25 de marzo de 2014

Historias de Don Preciso


Miguel Angel Brunet fue un excepcional periodista zaragozano que escribía con tino y agudeza en "Aragón Express" y "Zaragoza Deportiva", añorados periódicos -vespertino el primero y semanal el segundo- que dirigía con sabiduría Eduardo Fuembuena. Desde las viejas linotipias de la calle Marcial, Brunet destacaba por la agilidad de su pluma y por una ironía y un sarcasmo tan cargados de elegancia como de puntería. De entre las frases que en más de una ocasión leí a Brunet, que nació en Huesca y falleció en Zaragoza hace 22 años, fue la mención a que "Don Preciso se murió", dicho que utilizaba para dar a entender que en esta vida dogmas, los justos, y que quien busca exactitudes puede terminar desconociendo la auténtica verdad de las cosas.

En la vida nos tropezamos a veces con genuinos y estudiados herederos de "Don Preciso", individuos que necesitan rigor y exactitud hasta para el café de la mañana, que pretenden practicar una especie de virtudes "a la carta", que han elaborado -o quizá adquirido de otros- un manual de instrucciones que no sólo pretenden seguir al pie de la letra, sino que aspiran a hacerlo cumplir al resto del mundo. Son personajes que imagino van habitualmente de buena fe, pero que pueden convertirse en agotadores cuando perseveran en sus intenciones de uniformidad, aplicación rigurosa de reglamentos y elevación de experiencias y ejemplos a la categoría de obligación.

Bastantes problemas tiene la vida como para encorsetarla con cuatro reglas que cualquiera, si te descuidas, puede convertir en manía. Hay veces que se añora la espontaneidad y hasta el libre albedrío.


6 comentarios:

Driver dijo...

La precisión por la precisión carece de sentido.
Tu post me ha recordado ciertas bondades de la precisión que me atrevo a comentar.
Ha caído en mis manos,un libro sobre el general Emilio Herrera, un total desconocido para mí.
Tras leer su biografia y pasear por sus artículos divulgativos, descubro asombrado a un señor que fue un pionero de la aviación, ingeniero clarividente, amigo de Alfonso XIII, reconocido científico a nivel mundial y exiliado de la Guerra Civil, llegando a ostentar la presidencia del gobierno de la República española durante un par de años.
Viene a colación por sus artículos científicos, donde de forma amena descubres a una clarividente mente que en plenos años cincuenta dominaba la teoría astronómica, las posibilidades orbitales de los primeros viajes al espacio, y que incluso fabricó un traje para los viajes estratosféricos en globo, precursores de los trajes espaciales.
Te recomiendo la lectura de la biografía de este general español, quien le pidió permiso a Alfonso XIII antes de jurar fidelidad a la República, y a quien la NASA intentó fichar, a lo cual él se negó, ya que su exigencia de que también tenía que ondear una bandera española en la Luna, no fue bien acogida por los norteamericanos.
Apasionantes historias, donde se alcanza a comprender el verdadero sentido del término precisión.

Anónimo dijo...
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Modestino dijo...

Tomo nota Driver, no se porqué tu historia me ha recordado la del militar ese de la guerra de Cuba cuya estatua vimos junto a la Plaza Real, recuerdas?.

Al Neri dijo...

En primer lugar, felicidades por esta estupenda bitácora.

La actitud puntillosa que usted describe puede ser agotadora y negativa. Ahora está muy de moda eso de la "excelencia", que amenaza con convertirnos en robots deshumanizados.

Pero cierta rigidez por llamarla así también tiene su lado positivo, y es que por lo general las personas que lo hacen todo por el libro o por el reglamento suelen ser muy transparentes, justas y equitativas, y tienden a obrar con gran coherencia y a tratar a todo el mundo igual.

Yo trabajo en la Administración pública y a diario surge la confrontación entre quienes defienden interpretaciones o aplicaciones flexibles de las normas "para adaptarse al caso particular" y quienes normalmente abogamos por una aplicación mecánica y siempre idéntica de las normas, sin excepciones ni subjetivismos. Le puedo asegurar que esta segunda manera de funcionar puede parecer muy cerril pero es la única garantía de tratar igual a todos los ciudadanos y de no incurrir a la larga en las peores arbitrariedades. La aparente tortuosidad del procedimiento administrativo al final es una garantía para todos.

Puede que no estemos hablando de lo mismo...

Modestino dijo...

Bienvenido a este blog Sr. Neri. Estoy de acuerdo en lo que dice, mi post no lo escribí pensando en el trabajo, ni de la pública ni de la privada.

OProfesionalmente, cuanto más serios y cumplidores, mejor. Y Dios nos libre del uso alternativo del derecho ... cuanto daño ha hecho ... y sigue haciendo; en mi opinión claro.

Anónimo dijo...

Respecto a lo que dice el Sr Neri primero tendriamos que ponernos de acuerdo en cuales son las normas, despues en quienes somos todos y finalmente con que cada uno introdujera su quehacer diario en un ordenador nos ahorrariamos la administracion de justicia al completo y gran parte de la administracion publica. Creo que he visto alguna pelicula de ciencia ficcion con esa trama.