17 de febrero de 2012

¿Y qué hay del espíritu carnavalesco?



Esta última Navidad se pusieron de moda en algunos ambientes, en las redes sociales, en ciertas manifestaciones de personajes mediáticos, en el aire que se respiraba en general ciertos vientos de rechazo a la Navidad; recuerdo perfectamente un comentario en facebook de alguien que aseguraba que "la Navidad me estomaga", a la vez que había quien parecía pretender generalizar la crítica al espíritu navideño. Existe, por supuesto, la libertad de expresión y si de lo que se trata es de criticar la conversión de unas fiestas entrañables, para muchos de un profundo significado, en algo superficial y derivado hacia el consumismo, me uno a la crítica; pero detrás de algunas de estas actitudes yo intuyo más bien una más o menos oculta obsesión por atacar los sentimientos cristianos de bastantes, por arrinconar las manifestaciones religiosas más tradicionales y confundir la deseable aconfesionalidad del Estado con un sectario y agresivo laicismo.

Por eso, ahora que llega el Carnaval me pregunto si ese afán desmitificador se va a extender también hacia esta costumbre que, por mucho que se pretenda remontarla a tiempos muy pretéritos, no tiene ni de lejos la tradición y el arraigo de la Navidad. Si el gran argumento para echar jarros de agua fría a quienes nos gusta ejercitar ese espíritu propio de las últimas fiestas del año fue la crisis y el desánimo ciudadano que ésta causa, no parece que en estos momentos andemos tampoco como para echar cohetes y ejercitar el arte de disfrazarnos y montarnos en coloridas carrozas, a pesar de lo cual no he leído ni escuchado comentarios peyorativos hacia ello. Y no pretendo denostar los carnavales, pues pienso que cada cual puede hacer lo que le venga en gana, incluso me parece delicioso ver como se disfrazan los niños más pequeños de superman, de espadachín o de hada, pero además de que uno no tiene ya ni edad ni humor para irse a cenar vestido de arlequín, domador o conejo, me gustaría saber si también se ponen de los nervios los enemigos de la Navidad.


12 comentarios:

Driver Nazareno dijo...

Coincido.
Por ser un ejemplo que vivo a diario, siempre pongo el mismo.
Un retroexcadora tiene un coste de 24 €/hora; con dicha máquina se puede destruir en una hora unos 12.000 € de edificación; la proporción destrucción/coste es de 500/1.
Nunca estaré al lado de los que construyen su pensamiento con aseveraciones negativas.
Definir un concepto por negación es destructivo y malintencionado.

Personalmente maldigo a cuantos hacen del ataque a la religión católica el estandarte de su posición.

En mi Cofradía hay tortas por llevar el Estandarte, y el que lo consigue portar lo lleva con el respeto debido.
Ya nos encargamos los demás de que así sea.

Y pobre del que se meta con nuestras imágenes.
No me gustaría estar en su pellejo.
Tiene todas las papeletas para recibir un cursillo acelerado de respeto.
Los nazarenos, gente aguerrida por natura, no nos andamos ni con zarandajas ni con juegos florales.
Alguno lleva en sus costillas párrafos de dichas lecciones de respeto, impartidas por gente de bien en la esquina del casco viejo.
Donde no se admiten retroexcavadoras ni tontería alguna.

Modestino dijo...

Metafóricamente excelente, Driver¡¡¡

Susana dijo...

No se quejará nadie, especialmente si aprovechan para disfrazarse de cura o monja. En fin, son los tiempos que nos toca vivir. Un beso.

Modestino dijo...

Esa es otra Susana, hay cosas intocables y otras que parece que todo el mundo puede hacer chufla.

Mariapi dijo...

Muy atinado, gracias Modestino.

Modestino dijo...

Encantado de saludarte, Mariapi. Últimamente no tengo mucho tiempo para seguir a los amigos de la blogosfera.

sunsi dijo...

Siento repetirme. Muy atinado, Modestino.

veronicia dijo...

A mi no me gusta disfrazarme por carnaval, ni por ninguna otra fecha. No siento la necesidad de vestirme de otra cosa que de mi misma y eso lo hago a diario desde que evité ciertas rigideces me visto como me da la gana y sin atender a estereotipos.

Me fijo que a los que les gusta disfrazarse no lo circunscriben a carnaval... lo hacen con trajes regionales, en Navidad, celebran Hallowen y se apuntan a todo tipo de fiestas de disfraces.
helpbout ifaac

veronicia dijo...

helpbout ifaac...
No significa nada son las letras que demuestran que no soy un robot :))))))

Anónimo dijo...

Son dos fiestas que no se pueden comparar.
El carnaval es una fiesta alegre, para celebrar en la calle . Anuncia la primavera.
Por el contrario la Navidad es una fiesta de invierno,íntima para celebrar en casa .
Hay demasiadas reuniones familiares que te hacen recordar personas que ya no viven.
Se come más de la cuenta, lo que te hace sentir fatal.
Además aprovechando la ocasión aparecen por todas partes imágenes de penas y miserias. Hasta los anuncios de turrones te hacen llorar.
Por todo ello, no te extrañe que haya gente que no le guste la Navidad.
Se celebra un nacimiento, pero no se porque, te hace sentir triste.

paterfamilias dijo...

Siento repetirme, pero muy atinado, Modestino (y tampoco soy un robot).

Me ha hecho gracia eso del "arlequín" porque, aunque parezca increíble, tengo pensada una entrada para ese personaje. ;-)

Uff, las dos palabras. A ver si soy capaz de escribirlas bien (si aparece publicado el comentario es que he triunfado)

Modestino dijo...

El planteamiento de la Navidad como algo triste se escapa a mi visión, pero es verdad que hay gente que insiste en ello: seres queridos que ya no están, reuniones familiares que se prolongan, comidas excesivas, ... desde ese punto de vista comprendo la sensación, pero hay gente que va más allá, y de eso me quejo.
Vamos, que no trato de obligar a sentir ningún espíritu navideño, pero a lo mejor se trata de plantearse las cosas de otra manera.