26 de octubre de 2013

Pensamientos en voz alta tras una huelga


El jueves hubo huelga de enseñanza en toda España; parece que si hay una persona que concentra la desaprobación de muchos, al menos en el ámbito de la educación, es el ministro Wert y si hay una ley que tiene contestación abundante es la LOMCE. No discutiré el hecho de la huelga, es un derecho reconocido, como lo es el de manifestarse; ni siquiera me considero en condiciones de poner en entredicho los motivos que se alegan, tampoco lo pretendo: incluso he descubierto entre quienes andan detrás de la organización a gente conocida de cuya sensatez y buen criterio me fío. Lo que pasa es que eso de una enseñanza 100% pública y laica no casa con mis convicciones, y si de verdad estamos en una sociedad pluralista -frecuentemente contemplo situaciones que me llevan a cuestionarmelo- cuando menos se deberían respetar estas opciones y no postular la frase como un dogma.

Ayer, desde la ventana de mi despacho, contemplé el paso de la manifestación organizada en Huesca; dicen que fueron 3000 personas, si es así no cabe duda de que quienes la montaron consiguieron una excelente asistencia. Pero, contando con que mi observatorio no era cercano y sólo abarcaba el trozo de Coso que se puede contemplar desde la unión entre la calle Moya y la plaza del Mercado, vi cosas que no solamente no me gustaron, sino que también me preocuparon bastante. Para empezar no tengo nada claro que sea lo más adecuado el empleo de niños pequeños vestidos con sus camisetas verdes, a mí me suena a manipulación y a poner a menores en donde aún no deberían estar, aunque tenga que admitir que a lo mejor mi problema es que me he quedado "anticuado". Donde estoy convencido que mi mentalidad no es precisamente caduca es en la sorpresa de haber visto a diversos manifestantes pasear banderas republicanas, "esteladas", estrellas de Mao Tze Tung y vetustas banderas rojas con la hoz y el martillo de la extinta Unión Soviética. El debate de la República puede ser muy actual, pero no pinta nada si de protestar en torno a la educación se trata, ... no digamos la espinosa cuestión del independentismo, pero si siguen apareciendo signos nostálgicos de Mao, Stalin, Breznev y compañía, uno tiende a pensar que hemos perdido el norte y que si la alternativa que se plantea tiene que ver con ideologías de esa naturaleza, y con esa historia ... estamos convirtiendo al ministro Wert en mal menor. Vamos, como si alguna "eminencia gris" hubiera ondeado una bandera del III Raich ... yo no veo excesiva diferencia.

Cuando los manifestantes alcanzaron la iglesia de San Vicente Martir, magnificamente gestionada por los padres Jesuitas, se comenzaron a escuchar gritos de "¡más educación, menos religión!", lo que no deja de sorprender, porque no creo que sean cosas incompatibles y el debate sobre la obligatoriedad de la clase de religión está bastante lejos de los problemas actuales, además de que el slogan suena a fácil recurso a meterse con el más débil. Insisto: mis respetos a quienes luchan por una enseñanza de más calidad, por la igualdad de oportunidades y porque los recortes no se ensañen con temas tan importantes y delicados, pero qué triste es optar por el odio, sacar cosas de contexto y desempolvar viejos totalitarismos.

8 comentarios:

dolega dijo...

Totalmente de acuerdo contigo, además las referencias políticas de las manifestaciones, sus símbolos e imágenes, son el mejor ejemplo de que se necesita una urgente reforma en la calidad de la enseñanza. Porque hablar de libertad e ir con una camiseta de Mao, solo denota una ignorancia descomunal.
Otra cosa es que haya que hablar y consensuar la ley.
Besazo

interbar dijo...

Lo mezclan todo en una misma píldora y alejan de la justa crítica a la Ley Wert a muchas personas. Ellos lo saben y les da igual, quieren dar la vuelta a la tortilla del 36, da hace casi 100 años.

Modestino dijo...

Un saludo, dolega. Si, resulta triste comprobar qué más qué pretender una buena ley de enseñanza parece qué quieren conservar los viejos errores.

Modestino dijo...

Es que en este país nunca aprendemos, amigo.

Susana dijo...

Parece que no tienen interés en mejorar la enseñanza. Está claro que peor ya no puede estar. En cuanto a las banderas en el fondo es bueno que se sepa quién está detrás. Como dijo Wert se trata de una huelga política. Un beso.

Modestino dijo...

No se si es política o no, pero la educación parece que la han tomado algunos como un monopolio.

Hereje dijo...

El asunto de la ley Wert me reafirma una vez más en lo malas que son las mayorías absolutas en un país como España. Un tema como la educación debería ser un asunto de Estado por encima de cualquier partidismo y un tema que debería ser consensuado por todo el espectro político y si se lograra ese dichoso consenso (en este momento algo totalmente imposible) dejar una ley lo mejor hecha posible y que durara más allá de una o dos legislaturas. En cualquier país desarrollado saben que dejar un asunto tan delicado como la educación al albur del ideario político del partido de turno, que encima si tiene mayoría aplicará su doctrina sin cortapisas y sin consensuar nada, pues acaba en lo que tiene que acabar, cada 4-8 años cambios de leyes contínuas y al final tenemos unas leyes hechas a retazos que no contentan a nadie e hipotecan el futuro del país porque de cosas así dependen y mucho la riqueza y fuerza de un país. Pero nuestros políticos son especialistas en eso, el cortoplacismo y mirar por sus intereses primarios por encima del bien común. Ahora es el PP, pero con el PSOE ídem.

Y al hilo del comentario de Susana, desde hace bastante tiempo las manifestaciones desgraciadamente en este país han tenido un componente político claro en la mayoría de las ocasiones, pero se queja ahora que el PP gobierna pero que mire las hemerotecas y que vea las que hacía el PP en la oposición a ver si tenían carga política o no. Vemos lo que queremos ver...

Un saludo

Modestino dijo...

Sin afan de dar coba, amigo, has dado en el clavo, una pena esa falta de sentido de estado de los dos partidos que, a pesar de todo y por ahora representan a la mayoría de españoles.