De pié: Germano, Jaime Graça, José Carlos, Festa, Lucas y José Pereira; Agachados: José Augusto, Torres, Coluna y Simoes.
Me desperté el otro día con la noticia del fallecimiento de José Torres, quien fuera ariete del Benfica y de la mejor selección portuguesa que se recuerda, aquélla que, al mando de Eusebio, eliminó al Brasil de Pelé y Garrincha y estuvo a punto de amargar a Inglaterra el Mundial de 1966 y acabó quedando tercera. Precisamente, uno de los recuerdos que tengo de los partidos televisados de dicho campeonato es la figura de Torres, alto, de tez blanquecina y con pinta más de camionero que de figura del deporte rey; al leer las glosas de su fallecimiento me he enterado que se le llamaba el "gigante bueno", apelativo que le venía como anillo al dedo.
Torres era un delantero centro altísimo, un auténtico tanque que se bregaba con las defensas; jugó doce años en el Benfica, en una época en la que el equipo de Lisboa era uno de los punteros del continente, habiendo ganado las Copas de Europa de 1961 y 1962; al final de su carrera Torres jugó en uno de los clásicos de la Liga lusa de entonces, el Vitoria de Setúbal, con quien se enfrentó al Real Zaragoza en la primera eliminatoria de la Copa de la UEFA de la temporada 1974-75: hubo empaqte a uno en Setúbal y los zaraguayos golearon 4-0 en La Romareda. Torres fue también entrenador, dirigiendo a la selección portuguesa que se clasificó para el Mundial de Méjico 1986.
La delantera del Benfica de la época, que fue la misma que presentó Portugal en el referido Mundial del 66, era de auténtico ensueño. José Torres era la punta de lanza, el ariete que se fajaba con las defensas, pero por encima de todos brillaba un jugador que marcó una época, el mozambiqueño Eusebio Ferreira, un auténtico fenómeno que oscureció en Inglaterra al mismísimo Pelé y acabó siendo el máximo goleador del Campeonato. A Eusebio se le conoció como la "Perla negra" y la "Pantera de Mozambique" y ganó en 1965 el Balón de Oro al mejor jugador de Europa y en 1966 y 1973 la Bota de Oro al máximo goleador. Fue un delantero hábil, veloz y con una formidable visión del gol; solía partir desde atrás, pues no era el típico "9" fijo, y se aprovechaba del trabajo de José Torres para desconcertar y superar a las defensas rivales. El mozambiqueño era capaz de hacer todo tipo de filigranas y piruetas que le convirtieron en uno de los futbolistas más espectaculares de la época.
Pero si Eusebio era la figura, el auténtico motor tanto de la selección como del Benfica era el veterano Mario Coluna, apodado "O monstro sagrado", nacido también en Mozambique y un auténtico pulmón, el típico jugador fibroso que hacía un montón de kilómetros arriba y abajo en cada partido, con una visión de juego excepcional, una técnica notable y un disparo a larga distancia potentísimo; además de ls dos Copas de Europa y el bronce del Mundial, Coluna consiguió 12 Ligas y 6 Copas portuguesas. Cuando Mozambique consiguió la independencia, Mario Coluna llegó a ser Presidente de la federación de Fútbol y Ministro de Deportes de su país. Coluna era, además, un referente el el vestuario, donde era respetado por todos sus compañeros, incluso los más jóvenes le llamaban Sr. Coluna.
La delantera la completaban dos extremos rápidos, hábiles y goleadores: José Augusto y Antonio Simoes; en el fútbol de los años 50 y 60 se jugaba mucho por las bandas y todo equipo que aspiraba a lo mejor tenía que tener dos extremos que crearan constante peligro y facilitaran a arietes e interiores remates que se convirtieran en gol. Así pueden destacarse, entre muchos otros, los nombres del inglés Stanley Matthews, los italianos Corso y Gigi Riva, los alemanes Libuda y Emmerich, el argentino Oscar Mas, el brasileño Garrincha o los españoles Gento, Amancio y Basora. José Augusto y Simoes no solamente sabían desbordar a las defensas rivales, sino que también tenían acierto goleador. El citado José Augusto, que jugaba por la derecha, fue luego entrenador y actuó en la máxima división española al mando del C.D. Logroñés, cuando éste gozaba de su época dorada.
3 comentarios:
Eusebio sigue siendo una persona encantadora, y el sr. Coluna también. Coluna vive en Moçambique, entrena, o entrenaba hace diez años, un club de Maputo, y es respetadísimo. Eusebio es hijo de un portugués que tenía una tienda en un barrio popular de Maputo, y de una moçambicana, un típico caso del peor apartheid de los años 40. :)) Un enoooorme abrazo, Modestino!!!
Siempre fui del Benfica, Modestino. Me gusta hasta su indumentaria. Y no digamos el águila que sobrevuela el Estadio Da Luz al inicio de cada partido.
El año pasado pude por fin visitarlo y te aseguro que aún me emociono cuando recuerdo el vuelo del animal desde lo mál alto del estadio hasta la peana donde finalmente se posa, al son de una música preciosa, mientras un niño, situado en el centro del campo, le gritaba: "Ven, baja, ven" (o algo así creí entender).
Dicho lo cual, he de reconocer que el Benfica, futolísticamente, es muy, muy mediocre. No le ganaría ni...... al Zaragoh!za.
Gracias por los datos extrafutbolísticos que viene tan bien saber, Annemarie.
Brunetti, un día tendré que hablar de campos de fútbol, seguro que podrás aportar mil datos.
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