10 de agosto de 2016

Un gol que conduce a Carvajal al Olimpo


La final de la Supercopa que disputaron ayer en el "Lerkendal Stadion" de Trondheim (Noruega) el Real Madrid y el Sevilla no la seguí demasiado, tan sólo pude ver los últimos 35 minutos de la segunda parte, así como instantes concretos de la prórroga, mientras disfrutaba de las fiestas de San Lorenzo con una copa de "Brugal" con cola en el "Galileo", un agradable bar cercano a mi casa. Me falta criterio para valorar la justicia o injusticia de esta nueva victoria madridista tras empatar el partido en el descuento e imponerse al filo de la campana de la prórroga. Entre los placeres que combina un buen "cubata" y una grata conversación me quedé con la doble sensación de lástima por un club y una afición tan meritorios como los andaluces y de impresión por el auténtico "golazo" de Dani Carvajal, uno de los jugadores menos llamativos de entre los titulares de los "merengues" pero que a partir de su hazaña ha entrado a formar parte de la amplia y brillante historia del equipo de Concha Espina.

Dice mi amigo Brunetti, un personaje que se suele equivocar poco y me conoce bien, que  en mi interior ha arraigado un excesivo encono contra el Real Madrid, que, junto al Córdoba,  es su equipo. Por esta razón hace días que venía planeando redactar algún post que sirva de desagravio, y el gol del mozo me ha venido como anillo al dedo. No creo que Carvajal, quien por cierto nació en Leganés, haya marcado muchos goles a lo largo de su carrera, pero el que anoche le dio al Real Madrid el primer título oficial de la temporada se convertirá con toda seguridad, no solamente en uno de los goles del año a nivel mundial, sino en uno de los más importantes y decisivos en la historia madridista, como en su día lo pudieron ser, entre muchos otros, el de Serena al Partizan, el de Mijatóvic a la Juve, el de Zidane al Bayern Leverkusen o el de Sergio Ramos al Atlético de Madrid.

Carvajal es titular de un equipo "top" e internacional por España en varias ocasiones, pero hasta ayer no había pasado de ser considerado como un aseado lateral derecho, cumplidor y con cierta vocación ofensiva. Por eso doy más importancia a su gol, a esa maravillosa jugada llena de fuerza, velocidad y fe, toda una muestra de esa ya poco escuchada "furia española" y cuyo mérito se acentúa hasta el límite si pensamos que ese derroche de fortaleza y confianza en sí mismo lo realiza cuando ya se habían disputado 119 minutos de un encuentro donde hubo tensión, pelea constante y un desgaste notable por parte de todos los futbolistas que lo disputaron. Aunque no me atrevo a calificar de "modesto" a un jugador que debe de estar bastante bien pagado y forma parte de los once elegidos del actual campeón de la "Champions League", el imponente éxito de este lateral de 24 años me devuelve a los tiempos más bellos del fútbol, a ese Madrid de Pirri y Santillana, al Barça de Asensi y Migueli, al Atlético de Luis Aragonés y Gárate, al Sporting de Quini y Churruca o -no puedo evitar incluir la referencia- al Real Zaragoza de Violeta y García Castany, cuando la genialidad y/o la fe de un jugador era capaz de cambiar el sentido de un partido.

1 comentario:

Brunetti dijo...

Y, sin embargo, el gol del que más se habla es el que anotó Asensio; posiblemente, porque Carvajal nunca dejará de ser un currante del fútbol, al estilo de Chendo, y el mallorquín está destinado a vender miles de camisetas.

Así sucede en el fútbol y en cualquier otra faceta de la vida.

Feliz San Lorenzo,