El pasado domingo, 4 de diciembre, falleció en Carmel-by-the-Sea (California) la actriz Joan Fontaine a la probecta edad de 96 años. La actriz se llamaba en realidad Joan de Beauvoir de Havilland y cambió u nombre para que no coincidiera con el de su hermana mayor, la también actriz Olivia de Havilland, con la que mantuvo una rivalidad sangrienta. Había nacido en Tokio, ya que su padre Walter ejercía allí la profesión de abogado, mientras su madre era Lilian Augusta Ruse, actriz británica conocida como Lilian Fontaine. La carrera de la actriz fallecida tuvo sus momentos más brillantes en los años 40 y 50, en los tiempos más dorados y "glamourosos" de Hollywood. Leyendo las crónicas de los más expertos cineastas compruebas que con frecuencia la profesionalidad de la Fontaine no queda bien parada, aunque por lo menos parece indiscutible su gran belleza y el hecho de que atinara con las películas adecuadas para conseguir lo máximo en el cine, entre otras cosas un Oscar de Hollywood.
Cuentan que fue la actriz favorita de Hitchcock, por mucho de que tal privilegio también podría ser atribuido a otras bellezas tan notables como Ingrid Bergman, Tippi Hedren, Grace Kelly, Kim Novak, Vera Miles o Janet Leigh. De cualquier manera, no parece una osadía considerar que el trabajo de Joan Fontaine en "Rebeca" es de esos que consigue que identifiques un nombre y un rostro con una película; como señora de Winter -nótese que el genial director británico no nos descubre en ningún momento el verdadero nombre de la protagonista, tal vez para remarcar su irrelevancia ante la fallecida Rebeca- la actriz se consagra definitivamente, e incluso las chaquetas de punto que luce adquieren el nombre de "rebeca" en los cinco continentes. Su interpretación supuso su primera nominación al Oscar a la mejor actriz, aunque en esta ocasión el galardón se lo llevó Ginger Rogers por "Espejismo de amor". "Rebeca" logró el Oscar a la mejor película, y no hay porque dudar que también en esto la Fontaine puso su granito de arena, sin olvidar por supuesto a un reparto de lujo como el que formaban con ella Lawrence Olivier, George Sanders y Judith Anderson.
Alfred Hitchcock siguió contando con ella y al año siguiente le dio el papel protagonista de "Sospecha", uno de los mejores trabajos del mago del suspense; en ella tiene por compañero de cartel a Cary Grant, y aunque algún "malvado" asegura que lo único que brilla además de Grant es la blancura del vaso de leche que éste sube por la noche a su esposa de la ficción -evidentemente Joan Fontaine, su interpretación supuso la obtención de su estatuilla a la segunda, y que le pregunten a Peter O'Toole si esto es sencillo. Las rivales que tuvo para conseguir el ansiado trofeo eran de primer nivel: Bette Davis, Greer Garson, Bárbara Stanwick y su mismísima hermana, Olivia de Havilland. Antes de estas dos películas con Hitchcock que la consagraron como estrella, la actriz desaparecida había trabajado en dos ocasiones con George Cukor -"No más mujeres" (1935), con Robert Montgomery y Joan Crawford de protagonistas y un papel muy secundario y "Mujeres" (1939), junto a actrices tan importantes como la propia Crawford, Rosalid Rusell, Norma Shearer y Paulette Goddard-, amen de otras intervenciones, siempre en segunda fila, en otros films menos relevantes.
En 1943 obtiene su tercera y última nominación al Oscar, en esta ocasión por "La ninfa constante", un drama romántico de Edmund Goulding con el clásico argumento de muchacha inocente que se enamora de quien no le corresponde; el galán en esta ocasión es Charles Boyer y la estatuilla la terminó obteniendo Jennifer Jones por "La canción de Bernardette". Aunque no la eligieran candidata al olimpo, más valioso fue su trabajo en "Jane Eyre" (1944), versión que hizo Robert Stevenson de la inmortal novela de Charlotte Bronte y en la que la actriz da vida a la heroína del libro -lógicamente en edad madura- compartiendo reparto estelar con Orson Welles, Márgaret O'Brien, Elizabeth Taylor y Agnes Moorehead. El último gran trabajo de esta década lo realizó en "Carta de una desconocida" (1948), otro melodrama dirigido esta vez por Max Ophüls donde Joan repite su papel de mujer no correspondida, una película excelente con Louis Jourdan de partenaire. "El pirata y la dama" (1944), "De hoy en adelante" (1946), "Sangre en las manos" (1948) , junto a Burt Lancaster, "El vals del emperador" (1948), con Bing Crosby y "¡Viva la vida!" (1948), con James Stewart son otros títulos.
Algunos comentaristas destacan "September affair" (1950), un film dirigido por William Dieterle que consiste en un complejo drama romántico con toques de thriller y misterio, la pareja de Fontaine es Joseph Cotten y en el reparto figura una entonces más joven Jésicca Tandy. La primera película que posiblemente viera yo en su día de esta actriz fue "Ivanhoe" (1952), una versión cinematográfica del clásico de Walter Scott que dirigió Richard Thorpe en la que encarnó a Lady Rowena, con Robert Taylor como Wilfred de Ivanhoe, Liz Taylor como Rebeca y George Sanders -¡cómo no!- de villano. Curioso fue su trabajo en una comedia de enredo como "El bígamo" (1953), de Ida Lupino y destacado el de "Dos pasiones y un amor" (1956), donde Anthony Mann la puso en cartel junto a su entonces mujer Sara Montiel, Mario Lanza y Vicent Price en un musical con tintes de drama. Posiblemente su mejor trabajo de estos años fue "Más allá de la duda" (1956), un drama complicado de Fritz Lang que rodó junto a Dana Andrews. Muy polémica resultó "Una isla al sol" (1957), de Robert Rossen, con James Mason, Joan Collins, Harry Belafonte y Stephen Boyd de compañeros de cartel y que al presentar relaciones entre personajes de distintas razas fue boicoteada por el Ku-Klux-Klan y prohibida en Carolina del Sur. También destaca "Mujeres culpables" (1958), de Robert Wise, un drama judicial donde trabaja con Paul Newman y Jean Simmons. Aún recuerdo la versión en cine del célebre "Viaje al fondo del mar", de Irwin Allen, donde trabaja junto a Walter Pidgeon, Bárbara Eden y Peter Lorre en un papel de mujer bastante menos dulce de lo habitual en ella.
A partir de esta época la presencia de Joan Fontaine se reduce a la pequeña pantalla. descanse en paz.
10 comentarios:
oiga, no me lo tome a mal pero, esto se está convirtiendo en un obituario.
Descanse en paz.
Es que se ve que los artistas se mueren a rachas ...
Esta no era beoda?
Estoy de acuerdo con Antonio (se le saluda Antonio)
Modestino, si me muero ... ¿me dedicaras un post?
Pd. Si puedes lo publicas un día antes que me gustaría leerlo!!!
Algun defecto tendria, pero este no.
Lo mejor será que te lo dédique en vida, amigo Tomae.
Me gustaría saber a quién pertenece ese comentario malicioso sobre Cary Grant en "Sospecha", porque a mi juicio hace bastante bien su papel (aunque llamarle "carita de mono" a una mujer de rostro tan angelical, por muy guapo que fuera él...)
Creo que fue en el famoso libro de Truffaut donde Hitchcock comentó que el auténtico final de "Sospecha" era que efectivamente Cary Grant envenenaba a Joan Fontaine pero que también echaba al correo una carta que ella le había entregado antes de beberse la leche y en donde contaba todos los fundados motivos que tenía para sospechar de él, con lo que se supone que al final le iban a pillar por cargarse a su cónyuge. Por desgracia, triunfó el final más feliz. Y es que Grant cuidaba muchísimo su imagen.
P.D.: Si Olivia De Havilland lee tu blog (cosas más raras habrán sucedido en el mundo) se mosqueará porque no dices que ella ganó dos Oscar, uno más que su recién fallecida hermana. Ay, actrices. Ya lo decía el personaje de Bogart en "La condesa descalza": no estoy casado con una actriz, estoy casado con una mujer.
A Olivia de Havilland la sigo esperando en su correspondiente post ... ;););)
Por cierto que leyendo obituarios de esta actriz veo que he omitido su penúltima película: "Suave es la noche" (1961), de Henry King, junto a Jennifer Jones y Jason Robards, se ve que no está mal.
Basada en una novela de Scott Fitzgerald, ahora otra vez de moda por el último Gatsby. Tengo un recuerdo lejanísimo, pero creo que se podía ver.
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