16 de junio de 2012

El "10" de la mejor Alemania

Si hay una posición en un campo de fútbol que siempre ha tenido un toque de distinción es la de "10"; con el paso de los años y las nuevas tácticas es posible que se haya desfigurado algo la condición de líder "zurdo" de un equipo, pero nadie podrá olvidar lo que significaron Pelé para el Santos y la "canarinha", Bobby Charlton para el Manchester United y la selección inglesa que ganó el Mundial de 1966, Maradona para la Argentina de 1986, Platini y Zidane para el resurgir de Francia como selección o Zico para el Brasil mágico y frustrado campeón de 1982. Para que un equipo rinda es preciso que tenga un buen portero, que el centro de la defensa esté bien cubierto y que arriba haya alguien con un buen promedio goleador, pero para lograr títulos, de cualquier tipo, es preciso además que alguien aporte el toque de técnica, capacidad organizativa y liderazgo que ofrecen ese tipo de jugadores. En la Alemania que impuso su ley en Europa -y no sólo en ella- durante esa década fantástica que va del Mundial de 1966 al de 1974 destacaban jugadores tan significativos como Franz Beckenbauer, Gerd Muller, Haller, Uwe Seeler, Breitner o Hoenness, pero el número diez, quien ofrecía las necesarias dosis de técnica y colocación, quien repartía juego por doquier, hacía pases a 200 metros y tenía un tiro durísimo era un poco mediático zurdo del Colonia llamado Wolfgang Overath. Cuando Alemania, tras varios intentos fallidos, conquistó la Copa del Mundo de 1974, el equipo no comenzó a carburar hasta que Helmut Schoen puso en el equipo titular a este hombre que algunos consideraban ya de vuelta en esto del fútbol.

Overath fue siempre fiel a un equipo: el Colonia, que en los años 60 y 70 era uno de los poderosos de la Bundesliga, título que ganó en 1962, 1964 y 1978, habiendo ganado también las Copas alemanas de 1968, 1977, 1978 y 1983; en Zaragoza le recordamos por un éxito menor, pero significativo por estos pagos, pues en 1971 se impuso en el I Trofeo "Ciudad de Zaragoza", que ese año consistió en un triangular entre los anfitriones, los alemanes y los belgas del Anderlecht. En el F.C. Koln -ese es su nombre original- destacaban con Overath el formidable lateral zurdo Karl-Heinz_Schnellinger, un rubio rapidísimo que enseguida emigraría a Italia y Wolfgang Weber, un central que marcaría el gol que originaría la prórroga de la Final del Mundial de Inglaterra. Tanto en el Colonia, equipo del que con los años llegaría a ser presidente, como en la selección alemana, con la que jugó 81 partidos, Overath se convertía en el eje de su equipo, con una zurda prodigiosa con la que realizaba unos pases increíbles y disparaba con tanta dureza como dedicación. El jugador disputó la friolera de 765 partidos con el Colonia en los que marcó nada menos que 287 goles, a los que habría que añadir los 17 conseguidos con la zamarra blanca de Alemania. Overtah fue titular indiscutible de la selección germana en tres Mundiales: el de Inglaterra-66, donde los teutones perdieron la final con el equipo anfitrión con polémica incluída, el de México-70, cuando los germanos se vengaron de los ingleses en un increíble partido de cuartos y fueron derrotados por Italia (3-4) en una semifinal sensacional, acabando terceros merced al gol que el propio Overath hizo encajar a Uruguay y el de Alemania-74, cuando Alemania fue campeona al imponerse a la "naranja mecánica" de Cruyff en una durísima final, y en la que Overath puso el toque de calidad y veteranía a un medio campo en el que lucían los jóvenes Uli Hoenness y Rainer Bonhof. El jugador del Koln no fue titular, por el contrario, en la Eurocopa de naciones ganada por Alemania en 1972, pues coincidió con la época más brillante de quien luego sería madridista Gunther Netzer, otro "Diez" realmente sobresaliente.

Wolfgang Overtah era el típico jugador que impresionaba al verle deambular por el campo, con buena planta y excelente colocación, de esos que uno se da cuenta enseguida que saben en cada momento lo que tienen que hacer y donde han de estar situados. Era un jugador serio, poco amigo de esas bravuconadas y polémicas a las que frecuentemente son aficionados los futbolistas. Su palmarés y su trayectoria fueron espectaculares, a pesar de lo cual su nombre no suena demasiado, al menos a quienes no habían nacido aún cuando jugaba; pero no cae ninguna duda de que si en la Alemania de su época en la defensa brillaba el nombre de Beckenbauer y en la delantera los de Uwe Seeler y "Torpedo" Muller, a la hora de hablar de los centrocampistas el primer nombre que había de nombrarse, y bien alto, era el de Overath.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy pensando que los futboleros actuales de menos de 40 años (sí, sí, por desgracia para nosotros, querido amigo, la línea divisoria creo que está ahí, en los 40 años) ni se imaginan la tremenda, brutal, escandalosa superioridad que los equipos (y la selección) alemanes tenían sobre el resto (en especial, los españoles, pero no solo) durante esa época.

En cuanto sabías que un equipo de aquí debía enfrentarse a uno teutón, la pregunta no era "quién va a ganar", sino "cuántos goles nos van a meter". Daban pánico.

Para que los jóvenes se hagan una idea, es como cuando el Barça actual se enfrenta a un equipo de Bulgaria, o Polonia o Finlandia.

¡Cómo hemos cambiado!

(Me refiero al fútbol o al deporte en general, porque en el resto de los aspecto seguimos igual, o peor).

¡Salud!

Brunetti dijo...

El del comentario anterior era yo, pero desde mi casa. Es decir, con escasos medios técnicos y especialmente torpe.

tomae dijo...

..yo sabía que eras tú Brunneti, tu forma de escribir nunca cambiará
-eternamente joven-.

Para añadir comentario sobre el post, lo del 10 me ha hecho recordar a un concepto que explicaba Cruyff sobre Romario -un auténtico dominio del juego en el área pequeña-

Modestino dijo...

Un mundial de fútbol es un campeonato en el que siempre juega Brasil y a la final llega Alemania.

Modestino dijo...

Eternamente joven y gramaticalmente perfecta ...

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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