13 de abril de 2016

Sábado en Enate


El pasado sábado estuve con otros 12 compañeros de mi promoción del colegio, visitando "Enate", unas excepcionales bodegas ubicadas en Salas Bajas, pueblo del Somontano próximo a Barbastro. Tanto la visita guiada como la posterior comida fueron excelentes. Se me ocurren muchas cosas, pero no es mi intención entrar en detalles: tan sólo dejar constancia del enorme agradecimiento -no creo equivocarme si incluyo a todos- a Ramón Justes y todos aquellos que hicieron posible una jornada inolvidable y contribuyeron a hacernos felices -que de eso se trata- durante unas cuantas horas.

Y a título particular, al agradecimiento a la gente de "Enate" debo añadir el mio personal a todos y cada uno de mis compañeros, quienes vinieron desde Zaragoza y con quienes hemos creado una relación sincera, leal y que va profundizando conforme pasan los días. Lo estuve pensando todo el fin de semana, ... cuando miras para atrás, agradeces lo que hicieron por tus padres por tu educación, al igual que el trabajo de quienes fueron tus tutores y profesores, ... y en mi caso, creo no equivocarme si buena parte de ese agradecimiento se lo debo también a quienes compartieron cursos, experiencias y pupitre, ... pienso que gracias a ellos limé parte de mis defectos, conseguí reducir en algo los egoísmos y rarezas que traía "puestos". Por eso, independientemente de encuentros y pitanzas, fue un fin de semana de agradecimientos.

3 comentarios:

jdeinza dijo...

Da gusto leerte, amigo Felipe y un honor pertenecer a ese grupo.

Brunetti dijo...

Lo que más me ha sorprendido siempre en esos reencuentros con antiguos compañeros de colegio es que, vuelves a ver a uno de ellos, te pones a hablar con él, y es como si reanudaras una conversación interrumpida quince o veinte años atrás.

Una especie de milagro, como si el tiempo hubiera estado congelado o en suspensión.

Buen fin de semana,

Contadora de Libros. dijo...

"....pienso que gracias a ellos limé parte de mis defectos, conseguí reducir en algo los egoísmos y rarezas que traía "puestos". Por eso, independientemente de encuentros y pitanzas, fue un fin de semana de agradecimientos...."

Creo que con esto lo defines todo. Una bonita manera de definirlo, todo sea dicho de paso.
Sin duda todas las etapas de nuestra vida vienen marcadas por vivencias y sobre todo por personas. Los lazos que se forjan en el colegio, tal vez por la inocencia propia de aquella etapa,o por los descubrimientos, o por la ausencia de problemas y responsabilidades serias......o tal vez por un poco de todo eso, hace que con el tiempo valoremos de manera muy especial aquellas relaciones, siendo conscientes ahora de cuánto bien nos hicieron y cuánto nos marcaron.
Un abrazo.