29 de septiembre de 2015

Un futbolista de una pieza

Ayer falleció el futbolista Ignacio Zoco, contaba 76 años y había nacido en la localidad navarra de Garde. Zoco debutó en el Osasuna, donde destacaba por su enorme fortaleza y su gran presencia física: 1,84 metros. Tras tres temporadas en El Sadar, fue fichado en 1962 por el Real Madrid y a partir de allí la camiseta del equipo de Chamartín fue la única que vistió hasta su retirada en 1974. Zoco llegó al equipo blanco cuando se inició la renovación del mítico Madrid de los Di Estéfano, Puskas, Rial, Zárraga, Del Sol, Mateos, ... formando parte del célebre "Madrid ye-ye" que ganó al Partizán la Final de la Copa de Europa de 1966 junto a Sanchís, Pirri, Amancio, Grosso, Velázquez, ... Zoco fue siempre titulat indiscutible,  un baluarte de un Real Madrid que dominó la liga española entre la segunda mitad de los 60 y la primera de los 70, con Miguel Muñoz en el banquillo. Zoco jugó 318 partidos con el Madrid, marcando 8 goles. Con la selección española también hizo historia, vistiendo la camiseta del equipo nacional en 25 ocasiones, habiendo intervenido en los mundiales de Chile (1962) e Inglaterra (1966); no obstante su mayor éxito fue la conquista de la Copa de Europa de selecciones, donde formó la media titular junto al barcelonista Fusté.

Ignacio Zoco fue un medio defensivo de los de entonces, cuando el centro del campo lo formaban dos jugadores, uno con fonciones más defensivas que el otro. Zoco formó esa zona de los "merengues" primero con el francés Lucien Muller, y posteriormente con Pirri, aunque también tuvo compañeros como José Luis Peinado y Juan Antonio Grande, actual segundo entrenador de la selección. Se trataba de un jugador no excesivamente técnico, pero con una capacidad de trabajo enorme, una fuerza física por encima de la media, poderío en el juego aéreo, buena colocación y entrega constante. Posiblemente fue, junto a José Martínez "Pirri", el futbolista más representativo de la famosa "furia española" de su época. También destacaba el navarro por su fuerza de voluntad y constancia; aún recuerdo el  último minuto del partido frente al Chelsea en la final de la Recopa de 1971, cuando tras el gol de Johnny Osgood el triunfo inglés parecía asegurado y apareció Zoco en el área para marcar un gol de ímpetu y valentía, forzando un  partido de desempate quem, desgraciadamente, acabó perdiendo el equipo español.

Zoco se retiró en 1974, año en el que contrajo matrimonio con la cantante pamplonica María Ostiz, cantautora que surgió en los 60 con canciones tan populares como "no sabes como sufrí", "Romance Anónimo", "Aleluya del silencio" y  "Naveira do Mar", y que años después vencería en la OTI con un bonito tema titulado "Canta cigarra". Curiosamente, por esas fechas su compañero de línea, Pirri, también se casó con una famosa, en este caso Sonia Bruno, la actriz de moda de la época. Tras su retirada estuvo siempre presente en el mundo del fútbol, y era un hombre amable y sensato. Recientemente concedió una entrevista a un diario digital en la que relataba su vida futbolística con una lucidez, sencillez y claridad llamativas. Descanse en paz.


4 comentarios:

Alberto dijo...

No le ví jugar, pero sí que lo veía todos los veranos, en agosto, en Cambrils, dónde veraneaba junto a su mujer María Ostiz. Precisamente comentábamos mi mujer y yo al final de nuestra estancia este año en Cambrils que no habíamos visto a Zoco este año. Por desgracia su enfermedad se lo impidió.

He sentido su muerte. Descanse en paz.

Brunetti dijo...

Cuando le conocí (futbolísticamente), Zoco ya jugaba de central o líbero, como se le denominaba entonces al jugador que cerraba la defensa (también llamado "defensa escoba").

El recuerdo que tengo de él (nebuloso por el paso de tantos años) es el de un defensa más bien lento y desgarbado, aunque seguramente ayudaba a dicha percepción el hecho de que el hombre era muy alto (para aquella época, se entiende: hoy día, la mayoría de los chavales que juegan de central incluso en categorías inferiores sobrepasan normalmente los 185 centímetros).

La canción de María Ostiz que más me viene a la memoria es una que se titulaba "Un pueblo es". Seguro que también tú la recuerdas y eres hasta capaz de canturrearla, que ese exquisito don que Dios te dio para el canto.....

Por cierto, la primera vez que visité Pamplona tuve la extraña impresión de que (casi) todas las mujeres con las que me cruzaba por la calle tenían un parecido físico extraordinario con la esposa del malogrado Zoco. En las visitas posteriores he vuelto a tener la misma impresión, como si María Ostiz representara el prototipo de rostro pamplonés: algo parecido a lo que sucede con las mujeres cordobesas que pintaba Julio Romero de Torres, aunque esta vez la comparación pueda resultar especialmente odiosa.

Salud!

Modestino dijo...

anción de Un Pueblo Es... de Maria Ostiz lyrics
Con una frase no se gana un pueblo
ni con un disfrazarse de poeta,
a un pueblo hay que ganarlo con respeto,
un pueblo es algo más que una maleta
perdida en la estación del tiempo,
esperando sin dueño a que amanezca.

Con una frase no se gana un pueblo
ni con una palmada en su paisaje
ni con un aprender de su lenguaje
ni con una canción que impregne el odio
y que llene tu negocio, y que llene tu negocio.

Estribillo
Un pueblo es, un pueblo es, un pueblo es
abrir una ventana en la mañana y respirar
la sonrisa del aire en cada esquina
y trabajar y trabajar,
uniendo a vida, vida...
el ladrillo en la esperanza,
mirando al frente y sin volver la espalda.

Modestino dijo...

En cuanto a su puesto de líbero, venía a ser lo mismo que un medio defensivo. Acompañaba a un central tan aguerrido como Goyo Benito.

Y en cuanto a la mujer morena, uno de mis recuerdos infantiles fue un reportaje del NODO sobre la mujer pintada por Julio Romero de Torrs, que aparecía al dorso de los billetes de 100 -al frente estaba la cara del pintor- y que en los años 60 fue encontrada viviendo pobremente. Se le ayudó con un traje de faralaes con billetes de 100.