6 de octubre de 2013

¿Qué será de los caóticos?

 
Ya he confesado varias veces que no soy un individuo metódico: de ingeniero no tengo ni la mentalidad. Y lo cierto es que no puedo buscar el consuelo a tamaña imperfección tratando de convertir en ventaja lo que no es sino una carencia notable: siempre digo que soy hombre de bastante pocas prestaciones. Hace ya mucho tiempo que me he resignado a tener la agenda de adorno, cada año me suelen regalar una de propaganda institucional que dejo encima de la mesa y tan sólo utilizo en algún arrebato de vergüenza y contrición que suele durar más bien poco. En una de esas sencillas carpetas de cartulina suelo dejar unos folios en blanco -de papel reciclado, por supuesto- donde dejo escritos los listados de asuntos pendientes, un sencillo método que me salva de retrasos e incumplimientos.

Los papeles, libros y objetos tienden a acumularse en cualquier mesa con la que tenga relación mínimamente íntima y solamente a base de esfuerzo consigo superar mi tendencia a la dispersión y el amontonamiento. Muchas veces he sentido envidia de los tipos pulcros y ordenaditos, algunos son tan correctos que no se les ve ni siquiera una arruga. Pero, ¡qué le vamos a hacer!, ya me gustaría tenerlo todo previsto, cada cosa en su sitio y un horario innegociable. Yo me apunté, debió de ser un destino fatal, a eso de vivir al día e intentar sobrevivir en medio del desmadre, entre montañas de papeles, objetos dispersados y documentos traspapelados. En cambio, uno tiene que soportar la presencia de gente que sabe siempre lo que tiene que hacer, que navega entre precisiones y perfecciones y que no pierde ni un minuto en las malditas improvisaciones.

¿Qué será de nosotros los caóticos, los que no hemos hecho del método nuestro dios mundano?. Recuerdo a una persona que cuando le conocí me dijo: "soy un maniático del orden" ... ¡madre mía y si lo era! ... y bastante insoportable también. Y es que las imperfecciones algo repartidas ya andan.

8 comentarios:

Susana dijo...

Mi casa es un caos, pero un caos organizado en algún sentido. Un beso.

Modestino dijo...

El problema aparece cuando el caos te supera.

sunsi dijo...

Hace poco me contaba una amiga que ella tiene una libreta en la que apunta, desde hace 5 años, TODO. Y todo es todo: teléfonos, trabajos realizados, precios de materiales, cuestiones familiares y personales... Me quedé atónita. Es una persona extremadamente detallista, no se le pasa una (lo apunta, claro...)Y, lo más difícil, no es maniática.

Yo soy como tú, Modestino. Me paso la vida ordenando... lo mío y lo de los demás. Un desastre;-)

Brunetti dijo...

A mí la agenda me sirve, entre otras cosas, para desestresarme porque, si no la tuviera, no viviría pensando en todo aquello de lo que me estoy olvidando.

En todo caso, a ti la agenda no te es tan necesaria como al resto de los mortales porque tienes una memoria estratosférica (o elefantoide).

Salud!

Driver dijo...

¡Organización!
Tengo una agenda que raya la perfección.
Se ve toda la semana, están apuntadas todas las cosas importantes; hay un código de colores por temas, y cuando la tarea está finiquitada un código de rotuladoes fluorescentes para indicar la victoria sobre la tarea.
El método me permite retrasar temas, adelantar citas, prever gestiones y contabilizar gastos e ingresos.
Es la agenda total.
Sólo tengo un problema.
Uno sólo.
...
¿Dónde dejé la agenda?

Modestino dijo...

Sunsi, ser detallista es una forma de ser loable, ser ordenado/a, una virtud, ... ser maniatico/a, un error ... lo dificil es saber estar en el sitio adecuado, no traspasar fronteras.

Modestino dijo...

Brunetti, mi memoria pierde fuelle con los años y más vale que me apunte las cosas.

Modestino dijo...

Es curioso, Driver, uno usa los colores para distinguir tareas y funciones y luego termina no teniendo claro para qué sirve cada color.