30 de mayo de 2011

Volver a Barcelona



El sábado estuve en Barcelona: siempre acabas encontrando un motivo para marcarte un capricho y conspiré con mi amigo Brunetti para montarnos una jornada en la capital de Cataluña: era una ocasión de estar juntos y compartir vitalismo, de recorrer lugares "estratégicos" y de coger aire para seguir enfrentándonos a los fantasmas cotidianos de cada cual. Eso sí, el antojo exigió cierto sacrificio, y a las 6.00 de la mañana cogí un autobús en la "Intermodal" de Huesca para llegar a la ciudad Condal minutos después de las 10.00: "madrugón" y "palizón" en bus fue un precio que valió la pena. Y es que en cuanto te bajas de vehículo ya respiras ese aire universal, cosmopolita y moderno que uno respira por allí, algo de lo que al menos yo me he ido dando cuenta conforme me alejaba de una ciudad donde viví dos años de mi vida y de la que estuve a un paso veintidós más.

Barcelona tiene muchos aspectos positivos, es bonita, su urbanización razonable, la acogida de los Juegos Olímpicos de 1992 la convirtió en una ciudad moderna y atractiva y hay montones de lugares que merece la pena ver, a lo que cabe añadir para algunos ese toque de nostalgia, algo que empecé a vivir en cuanto pisé la Diagonal y vislumbré, aunque fuera desde la otra acera, la Facultad de Derecho que albergó mis primeros pasos por el mundo jurídico; incluso al coger la Línea 3 del metro e ir atravesando las estaciones que van de María Cristina a Plaza Cataluña -Sants, Poble Sec, Paralel, Drassanes, Liceo, ...- fui sintiendo ese hormigueo que notas cuando reverberas sensaciones de hace 30 años como si fueran hoy. La Diagonal, el Metro, el aire, el ambiente, ... todo llevaba a volver sobre tus pasos en el tiempo, a tratar de recuperar experiencias, esperanzas y sinsabores.

Encontré a mi amigo en la puerta del "Corte Inglés" de Plaza Cataluña, no sin antes tropezarme con un abogado valenciano que vivió bastantes años en Huesca, y es que el mundo es tan pañuelo que en caso como éste Barcelona hasta se equipara con la capital donde vivo. ¡Que viejo encontré" el "Corte Inglés", pero ahí se conserva, vivito y coleando, que no es poco en los tiempos que corren. Tras el saludo nos dimos una vuelta por el montaje que el mundo "anti-sistema" ha establecido en el centro de la plaza: ambiente libertario, pintas llamativas, aires de mundo alternativo ... realmente un panorama llamativo que uno no se imagina cómo puede acabar. Y de ahí iniciamos un paseo por las Ramblas, algo que es como la quinta esencia de Barcelona: el ambiente -serían las 11.00 de la mañana- era espectacular, con luminosidad, colorido, individuos de todos los pelajes y ese aire semi-festivo, semi-cultural, semi-ácrata que les da un aire distinto.

Y así llegamos a "Negra y Criminal", la librería de la que he hablado tantas veces, ubicada en plena Barceloneta y que era una de las razones que justificaban el viaje; allí estaban, puntuales y laboriosos Paco Camarasa y su mujer, Montse, con quienes compartimos opiniones, novedades, lecturas e historias diversas, con una noticia deseada hace tiempo: en octubre saldrá a la venta la tercera novela de Domingo Villar, con el inspector Leo Caldas de protagonista y la esperanza de que el gallego confirme su condición de primer espada de la novela policíaca española. Se encontraba también en la tienda un joven autor catalán que presentaba una novela y un buen número de clientes con los que se crea un ambiente delicioso de buena armonía y complicidad. Adquirí unos cuentos ejemplares de los que iré dando cuenta en este mismo lugar, planeamos organizar algún montaje "negro-criminal" en Huesca y nos despedimos felices de haber ingresado en un mundo tan especial. Creo sinceramente que, al menos quienes vivan en barcelona, no tienen perdón de Dios si no se pasan alguna vez a conocer ese mundo mágico, y si lo hacen en sábado por la mañana, disfrutarán también del vino y los mejillones que allí se degustan.

Pero un día como el vivido no sería completo sin una buena pitanza, y cuando el acompañante de uno sabe de que va el tema no hay como dejarse llevar para tener éxito en la empresa de comer bien, y si andas por la Barceloneta no es preciso salir de ella para encontrar el lugar adecuado, así que tras una cañita en un grato chiringuito al lado de la playa, nos dirigimos al Restaurante "Salamanca", toda una especie de emporio de la gastronomía en el que, a priori, llaman la atención dos cuestiones: la tremenda amabilidad de los camareros, que eran muchísimos, por cierto, y el estar los comedores forrados de fotografías del dueño, un antiguo presidente de la U.D. Salamanca llamado Silvestre, con todo tipo de famosos: entre otros distinguí a Pedro Almodóvar, Mariano Rajoy, Jordi Sevilla, Sofía Loren, Txiqui Beguiristain, ... La comida respondió a lo esperado y dimos cuenta de una excelente paella de carne.

Tras oxigenar las entretelas con un gin-tonic de cierto medio pelo, pensamos que un buen colofón a lo vivido era dar un paseo por el barrio del Borne, un lugar lleno de belleza y sabor barcelonés que a esas horas de la tarde, alrededor de las 17.00, se encontraba lleno de ciudadanos y turistas que aportaban vitalidad al escenario. Y en medio del barrio, ¡cómo no!, lucía con el esplendor supino de siempre Santa María del Mar, un auténtico monumento de belleza y luz, una visita que cada vez que uno la realiza se convierte en una experiencia indescriptible, única. Rezar a la Virgen allí tiene que ser, si cabe, más productivo en un lugar donde Ella tiene que hallarse tan a gusto. Se iniciaba en ese momento una boda y presenciamos la ilusión de novio y novia, que no habían podido elegir lugar mejor para unir sus vidas para siempre.

Teníamos que regresar a la Estación de Sants, para lo que atravesamos Vía Layetana, la Plaza de la Catedral y el Portal del Ángel, llegando al Metro de Plaza Cataluña para iniciar el viaje hasta Sants, donde en esta ocasión opté por la comodidad del AVE para regresar a Zaragoza y de ahí a Huesca. En la ciudad se respiraban entonces los prolengómenos de la Final de la Champions League, a los que sucedieron la tensión de los 90 minutos y la explosión de un júbilo imparable, pero de eso ya no fuimos testigos.


16 comentarios:

Mariapi dijo...

¡Qué alegría que esta ciudad te haya regalado un día tan completo...! A veces cuando la sufrimos nos quejamos de ella...pero tiene embrujo... Un saludo

Modestino dijo...

Embrujo, modernidad y cosmopolitismo.

Mariapi dijo...

Es verdad, Modestino. Mis hijos cuando vuelven de pasar temporadas largas en otras ciudades pequeñas, lo primero que hacen es salir a pasear por Pº de Gracia o las Ramblas...necesitan éso que tu llamas "modernidad y cosmopolitismo", y que ellos identifican con "no ver siempre a los mismos".

Modestino dijo...

Pues imaginaté si llegas de Huesca ...

veronicia dijo...

Es la historia de un día entrañable en la gran ciudad con un amigo... muy bonito!
Me alegro de que disfrutaras tanto!

Modestino dijo...

Sí, fue un día estupendo ... hay quienes, por motivos diversos, no acaban de entender que estas cosas valen la pena.

sunsi dijo...

Nos cruzamos, Modestino...Seguro que nos cruzamos. A las 16'40 dábamos vueltas en coche por la zona. El motivo: una Primera Comunión de mi sobrina en la zona del Raval.

Barcelona... No tiene nada que ver con tiempos pasados, ¿verdad? Ha quedado marcada por las Olimpiadas del 92.
¡Las Ramblas...! Ese olor a pachuli me traslada a los tiempos de la Central.
Y la pitanza que no falte, Modestino; ¡eres un gourmet! Tiene delito que debas hacer dieta, corcho. Con lo que valoras tú la buena mesa.

Me alegro mucho de que pasaras un buen día en compañía de Brunetti.
Nosotros sí pillamos la celebración de los barcelonistas...haciendo eses con los coches, cantando el himno del Barça ya afónicos...

De todas formas, para vivir prefiero Tarraco. De Huesqueta no opino...

Un saludo, jurisconsulto...

Modestino dijo...

Yo también prefiero Tarraco para vivir, faltaría más. No me había fijado, por cierto, en lo del olor a "pachuli".

un saludo.

Brunetti dijo...

Excelente jornada, Modestino. Para repetirla con más frecuencia.

Sólo nos faltó tomarnos un gin-tonic en condiciones, porque el que nos sirvieron dejaba bastante que desear. No obstante:

1º. No se puede tener todo al mismo tiempo: gin-tonic de calidad y ese espectáculo de modernidad que supone la sola contemplación de la gente paseando; y,

2º. En peores plazas hemos toreado, ¿verdad? Me refiero a que, aparentemente al menos, el combinado no era de garrafón.

Gracias por mencionarme en tu 'blog' como compañero tuyo en esas sencillas (pero inolvidables) andanzas cosmopolitas que tanto nos gustan.

Per molts anys, amic!

Uno de Madrid dijo...

Sí Modestino. Por motivos de trabajo he conocido muchas de las ciudades más relevantes del mundo... Y ninguna como Barcelona. Ya sé que las comparaciones son odiosas (y que pueden ser injustas)... pero en mi opinión: Barcelona es la mejor.

Uno de Madrid

que dificil la vida sin ti dijo...

¡Perdona que comente tan tarde, Modestino! pero no quería dejar pasar el decirte que la próxima vez que vuelvas a BCN , hombre sería la ocasión de invitarte a comer en familia!
¡Te esperamos!
Asun

Modestino dijo...

A Madrid voy el miércoles y también tiene un montón de encantos.

Driver dijo...

"Si necesitas un conductor, ya sabes.
Sólo tienes que silbar.
...
Es fácil, se juntan los labios y se sopla".

(Creo recordar que era algo así un diálogo entre Bogart y Herpurt).

Modestino dijo...

Un conductor siempre viene bien con el complicado tráfico capitalino.

Driver dijo...

Te llamo.
Me gustaría enseñarte un par de Cristos y un par de cervecerías.
Veremos cómo andamos de tiempo.

Modestino dijo...

Encantado, Driver .... algún tiempo siempre se puede sacar. Estaré de miércoles noche a viernes mañana.