La imagen traerá necesariamente montones de recuerdos a todos aquellos que superen los 45 años: ¡la de vivencias que cada cual podrá contar en torno a un paquete de Celtas cortos!. Esta cajetilla, de un tamaño más pequeño al habitual, diseño rudimentario y que contenía unos miserables cigarrillos arrugados y sin filtro es como el símbolo de toda una época, de un tiempo que ya no volverá en el que tal vez las privaciones las llevábamos con bastante más naturalidad y hasta sentido del humor. En torno a los "Celtas" clásicos comenzamos a trampear los adolescentes de los inicios de los 70 ... e imagino que años antes unas cuantas generaciones más. Eran cigarrillos que en Zaragoza se vendían sueltos en garitos mínimos, se fumaban entre los arbustos del Parque Primo de Ribera -hoy "Labordeta”-, en las orillas del Canal Imperial, en plazas y callejas ... y, por supuesto, en salones recreativos, aquéllos que una vez en mi colé, en una especie de aula de reflexión, cierto profesor calificó como "antro" y todos acudimos al viejo diccionario "Aristos" para saber qué significaba la palabreja.
Y es que hubo una época en que muchos se conformaban con "Celtas". Y no solamente porque valían cuatro perras, porque el resto era inalcanzable, también porque este paquete llevaba aparejada, posiblemente, toda una filosofía de la vida. Ser de "Celtas" venía a casi a equivaler a sermde "Manolete", del Real Madrid o de la "Faraona", apostar por lo de siempre, por lo castizo, lo flamenco, lo propio.
Hace años que entramos en la época del diseño, de lo sofisticado, de la apuesta por lo más innovador. Ahora viajamos a países lejanos y exóticos, analizamos las prestaciones del coche que nos vamos a comprar hasta el detalle, las películas en blanco y negro nos parecen ya no de otro siglo, sino de otra civilización y llevamos de marca hasta las zapatillas. No estaría de más que en estos momentos de crisis nosotros, cincuentones y sesentones, volviéramos la vista atrás para descubrir lo felices que era capaz de hacernos un paquete de tabaco tan "cutre y salchichero", ... ya se que no es políticamente correcto hablar de tabaco, ... ya lo haremos otro día del "Sidral", de los polos de naranja y limón y de las "guayaberas" de nuestros abuelos.
Y es que hubo una época en que muchos se conformaban con "Celtas". Y no solamente porque valían cuatro perras, porque el resto era inalcanzable, también porque este paquete llevaba aparejada, posiblemente, toda una filosofía de la vida. Ser de "Celtas" venía a casi a equivaler a sermde "Manolete", del Real Madrid o de la "Faraona", apostar por lo de siempre, por lo castizo, lo flamenco, lo propio.
Hace años que entramos en la época del diseño, de lo sofisticado, de la apuesta por lo más innovador. Ahora viajamos a países lejanos y exóticos, analizamos las prestaciones del coche que nos vamos a comprar hasta el detalle, las películas en blanco y negro nos parecen ya no de otro siglo, sino de otra civilización y llevamos de marca hasta las zapatillas. No estaría de más que en estos momentos de crisis nosotros, cincuentones y sesentones, volviéramos la vista atrás para descubrir lo felices que era capaz de hacernos un paquete de tabaco tan "cutre y salchichero", ... ya se que no es políticamente correcto hablar de tabaco, ... ya lo haremos otro día del "Sidral", de los polos de naranja y limón y de las "guayaberas" de nuestros abuelos.
8 comentarios:
Queda un recuerdo de aquellos cigarrillos... Un grupo que igual conoces : "Celtas cortos"
Te dejo una canción
http://www.youtube.com/watch?v=4yP0oQ_-E60
Feliz domingo, Modestino
Gracias a esa comercialización de los quioscos, donde por una peseta te daban tres celtas, muchos subsistimos, a la edad de diez años...¡tiempos dónde pedías con diez años en la calle un cigarrito y el señor te lo daba sin monsergas de la salud y de la cosa prohibida
Prefiero hablar del sidral...
Desde pequeña me siento mal cuando veo en una mesa cigarrillos,ceniceros, paquetes de tabacos con colores azules (Celtas o Ducados).
Me explicaron que cuando era pequeña me hacian daño años despues y como no podia odiar a la persona, mi odio se desvió a otros objetos que veía. Veía paquete de tabaco azul, olor, cenicero. Esta es mi particular asociación.
Modestino, tu post me ha dado para un post de recuerdos...
Con un duro le compraba 2 paquetes a mi padre...o uno con caja de cerillas, y me devolvían cambio.
Bastante de "Hebra", debe haber en mis pulmones, nuca pude saber si Celtas Cortos, era tabaco rubio o negro..
...Y en cajones y bolsillos de mi predecesor fumador, siempre encontraba restos de los celtas, pues la verdad sea dicha...no estaban muy bien prensados...
También bailotee algo con los otros
Celtas Cortos...
Esos son mis recuerdos, vivencias que se fueron como el "humo" pero que perduran, Gracias....(erraste la edad amigo)
Fume pocos Celtas...era el último recurso...gorroneaba "45" a mi padre, o los "Sombra", cuya publicidad decía "sabe negro suave", pro mis prefridos los Ducados y Habanos...ahora soy exfumadora, desde hace 20 años...pero tolerante total con quienes siguen en el vicio...¡qué humareda de recuerdos me has dejado hoy!Gracias, Modestino.
No eran 45, sino 46, Mariapi. Y sí recuerdo la publicidad de "Sombra", o la "suave perla negra de Mencey". Yo tenía un profesor que fumaba "Bonanza" y otro "Piper", que era rubio.
Y "Kent", "Jean", "Peninsulares", "Fetén", "Rex", ... o el rubio español, que se llamaba "Un-X-dos".
...es Súper, Súper 46!
Me ha encantado tu artículo y me ha traído muy buenos recuerdos, la cajetilla valía en el año 75 cuatro pesetas con cincuenta céntimos, le dabas a la estanquera un duro y te devolvía una moneda de dos reales conun agujero en el centro ;D Saludos.
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