7 de noviembre de 2011

El sonido del futuro

Al parecer hay vecinos nuevos: hace ya unos meses hubo movimientos de mudanza y en el piso de arriba escucho frecuente deambulación de chiquillería; esto no cabe duda de que es una novedad, y el que haya niños alegra el vecindario, por mucho que se escuche de vez en cuando la queja de algún impaciente. Pero donde más he notado el cambio de inquilinos ha sido por las noches, pues en varios momentos se oyen unos berridos notables, de esos que resuenan por toda la casa y casi llegan a estremecer: al parecer hay un bebé entre la parentela y éste no es de los que duermen pacíficamente de un tirón, sino que por una u otra razón el chaval reclama con puntual frecuencia la atención de sus progenitores, a quienes imagino llegando a trabajar con ojeras de un palmo. No he tenido experiencia personal y directa en el tema, pero llevo ya bastantes años comprobando como a mis compañeros -y compañeras- de trabajo les cambia la vida a la hora de la paternidad -y maternidad-, por supuesto por un montón de experiencias bonitas y gratificantes, pero también porque muchas mañanas su cara es todo un poema.

Ya he pasado de los cincuenta y tengo casi olvidado lo que es "dormir de un tirón", cada noche me despierto varias veces, aunque es bien cierto que suele tratarse de momentos breves que no afectan en exceso a mi descanso; con los llantos del piso de arriba ha surgido una nueva causa de interrupción del sueño, lo que no deja de ser una puñeta, pero a la vez uno termina pensando que el llanto de un neonato no deja de tener su parte de belleza, de ser un canto al optimismo, pues nos anuncia que hay futuro y vete a saber si el zagal que de madrugada martillea los oídos del personal será el día de mañana el sabio que encontrará el remedio al Alzheimer, el político honesto y sabio que nos sacará de la crisis o, ¿por qué no?, el genio que salvará al Zaragoza de la quiebra y lo conducirá a la gloria deportiva: Dios lo quiera.


22 comentarios:

paterfamilias dijo...

Tú que tienes mano en el Zaragoza propón que lo fichen ya. Saldrá muy bien de precio y si luego, por lo que sea, el fútbol no es lo suyo, tampoco se habrá perdido tanto. ;-)

Ojalá todos los vecinos de los que tienen/tenemos niños pequeños fueran como tú.

Modestino dijo...

El Zaragoza está ya casi en el abismo. El chaval éste me temo que tendrá que entrar en el equipo que se refunda.

Mariapi dijo...

Cuánto me alegra que lo tomes así, Modestino. Yo cuando ahora oigo por la noche llorar algún niño, después de tantos años levantándome a atenderlos digo...¡ay, qué gustico, que no es mío!

Modestino dijo...

Me hace gracia tu reacción; he de reconocer que las luces y los sonidos no me afectan en exceso por la noche.

sunsi dijo...

Estos que dan guerra son los que prometen, Modestino. Lo digo ahora que ya no me toca levantarme, "que no deja de ser una puñeta" ¡Cómo me he reído con la frase!

Post para enmarcar en comunidades de vecinos que no piensan, por ejemplo, que el del berrido es futura mano de obra y quien hará posible que cobren la pensión...

Que sea una buena semana, jurisconsulto

Susana dijo...

Por suerte, mis vecinos de arriba ya son mayorcitos, pero yo no tendría derecho a quejarme. Durante años fueron mis hijos los que pusieron banda sonora a las noches. Prefiero ese ruido a una discusión, por ejemplo. Un beso.

Modestino dijo...

De discusiones también podríamos casi todos hablar un rato: madre mía que poco pudor tienen algunos!!!.

No sabía Sunsi que los más escandalosos son los que tienen más futuro :)

Anónimo dijo...

Lo mejor que puedes hacer es cambiarte de habitación o de casa, porque no vas a pegar ojo.
Ya que hablas de los niños, querría aprovechar para comentar que no me parece de recibo el que muchos padres vayan con sus hijos muy pequeños a restaurantes ,etc a horas en que los niños deberían estar mas que acostados. Después que si son hiperactivos, nerviosos, no se centran. He llegado a pensar que el motivo es que los padres quieren salir de todas todas y arrastran a los niños ,cosa que no me parece bien .Otras veces –aunque no todos -están molestando a los demás y encima hay que reírles las gracias o te contestan los papas ¡es que son niños!.No, son niños mal educados.

Modestino dijo...

Pienso que los ronquidos o las toses son motivos mayores para cambiarse de habitación. El llanto de un niño no deja de ser algo más natural.

Escuché decir hace tiempoa no se quien que a los niños impertinentes y maleducados ahora les llaman "hiperactivos". desde luego, un niño no pinta nada, en principio, cenando por ahí.

Otra polémica habitual es la de los niños en Misa, yo soy e los que piensan que hay que tener paciencia, aunque también que saber educar a la "canalla", como la llaman en Cataluña.

JValentina dijo...

Cuanto mas lloran de pequeños y mas inquietos son los que tiene el futro en la mano..lo sé por experiencia..jejejej.
Muy buen relato, me encanta
Saludos

Pilar Lachén dijo...

No hay nada más hermoso que despertarse con un llanto de un niño y más si ese niño, al cabo de poco tiempo te dice: "mamá"

Modestino dijo...

Por supuesto, Pilar, lo del niño del vecino resulta mucho más prosaico ... y lo de los padres, evidentemente, mucho más sacrificado.
Bienvenida por estos lares, Valentina.

mujer prevenida vale por dos dijo...

No me despiertan en la noche los llantos de bebé; pero los recuerdo como algo apremiante y angustioso... recuerdo interrogar a mi madre con la mirada de "pero qué le pasa?!" revisar pañal, dar biberón,gases mosquito que si calor que si frio... que si no encontramos el dichoso chupete... a-rro-rró pasillo arriba pasillo abajo
Pero si hasta el perro empezaba a ladrar!

ana dijo...

... mmm, yo al igual que Máter, cuano oigo llantinas y rabietas, también me digo... tranquila, que no están aquí... jajajaja.

:)

Y a veces, ya lo creo que dan de sí, hace unas semanas, verdaderamente sentí lástima por los vecinos, que se habían quedado con la nieta, y qué nochecita les/nos dio... jajajaja

Brunetti dijo...

De un tiempo a esta parte, y por razones obvias, soy mucho más comprensivo con los llantos de los niños, aunque Lupita duerme de sol a sol como un ángel y no molesta a nadie.

En todo caso, lo que resulta insoportable (e injustificable) son los ruidos de toda clase que prodigamos a cualquier hora y por cualquier motivo los adultos: porque estamos enfadados o porque somos sordos o insomnes; o porque estamos beodos; o porque nuestro equipo ha marcado un gol o ha ganado una Copa; o porque es nuestra manera habitual de hablar y comunicarnos, es decir, porque somos como malas bestias.

P.D. Ojalá me equivoque, pero a ese niño del que hablas y que tanto y tan fuerte llora lo imagino más como cantante de jotas que como el nuevo Messi que haya de salvar al León Rampante de su anodino e insulso caminar deportivo.

Modestino dijo...

El nuevo pastor de Andorra ... Habrá qué hacer un post sobre impertinencias sonoras del ser humano.

tomae dijo...

Sobre todo, sobre todo Modestino, si una noche de esas se te ocurre subir a consolar al angelito no le leas una de esas Novelas Negras tuyas... ;)

Maireen dijo...

Tienes mucha suerte. Yo lo que tengo arriba es una loca que se pone a entrechocar los platos del platero hasta las 4 de la mañana, o se pasa horas dando golpecitos con la tapa del water, con un ritmo que parece un diapasón.

Otra de sus manías es que usa para la calle unos zapatos que no suenan, pero en cuanto llega a casa se pone otros que parecen de bailar claqué.

También tiene una extraña obsesión con impedir que los vecinos gastemos agua, y en cuanto alguien usa el fregadero o va al cuarto de baño, ella se planta en el suyo (no sé cómo se da cuenta de que voy, ando silenciosamente pero ella salta de su butaca sea el momento que sea) y empieza a hacer ruidos rítmicos (creo que los hace con el bastón del marido), como en una especie de advertencia de que sabe que tengo un grifo abierto.

Y encima con unos ojos desorbitados que da miedo.

Modestino dijo...

Huy!, los que quieren ahorrar agua y calefacción: esos son los peores, ¡sí lo sabré yo!.

Driver dijo...

Te despierta con su llanto y te duele la cabeza, el alma y los pies.
Acudes medio dormido tanteando las paredes.
Lo abrazas con cuidado, con movimientos muy lentos.
Y cuando crees que el cuerpo no te va a dar más de sí, cuando supones que no te queda ni un gramo de grasa que quemar en el ejercicio, cuando crees que has llegado al límite y tu próxima acción va a ser caer desvanecido por el agotamiento,
entonces...

Le cantas una suave canción de cuna, que te reconcilia con el mismísimo Sistema Solar.

Y recuerdas eso el resto de tus días.

Driver dijo...

Te despierta con su llanto y te duele la cabeza, el alma y los pies.
Acudes medio dormido tanteando las paredes.
Lo abrazas con cuidado, con movimientos muy lentos.
Y cuando crees que el cuerpo no te va a dar más de sí, cuando supones que no te queda ni un gramo de grasa que quemar en el ejercicio, cuando crees que has llegado al límite y tu próxima acción va a ser caer desvanecido por el agotamiento,
entonces...

Le cantas una suave canción de cuna, que te reconcilia con el mismísimo Sistema Solar.

Y recuerdas eso el resto de tus días.

sunsi dijo...

Con tu permiso, Modestino.
Hola, Maireen. Me temo que el tema no se soluciona. Acabas de describir, con casi total seguridad, a una enferma de TOC (Transtorno Obsesivo Compulsivo). No se cura y es discapacitante bfffffff... La pena es que ellos sufren muchísimo y los que conviven con ellos tres cuartos de lo mismo. Mucho ánimo y un beso.