He conocido a algún que otro devoto de Charlie Brown, gente que sabe sacar petróleo de la peculiar idiosincrasia de estos personajes tan yankees como Carlitos, Lucy, Linus, Pecas Patty y, por supuesto, el inefable Snoopy, entre muchos otros. Yo nunca los he seguido de cerca y no acabo de encontrarles la gracia, por mucho que resulte indiscutible eso de que algo tendrá el agua cuando la bendicen y en este caso el éxito de Charles M. Schulz no cabe duda de que tiene que estar justificado. Cuando tenía pocos años -creo recordar que en los primeros 70- TVE programó una serie de dibujos animados de Carlitos y cía y, como era de esperar, los niños de la época acudimos expectantes a la "caja tonta" para ver esos dibujos que venían precedidos de tanta fama; no recuerdo si la serie tuvo mucho o poco éxito, aunque me parece que no duró demasiado en cartel. No me impresionaron en exceso los distintos episodios, tal vez acostumbrado a Walt Disney, Warner Bross o Hanna & Barbera, y apenas me queda un lejano recuerdo de los doblajes más bien chicanos, de una escena en la que al pobre Charlie Brown le decían "Carlitos cabeza hueca" y de la tal Pecas Patty, una especie de niña "alternativa" que bautizaba al protagonista como "Carlangas", amen de esas escenas de Snoopy en plan Barón Rojo, aunque éstas me parece que quedaron en mi disco duro posteriormente por haberlas visto en alguna tira de cómic y no en la pequeña pantalla.
Pero hubo un capítulo que, vete a saber por qué extraña razón, quedó grabado en mi cabeza para siempre; me parece que era por Navidades y el tema central del episodio era el platónico enamoramiento del protagonista de una "linda niña pelirroja". La pelirroja no salía en ningún momento, pero Carlitos no paraba de citarla mientras ponía cara de cordero degollado y se topaba con la incomprensión del resto. Las escenas, a la vez que algo simplonas, eran de una ternura notable, y uno acababa sintiendo pena del torpe e ingenuo Carlitos que no se veía ni comprendido, ni escuchado ni correspondido. No recuerdo bien cómo terminaba la cosa, aunque imagino que la linda pelirroja se volatilizaría y con ella su recuerdo, para frustración de Carlitos y de quienes gustábamos de los finales felices. ¿Quién no ha tenido cuando menos una vez en su vida la ilusión o el capricho de una "linda niña pelirroja"?, ¿quién no ha adormecido las penas o los agobios con amores tan idealizados como ilusorios, a la vez que carentes de malicia y peligro?. Sirva este recuerdo lejano, difuso e infantil como homenaje a nuestros amores platónicos, a esos afectos del corazón, del alma que aunque no hacen daño a nadie tendemos a esconder como secreto inconfesable y generalmente se van de modo tan repentino como vienen, como la brisa del mar o la luz de la luna.
11 comentarios:
https://www.youtube.com/watch?v=sWS_eEkt3Ek
"I like you,
Charlie Brounw
signed
litle red haired girl"
:)
Gracias¡¡¡, magnífica aportación¡¡¡¡
Los amores platonicos tambien llamados plantonicos....
Es cierto que pueden ser considerados amores frustrados, pero según como lo veas, también amores eternos.
Un amor no correspondido no es amor
No, evidentemente ... es solamente algo platónico, idílico, ideal ... llamalo como quieras y mi post ha de entenderse así. Lógicamente no hay amor no solamente por la ausencia de correspondencia, también porque no hay nada compartido, ni alegrías, ni penas, ni sufrimientos ... ni discusiones, ni reconciliaciones, ni descosidos, ...
Por eso es platónico: no es verdadero.
Rompo una lanza en favor del amor platónico, Modestino.
No es verdadero ni te quedas anclado en él, pero es un estadio necesario en el descubrimiento del Amor. Por primera vez se sale de uno mismo para proyectar los pensamientos y afectos en otro... aunque este otro sea un ideal. Lindo post, jurisconsulto. Feliz domingo.
Un saludo, Sunsi.
Sunsi, es muy bonito lo que has escrito... en algunas personas la permanencia en ese estado es más prolongada que en otras, y tienes razón igual ni siquiera vemos a la otra persona como es realmente sino que proyectamos nuestro ideal de amor en esa persona.
Hay quienes son tan pragmácticos que no dejan margen para los sueños y las idealizaciones.
4 años después... Charlie Brown era tan genial por su misma simplicidad, tal como los niños, lleno de silencios y pausas, mostraba una cotidianidad donde los niños apreciábamos que los pequeños actos que nos pasaban diario, pero que eran importantes para nosotros, eran tan importantes como para pasar en una caricatura (cartoon, anime, etc), o en una tira cómica... incluyendo la fabulosa imaginación de un perro (o de un niño imaginado que un perro imagina eso) combatiendo al Barón rojo... cada personaje tan sencillo y tan especial como nosotros mismos o nuestros amigos de infancia, y la bendición/tragedia de un amor infantil y platónico, todo ello es hermoso, en la infancia todo enamoramiento tiene algo de platónico aun si fuera correspondido pues está destinado a terminar, gracias por los recuerdos, saludos cordiales...
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