Cuando yo era un niño las ambiciones no eran excesivas; mi infancia se equipara a la década de los 60 y por mucho que ya habíamos entrado en los años del desarrollo, al parecer nos alimentaban con "Pelargón" y la televisión comenzaba, con cuentagotas eso sí, a entrar en las casas, la gran mayoría no estábamos en condiciones de aspirar a grandes vacaciones, bicis en propiedad o lujos de cualquier tipo ... por no decir que un móvil, una "play" o un ordenador eran por aquel entonces, evidentemente, cosas de ciencia ficción. La situación tenía sus ventajas, pues no crecimos caprichosos -y si lo éramos nos teníamos que aguantar- y fuimos capaces de ilusionarnos con objetos bien sencillos: para un niño de 1966 los lápices "Alpino", los "Juegos Reunidos Geyper" o las barras de regaliz eran prácticamente un tesoro.
Y entre los objetos considerados como el acabose estaban los caramelos "Sugus"; no se si era debido al colorido de su presentación,a la pasión por lo blando o a algún tipo de leyenda cuyo recuerdo ahora se me escapa, pero en mi memoria queda grabado el hecho de que estos productos de la Casa Suchard eran objeto de deseo, dulzainas vistas por los niños de la época como si fueran diamantes genuinos. Y eso que, como tantas otras cosas, la variedad era mucho más sencilla que ahora y todo se reducía a naranja, limón y fresa, además de los "Sugus" de piña, con envoltorio azul y cuyo número solía ser inferior al de los demás. No era mala experiencia introducir varios en la boca de distintos sabores y elaborar una "mezcolanza" plural y casi explosiva.
benditos años en que nos bastaban unos "Sugus",
2 comentarios:
se pierde la ilusion se pierden las ganas se pierden las fuerzas
busco entre mis recuerdos lo que me ha ilusionado
tener las zapatillas que no me compraron en la infancia comer todos los chicles de un paquete
mirar atras para poder mirar adelante
"Mirar atrás para poder mirar adelante" ... me ha gustado, tomo nota¡¡¡¡
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