19 de diciembre de 2012

Manuel Dicenta

En los viejos tiempos de la televisión, esa con la que frecuentemente he desplegado mi nostalgia al hablar de los espacios teatrales que tanto bien hicieron a la formación cultural de los jóvenes de la época, trabajaba un actor que a mí me parecía el mejor: el madrileño Manuel Dicenta. Lo cierto es que no sabría explicar la razón por la que tenía encumbrado a este hombre de pelo abundante y completamente blanco, dicción brillante y mirada bondadosa, y de hecho no me ha resultado fácil encontrar excesivos datos de su carrera, incluso la única foto de entre las buscadas en la que me ha parecido que se refleja claramente su cara es ésta de un viejo "Tele-programa" en la que aparece;junto a otra de las "inolvidables del medio", Luisa Sala. El apellido Dicenta es toda una institución en la historia del teatro español contemporáneo, pues Manuel era hijo del actor Joaquín Dicenta y padre de Daniel Dicenta, también actor, que estuvo en su día casado con la gran Lola Herrera y de cuya unión nació otra actriz de primera fila, Natalia Dicenta. Manuel Dicenta en los viejos "Estudio-1", "Novela", ... siempre hacía papeles protagonistas; yo lo consideraba un hombre bastante mayor, aunque al cabo de los años he comprobado que no era del todo cierto pues murió en 1974 a la edad de 69 años, aún lejos de la vejez.

Queda dicho que Dicenta, cuya primera aparición en la pequeña pantalla consistió en una entrevista concedida a uno de los grandes "mosntruos" del periodismo de la época, Victoriano Fernández Asís -"Señor Ministro, dicen, ... yo no lo creo, ..."-, fue un asiduo de los programas teatrales de Televisión Española -"Estudio 1" (1966- 1973), "Primera fila" (1963-1965), "La Noche al hablar" (1964), "La Otra cara del espejo" (1965), ...-, protagonizando obras tan importantes como "El gran teatro del mundo" (1969), de Calderón de la Barca, "Otelo" (1972) de William Shakespeare o "Don Juan Tenorio" (1973) de José Zorrilla. No obstante, la popularidad que alcanzó este actor en la tele no nos puede hacer olvidar que su gran vocación fue el teatro y sus interpretaciones más magistrales las realizó en la escena, con papeles importantes en obras tan variadas como "Vidas cruzadas" y "Los intereses creados", de Jacinto Benavente, "Ricardo III" (1946), de Shakespeare, "Divinas palabras", de Valle Inclán, "Seis personajes en busca de un autor" y "Así es si así os parece", de Pirandello, "La muralla" y "El proceso del arzobispo Carranza", de Joaquín Calvo Sotelo, "Diálogos de Carmelitas", de Georges Bernanos, "Proceso de Jesús", de Diego Fabbri, "Huracán sobre el Caine", de Herman Wouk, Cosas de papá y mamá, de Alfonso Paso, "Fedra", de Unamuno, "Los bajos fondos", de Máximo Gorki, "La playa vacía", de Jaime Salom, "Andorra", de Max Frisch y "Las cítaras colgadas de los árboles", de Antonio Gala. Tampoco cabe olvidar que Dicenta participó en el Festival de Teatro Romano de Mérida en 1954 "Edipo rey", de Sófocles y un año después con "Julio César", de Shakespeare, ambas junto a Francisco Rabal y bajo la dirección de José Tamayo y fue profesor de Arte Dramático en la Real Escuela Superior de Arte Dramático. La voz de Manuel Dicenta era bellísima, espectacular, y por internet corren unas cuantas grabaciones de poesías recitadas maravillosamente por él como "La canción del pirata" de Espronceda o las "Coplas a la muerte de su padre" de Jorge Manrique.

No obstante, y sin obviar ese impresionante currículum, el recuerdo más vivo que me queda de este hombre, la razón por la que he decidido hablar de él aquí y ahora, tiene que ver con su trabajo como presentador en el programa infantil "Carrusel del domingo" a principios de los años 70. Se trataba de un programa que se emitía los domingos por la tarde y que estaba dedicado a los telespectadores más jóvenes, en él iban sucediéndose actuaciones, películas, pequeñas obras de teatro, ... Manuel Dicenta introducía cada espacio con unas breves palabras en las que se mostraba con una espontaneidad admirable. Era directo, cariñoso, comunicativo y divertido; siendo como era un hombre con una vida dedicada a lo más selecto de la interpretación teatral, supo adecuarse a las circunstancias y conseguir que los niños de entonces nos sintiéramos tratados con respeto y simpatía a la vez, no como unos bobos ignorantes, sino como personas con capacidad de entender, algo que no ocurría siempre. Creo que la mayoría eramos conscientes que quien nos presentaba el programa era un personaje relevante, no un locutor o locutora en funciones de meritorio, ni un cómico venido a menos, sino alguién con peso específico, y pienso que agradecimos que se nos diera esa importancia; Manuel Dicenta, sin ninguna duda, estuvo, com o siempre, a la altura de las circunstancias. Al cabo de casi cuarenta años de su muerte, nunca olvidaré a ese hombre mayor de aspecto sereno y afable que nos trataba como personas mayores en los domingos de mi última infancia.

13 comentarios:

meloenvuelvepararegalo dijo...

Quizá porque soy un poco más joven que tú, no tengo estos recuerdos en mi infancia, y este actor solo lo reconozco como familiar (ya he leído todo el árbol genealógico) de actores que hoy en día sigo.
En mi caso, por ejemplo, a quien recuerdo mucho de la infancia es a Los Payasos y, precisamente Miliki, era mi favorito.
Pero es bonito tener esos recuerdos, no?
saludos,

Modestino dijo...

Hay quien piensa que no hay que mirar al pasado ... yo creo que nos puede enriquecer.

opinadora dijo...

Leyendo la entrada de hoy añoro el programa de Estudio uno. Es una pena que no exista ese u otro programa parecido .Donde ponían obras de autores que no solo eran de calidad sino entretenidas, recuerdo “Juegos de sociedad””las mariposas son libres,”Llama a un inspector”,etc.
No repiten en cine de barrio películas antiguas y en programas de fin de semana a viejas glorias de la canción, pues que hagan una especie de Teatro de barrio, para los que ya no son –somos- tan jóvenes.

Modestino dijo...

En un kiosco de la Glorieta de Bilbao de Madrid tienes DVD de diversos "Estudio-1". Creo que también hay en los FNAC, e imagine que en muchos otros sitios.

tomae dijo...

...perdona Modestino, antes que se me olvide ... ya sé que no viene muy a cuento con la entrada pero el año pasado comentaste que (y cito)

" En mis manos había un décimo comprado en Grañén..." que aunque no te tocara, El Gordo tocó allí.

Me planteaba si tendrías un Décimo de estos días y lo pudieras compartir entre tus amigos y comentaristas del Blog... sí es así yo te enviaría gustosamente 5 Euros de participación (puedes invitarme si quieres) ...y puestos a pedir, si me dices el número y serie con que participo-participamos tampoco estaría mal... ya sabes por aquello de compartir ilusión... ¿me - nos apuntas? :)

Brunetti dijo...

Yo no recuerdo haberme reído tanto en mi vida como en un "Estudio-1" viendo "Los extremeños se tocan", con Pedro Osinaga en uno de los papeles protagonistas.

Por cierto, ¿sigue vivo Osinaga? Hace años que no sé nada de él.

No es que fuera un grandísimo actor, pero siempre me desternillaba con él.

Salud!

Modestino dijo...

Tomae, mi Lotería no da para todos. No obstante, llamame y compartimos.

Modestino dijo...

Pedro Osinaga es el único actor que sigue vivo de la mítica versión de TVE de "Doce hombres sin piedad". Yo creo que en su estilo es un magnífico actor.

***** dijo...

Modestino, soy el Décimo de la serie 22 Fracción 10 (me he enmascarado por aquello de la confidencialidad...) dice tomae -te "me enviará" scaneado-que comparte 5 euros míos con 5 del que tu tengas ...¿hace?

Un Saludo, y si toca podemos invitar a una buena cena a los amigos del Cajón... a Brunetti también.

Modestino dijo...

OK, comprometido¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Esta casa es el cuento de la lechera.... ya estamos con las consecuencias jurídicas por si nos toca el premio... (billete que ha comprado la madre de Cantoná y que no queda claro si lo reparte o si lo comparte...)
:))))

Tommy dijo...

Yo también me reí mucho con "Los extremeños se tocan", en donde también brillaba el gran José Bódalo. Hacía gracia eso de que cantaban sin música. Donde sí que cantaba Osinaga era en "Carlo Monte en Monte Carlo", la opereta de Jardiel Poncela (y Jacinto Guerrero) que también pasaron por Estudio 1.

Anónimo dijo...

Por cierto que el actor Jacobo Dicenta es hijo de D. Manuel, que era muy pequeñito cuando este falleció...