El lunes me reconcilié con los jóvenes de ahora. A las 8 de la tarde cogí el autobús para regresar de Zaragoza a Huesca y en el asiento de al lado se ubicó una joven muchacha, bastante agraciada por cierto. Recién comenzada la marcha la chica se puso a jugar al "tetris" con una especie de máquina minúscula, auqnue esta dedicación duró muy poco, pues recién atravesada la Plaza Europa y enfilado el Puente de la Almozara sonó su móvil y se inició una conversación que se mantuvo hasta la misma entrada de Huesca, más o menos cuando llegábamos a las instalaciones de la Guardia Civil. Mi vecina de asiento contestó con un sonoro "Hola Pitu", con un tono que dejaba bien claro lo mucho que le alegraba escuchar al tal "Pitu", quien me parece no era su novio, pero sí un amigo bien querido. La moza, además, tenía una voz bien bonita y uno, que si se descuida se sumerge en lo sentimental con gran facilidad, comenzó a sentir una sorprendente sensación que tenía bastante de nostalgia, de ternura y de notoria empatía con dos personas de las que solamente conocía la cara y la voz de una y el apelativo familiar de la otra.
No me enteré de casi nada de la conversación, pues era difícil seguir un diálogo que duró casi una hora, a la vez que los años me van volviendo duro de oído y no se trataba de invadir notoriamente la intimidad del prójimo, aunque no me quedó duda alguna del afecto entre ambos. La emotividad que -¿quién sabe porqué?- comenzó a afectarme, se elevó de tono cuando la chica le dijo a su interlocutor: "Pitu, ¡cuanto te echo de menos!", y es que en ese momento me parecía lo más bonito del mundo la añoranza entre dos amigos. Al parecer mi vecina, que ese día había comenzado las clases en la Facultad de Derecho, no había encontrado el ambiente más adecuado a su idiosincrasia. Surgieron nombres de compañeros y compañeras -Sara, María, Christian, Tamara, Sofía, ...- y me dio la impresión de que solamente conectaba con alguno.
Volvieron inmediatamente a mi cabeza los lejanos años de estudiante, cuando engrandecíamos los problemas que ahora añoramos, cuando apenas empezábamos la aventura de nuestra vidas y éramos capaces de conversar una hora tratando temas tan triviales a los que, como mi compañera de viaje y Pitu, eramos capaces de dar un toque tan encantador, tan delicioso. Y en un momento dado la chica se volvió a poner tierna y ante un plan al que daba la impresión de que el otro era reticente a participar le dijo toda melosa algo parecido a: "Pitu, no me hagas ésto, no me dejes sola ...". Y más tarde le volvió a repetir lo mucho que le echaba de menos, y le propuso para el día siguiente quedar a las dos para "tomarnos juntos unas bravas" ... en ese momento pensé que podría girarme hacia ella y proponerle que si el "Pitu" no podía, ya me le acompañaría yo a tomarlas, pero me temo que no hubiera sido oportuno por diversos motivos, además de que el menda podría ser su padre, ... aunque por unas buenas bravas en Zaragoza podía apuntarme a tal aperitivo con los dos.
La conversación, autovía adelante, tuvo muchos otros derroteros que se me escapan, pero siguió teniendo ese tono entre cálido, afectuoso y entusiasta con el que comenzó, terminando con ese "cuidaté" que dicen tanto las mujeres como despedida, comentario que siempre he intuido adornado de un deseo de lo mejor y con un "besito", así en diminutivo, como sacando el instinto maternal y protector, otra cosa que me remueve las entretelas más sensibles.
Alguno que yo conozco si leyera ésto me acusaría de inmaduro, superficial e intrascendente, pero no lo puedo evitar, además de que me alegra saber que entre los jóvenes de hoy en día se puede seguir encontrando sensibilidad, romanticismo, dulzura y buena interiorización de la amistad.
No me enteré de casi nada de la conversación, pues era difícil seguir un diálogo que duró casi una hora, a la vez que los años me van volviendo duro de oído y no se trataba de invadir notoriamente la intimidad del prójimo, aunque no me quedó duda alguna del afecto entre ambos. La emotividad que -¿quién sabe porqué?- comenzó a afectarme, se elevó de tono cuando la chica le dijo a su interlocutor: "Pitu, ¡cuanto te echo de menos!", y es que en ese momento me parecía lo más bonito del mundo la añoranza entre dos amigos. Al parecer mi vecina, que ese día había comenzado las clases en la Facultad de Derecho, no había encontrado el ambiente más adecuado a su idiosincrasia. Surgieron nombres de compañeros y compañeras -Sara, María, Christian, Tamara, Sofía, ...- y me dio la impresión de que solamente conectaba con alguno.
Volvieron inmediatamente a mi cabeza los lejanos años de estudiante, cuando engrandecíamos los problemas que ahora añoramos, cuando apenas empezábamos la aventura de nuestra vidas y éramos capaces de conversar una hora tratando temas tan triviales a los que, como mi compañera de viaje y Pitu, eramos capaces de dar un toque tan encantador, tan delicioso. Y en un momento dado la chica se volvió a poner tierna y ante un plan al que daba la impresión de que el otro era reticente a participar le dijo toda melosa algo parecido a: "Pitu, no me hagas ésto, no me dejes sola ...". Y más tarde le volvió a repetir lo mucho que le echaba de menos, y le propuso para el día siguiente quedar a las dos para "tomarnos juntos unas bravas" ... en ese momento pensé que podría girarme hacia ella y proponerle que si el "Pitu" no podía, ya me le acompañaría yo a tomarlas, pero me temo que no hubiera sido oportuno por diversos motivos, además de que el menda podría ser su padre, ... aunque por unas buenas bravas en Zaragoza podía apuntarme a tal aperitivo con los dos.
La conversación, autovía adelante, tuvo muchos otros derroteros que se me escapan, pero siguió teniendo ese tono entre cálido, afectuoso y entusiasta con el que comenzó, terminando con ese "cuidaté" que dicen tanto las mujeres como despedida, comentario que siempre he intuido adornado de un deseo de lo mejor y con un "besito", así en diminutivo, como sacando el instinto maternal y protector, otra cosa que me remueve las entretelas más sensibles.
Alguno que yo conozco si leyera ésto me acusaría de inmaduro, superficial e intrascendente, pero no lo puedo evitar, además de que me alegra saber que entre los jóvenes de hoy en día se puede seguir encontrando sensibilidad, romanticismo, dulzura y buena interiorización de la amistad.
10 comentarios:
...pues que el fiscal acusador, que ponga el dedo en tu lectura, se vaya de rositas y si tiene hambre de literatura, toros, fútbol de los leones o música de los 70's...de rositas o a tomar unas bravas...
Pero ¿qué dices, Modestino? ¿Superficial, inmaduro, intranscendente? Todo lo contrario: Humano, profundo, certero...Yo vivo entre jóvenes, en casa y en el trabajo...y con las naturales divergencias generacionales, me rechifla estar con ellos, es la mejor crema antiarrugas, siguen conservando- con otros modos, con otras palabras- la dulzura en los afectos, la esperanzadora ilusión vital que a veces ha quedado acartonada en mis coetáneos.
Gracias Modestino. "Cuidate"
´Fue un añadido último, no hay que darle importancia notoria: hay gente que se toma la vida demasiado en serio.
Me ha encantado la metáfora del anti-arrugas: eso es lo que me pasó a mí el lunes.
Aquí estamos tus fieles lectores blogueros, dispuestos a sacar la cara por tí ( ya lo has visto Tomae y Mariapi) sólo hace falta leer tu blog para saber que eres "humano, profundo, certero" y yo añado que de gran sensibilidad.
(Por un momento pensé que te habias sentado con mi hermana pequeña)
Un grande abrazo, querido Modestino!
El comentario de la superficialidad me temo ha centrado el debate en um aspecto colateral ... mea culpa.
Juventud divino tesoro!
Páginas del facebook a las que puede estar suscrita una feliz diecinueveañera universitaria de las que hablan horas por teléfono con amigas a las que van a ver en los próximos minutos:
A los que hablan a mis espaldas GRACIAS, es señal de que estoy por delante!, Madura que es gratis, " Nunca dejes lo mejor para mañana, mañana puede no llegar nunca "., Tienes que estar maread@...de las vueltas que das por mi cabeza..., Tonterías Las Justas, No trato de impresionarte, pero yo se tocar el triangulo, TENER UN AMIGO ABOGADO NO SIGNIFICA QUE EL ASESORAMIENTO SEA GRATIS, la F-E-L-I-C-I-D-A-D tiene 9 letras y la mia 2 : T-U- ♥, uoooooo! lo que ta dicho, yo le metia..., Deseo tanto el fin de semana que ya los miércoles me empiezan a motivar, después de la fiesta temes ver: tu cara, el dinero, y las llamadas enviadas, La amistad no nace de los años... Sino de las grandes cosas vividas juntos, Llegar de fiesta i mirando al espejo decir: Joder, con esta cara iba yo???, mi cama tiene una fuerza sobrenatural q no me deja levantarme por la mañana, Happy Aquarium, Señoras qe se ponen el abrigo en los hombros y se creen velocirraptors, Prefiero ser un Loco Feliz que un Normal Amargado! :D, LO SIENTO, SOY UN LUJO QUE NO TE PUEDES PERMITIR..., DI LO QUE QUIERAS QUE VOY A HACER LO QUE ME SALGA DE LOS COJONES, Yo también dije voy en camino y nisiquiera habia salido!xd, Mirar fijamente a los ojos y decir "Tú antes molabas", Hacer un descanso mientras estudias, y que se te vaya de las manos, Señoras que siguen todos los consejos de "Saber vivir" y ahora son INMORTALES, ALEJAR A MIS AMIGAS DE CUALQUIER MÁQUINA TRAGAPERRAS, POR SI SE LAS TRAGA... y 14 más
Viva la juventud!!!
Me ha encantado este post, estoy haciendo un curso acelerado de ponerme al día en tu blog y menos mal que he encontrado este, creo que algo me habías comentado y ha sido una suerte para mí entrar hoy y leer este que has escrito recientemente.
Creo que de todos los tipos de post que escribes, éste en el que hablas de experiencias que has tenido o momentos que has vivido en situaciones de la vida diaria es el que más me gusta, primero porque describes perfectemente la situación y parece que uno esté allí en ese autobus, me has traido a la cabeza la cantidad de buenos recuerdos que guardo de los viajes Huesca Zaragoza.
Lo de Pitu me ha hecho mucha gracia porque alguna vez lo he oido e incluso empleado y es una palabra muy cariñosa para mí.
Segundo por la enorme sensibilidad y el cariño hacia el género humano que demuestras al ser capaz de sentir todas esas cosas en base a una conversación de teléfono de alguien que estaba sentado cerca de tí en el mismo autobús. Es en serio de verdad, aunque tu no te des cuenta.
Desde luego... que me ha encantado ésta entrada. Mucho.
¿Superficial, inmaduro, intranscendente?... Si alguien cataloga este post así, es que ni ha sido joven, ni ha tenido amigos... y claro, no los ha podido echar de menos jamás. Ufff... lo que era oír la voz de tus amigos del instituto en aquella lejana universidad. Eran la voz del mundo... tu mundo... jajajajaja.
Al habla Pitu... forever!!!!
CUIDATE!!!!!!
Publicar un comentario