"…Porque como en los días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento, hasta el día en que Noé entró en el arca, y no entendieron hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos ..." San Mateo 24:36-39
De unos tiempos a esta parte el ambiente es cada vez más catastrofista, comenzamos las semanas con el cierto relajo que ofrece el fin de semana, pero entre mercados, primas, ibex, rescates y demás dramas, a los ciudadanos, aunque la mayoría no entendemos en exceso de estos asuntos, se nos presenta un futuro negro y desalentador. Últimamente pienso mucho en Abraracurcis, que solamente tenía miedo de que el cielo le cayera encima y se consolaba con la célebre frase de que "eso no tiene porqué ocurrir mañana", y si pienso en el gran jefe galo es porque uno empieza a tener miedo de que, en esta ocasión, exista el peligro de que el bombazo sí que ocurra mañana, ... o pasado.
Ahora todos cargamos las tintas sobre nuestros políticos, quienes consideramos se han portado con venalidad, nos han engañado y son los principales culpables de que la cosa esté tan mal, sin olvidar a los banqueros, grandes empresarios y demás personal sobre quienes suelen caer las iras populares. Y me temo que no nos falta razón y los padres de la patria deberían recapacitar, reconocer sus errores y, por supuesto rectificar; pero me resisto a excluir al resto del mundo de las culpabilidades, entre otras cosas porque siempre he pensado que los políticos no son más que reflejo de la sociedad en que vivimos. Además, la desconfianza y la zozobra han dado alas a algunos que reaccionan con la irracionalidad, desproporcionalidad e injusticia que suponen, desde mi punto de vista, el alboroto, el insulto y la violencia. Y ante todo ésto el panorama se convierte en desalentador, porque ni confiamos en quienes ostentan responsabilidades ni parece que haya alternativas sanas y decentes, al menos a la vuelta de la esquina.
Sinceramente, creo que la frase del Evangelio de San Mateo relativa a los tiempos del diluvio es trasladable a nuestros días; en occidente hemos vivido como si nunca fuera a pasar nada, ajenos a prudencias y precauciones, olvidados de la sobriedad y la ponderación, abrazados al "vale todo" y al "yo soy más que tú", sin controlar ambiciones, deseos y pruritos, arrastrados por los impulsos más ciegos a los que a unos llevaba el afán de dinero, a otros el de poder y algunos más la radicalización de sus nacionalismos. Y así hemos creado un monstruo con el que hemos convivido entre divertidos y satisfechos; el monstruo tenía muchos brazos y ahora se revuelve contra sus engañados compañeros de juegos.
Yo lo tengo claro, llegan unos tiempos nuevos y en ellos nos tendremos que acostumbrar a la austeridad, a carecer de cosas que ahora nos parecen imprescindibles, a ser menos viajeros, menos caprichosos y menos propietarios, a andar por la vida más con visión de servicio y de sentido de las obligaciones que con afán de pisar y exigencias desmedidas. Y es que me temo que estamos ante una crisis que algún día terminará, pero las situación no revertirá al pasado, y el futuro será de otra manera, de una forma bastante menos "glamourosa": pero no hay mal que por bien no venga, y a lo mejor descubrimos que podemos ser más felices viviendo con menos ... todos aprendimos que tras el diluvio, hubo un momento en que Noé abrió la ventana y entro de nuevo la luz y la paloma enviada regresó con un ramo de olivo en la boca, porque en la tierra hay tinieblas, pero aquí Dios sí es capaz de devolver la iluminación.
13 comentarios:
Recuerdo cuando hablaba de esa situación hace cinco años y me decían que era una catastrofista. Siento haber acertado. Tal vez la crisis nos haga mejores. Un beso.
Nos debería hacer mejores, pero no se, no se ....
Que razón tienes, pero no creo que la gente se conforme. Hay generaciones que no conocen la austeridad, la moderación y el sacrificio y eso es peligroso.
Un saludo
Nadie se conforma, en parte porque quienes deberían ir en cabeza a la hora de dar ejemplo no lo hacen.
Eso sí, seguimos entusiasmados con la selección y cerrando los ojos a sus primas, que no son de riesgo ;)
Lo importante es que lo basico este garantizado para todos,pero para todos.Aunque quede un poco demagogico ,quien se acuerda de los desgraciados de Africa -por poner un ejemplo-que mueren todos los dias de las hambrunas ....
Puede ser demagógico ... pero muchos tenemos el problema de que no estamos acostumbrados a estas situaciones y nos hemos creado necesidades: se trata de asumirlo y adaptarse.
Lo que pasa es que sigues viendo como hay más de 10.000 tíos siguiendo a la selección en directo, como unos cuantos viven de coña, etc, etc, ...
Creo que los mayas tenían razón, Modestino. Se acaba el mundo... este concepto de mundo, de civilización. Espero que de las cenizas resurja el Ave Fénix de la cordura, la honestidad, la humanidad... y todo lo que nos ha faltado durante tanto tiempo porque el exceso de bienestar lo ahogaba. Estamos pelín apocalípticos;-)
Un saludo desde Tarraco.
Es que es para estarlo, y la verdad es que yo soy miedica, pero habrá que hacer de tripas corazón.
Y eso que a las horas que son y con el día a cuestas no debería sentirme tan optimista en cuanto a la vida y el futuro pero a mi que hace cinco o seis años no me importaba nada lo que ganan y gastan los demás; sigue sin importarme.
Quien viva en la idea de que el dinero lo es todo y soluciona todos los males, se debe sentir peor que yo que misteriosamente y sin ningún mérito por mi parte no encuentro que el dinero me de la felicidad.
(Esta es una reflexión muy personal)
Muy personal, y muy sabia, Veronicia.
En estos tiempos de crisis me acuerdo de la frase de mi abuelo:
"Chico, cuando corras hazlo con poco equipaje, irás rápido".
...
Pasa el tiempo, y su frase se torna de una actualidad rabiosa.
Tal vez haya llegado el tiempo de saborear unos pocos libros y aprovecharlos, unos pocos amigos y guardarnos mutuamente las espaldas, unos pocos amores y hacerlos germinar.
Tal vez haya llegado el tiempo de volver a aprender a correr más ligeros.
Con menos equipaje, eso sí, repletos de los mejores contenidos.
Yo creo que una de las cosas que aprendes con los años es a reducir el equipaje, a hacer lo que tu dices ... Lo que no se es si lo aprende todo el mundo, sólo algunos o hay quien se niega a aplicarselo.
Ah!, y hay que seleccionar bien, evidentemente.
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