10 de noviembre de 2014

¿De qué se reirá la vaca?


Cuando era pequeño los quesitos famosos eran del "caserío", aunque en los anaqueles de la tienda de ultramarinos que frecuentábamos mi familia -el dueño se llamaba Porfirio Ezquerro- también se veían otras marcas como "MG" o "La vaca que ríe", cuyos quesitos recuerdo que nos fueron vivamente recomendados en una ocasión por una de las empleadas del establecimiento. La portada era característica y hacía honor a la marca del producto, pues aparecía -y sigue apareciendo- la cabeza de una vaca con una abierta y espléndida sonrisa.

Por aquella época los dibujos de Walt Disney ya hacían furor, y un niño de entonces andaba perfectamente acostumbrado a ratones sabios, patos torpones, perros bailarines y gatos que se saben la tabla de multiplicar, por lo que un bóvido sonriente ni asustaba ni sorprendía. Lo que sí es cierto es que nunca averigüé la razón por la que sonreía el animal, aunque habría que imaginar que la razón de su optimismo debía de estar en la bondad de los quesitos ubicados en el interior de la redonda caja que protagonizaba. 

Hoy, no se porqué se me ocurre pensar que hoy en día nuestra vaca podría estar riéndose de una serie de cosas, tal vez de la torpeza de nuestros políticos, que parecen ser cada vez más patosos -y algún que otro epíteto algo más duro- en materia de corrupción, de la charlotada que protagonizaron algunos allá por el noreste peninsular, con reacciones de presidentes autonómicos y otros líderes que a uno no pueden evitar evocarle  tiempos de Weimar y elecciones posteriores o del papelón del pobre Luis Enrique, que pensaba que venía a su rampa de lanzamiento a la eternidad y ya lleva varias semanas con su equipo dando la nota.

8 comentarios:

Brunetti dijo...

Sin duda que lo que se celebró ayer aquí fue una "charlotada", como tú apuntas; o una "boutade", como dicen los modernos. Quizá por ello se ría la vaca.

La cosa carecería de mayor trascendencia si no fuera porque en esa 'ocurrencia' participaron casi 2.300.000 personas.

Ese simple dato numérico, nada baladí, debería ser suficiente para que alguien, allá en la capital del Reino y en la soledad de su palacete, se convenciera de una vez por todas de que tiene un problema en esta parte del 'noreste peninsular' y comenzara a hacer algo (que ya va siendo hora).

Este asunto no es como el de la corrupción, que creyó que podía medio solventarse recurriendo a la vieja táctica de dejar pasar el tiempo: aquí, cuanto más tarde en tomar cartas en el asunto, más se le va a agravar.

Dentro de un año ya no serán 2.300.000 criaturas las que salgan a la calle a votar o a protestar o a exigir, sino 3.000.000. Y enconces no habrá forma de atajar la sangría.

Esto lo escribe alguien que, como bien sabes, está exento del virus nacionalista.

Salud!

Modestino dijo...

Si, pero debe de ser un virus agresivo. El problema me temo que no tiene solucion, y sin quitar responsabilidades a Madrit, es mucho el tiempo de manipulacion.

Anónimo dijo...

La vaca sencillamente se ríe porque se mira al espejo y con esos pendientes tan chulos se ve guapísima.

Por las demás cosas que apuntas estaría con cara de querer embestir a más de uno.

Anónimo dijo...

La vaca sencillamente se ríe porque se mira al espejo y con esos pendientes tan chulos se ve guapísima.

Por las demás cosas que apuntas estaría con cara de querer embestir a más de uno.

interbar dijo...

La vaca se ríe porque es francesa y le damos risa. En la patochada no han participado los que dicen sino muchos menos votando más veces. Pero sí, si el gobierno no toma las riendas de la autonomía catalana y limpia esa comunidad tendremos problemas.

Brunetti, reiterativo dijo...

Insistiendo en el tema del 9-N (los que no vivís aquí posiblemente no os podáis hacer una idea de hasta qué punto está impregnando nuestra vida diaria), no me resisto a transcribir la entrevista que escuché el domingo en la radio. Es muy corta.

El periodista estaba en Campoclaro, que es un barrio periférico de Tarragona muy deprimido por todas las razones que os podáis imaginar (desempleo, pobreza real, droga...). Modestino lo conoce bien, me consta.

-Periodista: "¿Qué piensa usted de la independencia?".

-Ciudadano: "Eso es para los ricos. Yo tengo otros problemas".

No hace falta añadir que esta (sencilla, escueta) entrevista nunca saldrá publicada o reproducida en ningún medio controlado por la Generalitat. Pero a mí no se me olvida.

Salud!

Driver dijo...

Desde la capital del Reino de las Autonomías, la vaca no solo se ríe abiertamente, sino que literalmente se carcajea de forma reiterativa.
Las fuerzas naturales del mundo vobino hacen que la vaquita campee libre por el pastizal, rumie allá donde el ordenamiento jurídico empieza a crugir, se coma las páginas apetitosas de una Constitución descosida y haga de cuerpo donde las ordenanzasetona municipales lo impiden en pura teoría.
Mientras tanto, el Presidente de todos los vaqueros, corre y corre tras la vaquita. Se le ha ido del corral, alegre y juguetona, pues nada ni nadie le impide pisar con sus patitas el sembrao de D. Presidente.
Por eso se ríe la vaquita.
Es mucha vaca para un vaquero tan miope, que no es capaz de cuidar de todo su ganado.
Y claro, luego vendrá el toro de las elecciones y le dará un fuerte pitonazo al vaquerito miope y tibio.
Porque la primera obligación de un vaquerito es conservar vivas y unidas a la manada, pero sin usar la vara, sin arrear castañazos ni pegar gritos desaforados por mitad del pastizal.
Un buen vaquerito les habla a sus vaquitas, les da comida y agua, las deja retozar en el prado y luego las recoge en el redil cuando llega la tormenta.
Y cuando el vaquerito no hace bien su trabajo, la vaca se ríe.
En puridad, se descojona de él.
Y rompe el cercado a patadas.

Anónimo dijo...

Una vez me dieron unos caramelos franceses que se llamaban la vaca seria (no es broma, la silueta de la vaca aparecia seria)