban jugadores del nivel de Juanito, Manzanedo, García Navajas y los yugoslavos Kresic y Katic, y, tras una refundación, aún pasearía otro Burgos por la máxima categoría, con camiseta roja y pantalón blanco, y nombres como Pedrag Juric, Joseba Aguirre, Ribera, Ayúcar, Barbáric, Tocornal, Balint o Loren, pero unos y otros son ya parte de otra historia.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

De futbol hoy solo me interesa saber que va a hacer el Zaragoza a las seis con el Valencia... a cuatro puntos del descenso; peor fue el año pasado ( lo he mirado en internet) que eramos los últimos con 15 puntos.
Seamos positivos

La Dolçeta 23F dijo...

¡Viva El Burgos! (si procede)

Pero hoy procede comentar que hemos recibido con grato agrado la visita de una Reina dos Pirncesas y un anónimo bloguero ... Entre los 4 comensales aparte de las acostubradas viandas se han repartido unos 80 caracoles ...

El sospechoso anónimo, en un ritual fuera de lo común ... ha separado unos cuantos de su ración y se los ha comido a la
en recuerdo de los amigos de un tal cajón ...

¡cómo brindando por ellos!

Salud y abrazos !!!

Modestino dijo...

Los arbitros no nos están ayudando nada.

Modestino dijo...

La cosa sigue pendiente, amigo: La Dolceta no se librará de la blogosfera.

Modestino dijo...

Por profundizar en el tema, he recordado el debut en partido televisado -temporada 1972-73- del meta Taladrid, ... a mí me llamaba la atención el nombre, aunque ahora me entero de que se trata de un pueblo asturiano.

Fue frente al Valencia de Abelardo, Sol, Jesús Martínez, Claramunt, Quino, Valdez, ... y el Burgos venció 2-1 con goles de Olalde y Ederra. Fue como el canto del cisne, pero jugó muy bien y Taladrid, una de las figuras ... aunque luego el mozo no volvió a destacar.

Brunetti dijo...

Me trae muy buenos recuerdos esta semblanza que has hecho del Burgos.

Cuando oigo el nombre de su viejo estadio, El Plantío, siempre pienso en el frío que hace allí.

Por cierto, en la actaulidad, si quieres encontrar algún rastro del Burgos, tienes que ir a mirar al Grupo VIII de la Tercera División, donde, por cierto, es líder destacado.

Algo es algo.

P.D. El anulado ayer al Real Zaragoh!za en el descuento fue una gran injusticia. Los árbitros son, en general, nefastos. Pero la imagen del equipo da motivos para el optimismo. Suerte, amigo.

Modestino dijo...

Y el gol del Valencia en fuera de juego, y el penalti sin expulsión, ...