En la madrugada de ayer falleció Manolo Preciado: un infarto ha acabado con la vida de uno de esos hombres entrañables que conocemos gracias al fútbol. Acababa de fichar por el Villarreal y había llegado a sinar como alternativa a Manolo Jiménez en el Zaragoza. Preciado fue un hombre marcado por la tragedia: su esposa Puri falleció en 2002 a causa de un cáncer de piel, dos años después, su hijo Raúl, de 15 años, perdía la vida en un accidente de moto y hace poco más de un año había perdido a su padre, que murió atropellado mientras empujaba un vehículo. Manolo Preciado no dudó entonces en declarar: "La vida me ha golpeado fuerte. Podría haberme hecho vulnerable y acabar pegándome un tiro o podría mirar al cielo y crecer. Opté por la segunda opción", una frase que le define y que nos ofrece la seguridad de que alguien así estará ahora muy alto.
Manolo Preciado era cántabro, pues había nacido en la localidad de El Astillero el 27 de agosto de 1957. Aunque la popularidad de la que gozaba le viene de su trabajo como entrenador, también podía exhibir un curriculum como futbolista que incluía la 1ª División, pues debutó con el Racing de Santander durante la temporada 1977-78, permaneciendo en el club del Sardinero cinco temporadas, de las que tres lo fueron en la máxima categoría. El Racing en el que debutó Preciado era un equipo consolidado entre los modestos de primera, con jugadores tan acreditados como el portero portugués Damas, su compatriota Quinito, los veteranos Geñupi, Rojo II, Sergio y Díaz, el central recientemente fallecido Arteche, que ficharía por el Atlético de Madrid y llegaría a internacional, el ariete paraguayo Orlando Jiménez, que luego jugaría en Valencia y Español y dos jovencísimos delanteros que con el tiempo destacarían en equipos grandes como Marcos Alonso y Quique Setién. Preciado era un defensa peleón y serio, que podía ocupar la posición de central y lateral zurdo, ofrecía seguridad, y aseguran además que tenía cierta habilidad para provocar penaltis. El Racing acabó bajando a segunda, donde jugó Preciado dos temporadas, logrando el ascenso con su equipo de siempre y disputando su última campaña en Santander (1981-82) de nuevo en primera, con un conjunto blanquiverde muy distinto a aquél en el que debutó y donde se habían incorporado jugadores como Castaños, Mantilla, Sañudo, Pedraza, Verón, Bernal, Villita y Angulo. Posteriormente estuvo en equipos de categorías más bajas, aunque todos ellos con tradición: Linares, Mallorca, Alavés, Orense y Torrelavega.
Tras una carrera digna como futbolista, Manolo Preciado se convirtió en un entrenador de buen nivel; siempre estuvo en equipos modestos, a los que supo sacarles el máximo partido. Era un hombre que estudiaba a los rivales, que sabía sacar jugo a cada uno de los jugadores que entrenaba y tenía un carácter que le permitía conjugar la exigencia con el buen trato. En las entrevistas y declaraciones posteriores a los encuentros sabía decir la palabra oportuna, era ocurrente y simpático. A lo largo de su trayectoria como míster consiguió cinco ascensos de categoría, el primero de ellos en la temporada de su debut en el banquillo con la Gimnástica de Torrelavega, a quien ascendió a 2ª B como campeona de su grupo de 3ª división. Un año después repitió la misma hazaña con el Racing B, a quien volvió a subir años después; sus dos últimos ascensos lo fueron a la máxima categoría: la temporada 2003-3004 con el Levante y la 2007-2008 con el Sporting de Gijón, que llevaba diez años en la división de plata. También entrenó a su Racing en dos ocasiones y al Real Murcia en otra. Con el Sporting hizo un trabajo formidable, manteniéndose en primera tres temporadas seguidas con un equipo limitado y un presupuesto mínimo, aunque en la última terminó siendo cesado y sustituído por Javier Clemente.
Como queda dicho, Preciado no solamente fue un ejemplo como profesional, sino también como persona, como un hombre que lo perdió todo y supo levantarse con fe, fortaleza y buena cara. Descanse en paz.
10 comentarios:
Hay personas que la desgracia los persigue, es terrible.
Descanse en paz.
La gran virtud de Preciado es que supo sobreponerse a la tragedia.
Un post muy completo en el que nos das una idea de la grandeza del ser humano. Tantas veces apaleado por la desgracia y sin embargo levantándose y mirando al Cielo una y otra vez... Descanse en paz.
Bienvenida por estos lares, Campanilla; efectivamente fue un gran hombre.
Gran persona
A veces no entendemos absolutamente nada.
Los avatares de este mundo nos causan desasosiego y temor.
Y tal vez estemos equivocados, o tal vez nuestra mente no da para más.
Pero cabe otra posibilidad.
Cabe que el destino de esa familia haya sido estar juntos antes, por algún motivo que se nos escapa.
El espíritu, esa nubulosa de conocimientos eternos, juega al póker con las cartas marcadas.
Y tal vez, ésa mano, estaba escrita con un fin muy determinado.
Al que sólo nos podemos aproximar a base de mucha fe e imaginación.
Hay partidos que no acaban con los noventa minutos, ni con la prórroga, ni con los penaltys.
Hay partidos que se juegan muy altos, practicamente en la estratosfera del destino determinado.
Cada día jugamos ese partido, y a veces no somos conscientes.
Driver: trato de contestarte a tus post y me da error ... el de George Clooney me ha encantado.
Ultimamente Blooger está como la prima de riesgo.
Te aconsejo que hagas copia en tu ordenador de los post que con tanto esmero has escrito.
No sea que aparte de perder el curro y los ahorros, la prima de riesgo nos quite también nuestra afición favorita.
Creo que los suyos le habrán reclamado desde arriba. un beso.
Una idea bien bonita!.
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