La estación de ferrocarril de San Vicenç de Calders-Comarruga tuvo en su tiempo una importancia notable; era un nudo ferroviario de una entidad equiparable a otras estaciones españolas tan célebres como las de Venta de Baños, Miranda de Ebro, Alcázar de San Juan o Monforte de Lemos. No fueron pocas las veces que desde Tarragona tuve que acudir allí para coger el Talgo o cualquier otro tren que me llevara a Zaragoza o Madrid; también en mis primeros tiempos profesionales dicho lugar era parada obligatoria cuando una vez a la semana acudía al Villafranca del Penedés, ciudad a la que no había tren directo desde Tarraco y había de hacer escala en San Viçens ... una espera que podía llegar a ser larga si se producía algún retraso -algo frecuente en la RENFE de la época- y no llegabas a tiempo a los enlaces.
Y fue precisamente una mañana en que esperaba el cercanías que pasando por El Vendrell, Arbós del Penedés y Santa Margarida i els Monjos me llevaría a Villafranca cuando fui espectador pasivo de una anécdota realmente divertida. Tendría que ser necesariamente entre abril de 1986 y julio del año siguiente y no sería más tarde de las 8 de la mañana; en la estación había bastante gente y en las distintas vías unos cuantos trenes que iban en dirección Tarragona o Barcelona. Estaba próxima a cumplirse la hora de salida de uno de dichos trenes cuando en la entrada al recinto irrumpió un matrimonio ya entrado en años con caras de prisa y nervios desatados, desde el primer momento se vio quién mandaba allí, y no era el marido. La señora, con voz "gritona" y tono elevado se dirigía a él constantemente bajo la denominación de "Pep María", instándole a comprar los billetes mientras ella se dirigía a la zona de andenes; por lo visto el pobre "Pep María" tenía dificultades para conseguir los tickets y su atribulada esposa comenzó a impacientarse y advirtiendo notoriamente a "¡Pep María!" cruzó a la vía donde estaba el ferrocarril y se colocó en la puerta de entrada al mismo, continuando su insistencia, ya a grito pelado, de que "Pep María" se diera prisa. Cuando su desencajado marido accedió a la explanada con los billetes en la mano la mujer, que al parecer pensaba que su "partenaire" no se enteraba donde estaban ni ella ni el "convoy" intensificó la llamada de "¡Pep María!", momento en el que habiéndose ya convertido desde hacía unos minutos en el centro de atención de todos los que estábamos allí, la gran mayoría de viajeros comenzaron a corear también el nombre de "¡Pep María!", convirtiendo la familiar y "chusca" aventura del matrimonio en epopeya de interés general. Al grito de "¡Pep María!" -equivalente a un "a mi la legión", "Santiago y cierra España" o "al ataque por Tutatis"- éste consiguió acceder al tren, tranquilizar por fin a su media naranja y templar el espíritu del resto de viajeros que habían terminado haciendo suyo el sufrimiento de la "señora de Pep María" y cerraron el episodio con una cerrada ovación.
Al cabo de más de 25 años vete a saber por qué te tenido la humorada de compartir aquí una anécdota intrascendente pero que no deja de reflejar diversas idiosincrasias: la de la mujer impaciente y mandona, la del esposo resignado y voluntarioso y la del ciudadano medio solidario, lleno de bonhomía y con cierta querencia al cachondeo.
P.D.: que levanten la mano los que al leer el título han pensado que Pep María era un futbolista ... ;)
P.D.: que levanten la mano los que al leer el título han pensado que Pep María era un futbolista ... ;)
6 comentarios:
me ha recordado tu anécdota a una que viví yo cuando era muy pequeña, y que a pesar de que a llovido y mucho todavia me acuerdo:Señora mayor más bien entrada en carnes con un abrigo de piel y a su lado un señoR (supongo que el marido) muy pequeñito y poquita cosa, le gritaba y regañaba y el pobre miraba para el suelo., me impresionó profundamente ,me dio mucha penita el pobre señor , que quién sabe a lo mejor era un capullo.
La escena desde luego tal y como la recuerdo era de chiste.
Un saludo
Berlanga hizo maravillas con estas escenas¡¡¡¡
Efectivamente pense que tendra que ver un futbolista con la estacion dr San Vicens
Tenía que haber hecho apuestas y hubiera sacado unos eurillos ;)
Ayer con un amigo ferroviario hablábamos de esta estación ... también conocida como la de Comarruga ...y equiparable en categoría a la de La Plana de Picamuxons o la de Tardienta.
La estación de Tardienta es todo un emblema ferroviario: "the next stop is Tardienta", casi nada!... En cuanto a Picamuxons es un nombre que siempre me sonó a pájaro "chinchorrero".
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