27 de octubre de 2014

"Caro" golden


Nunca he tenido un perro, es más, siempre he sido más bien torpe con estos animales que me parece huelen perfectamente a quien no tiene soltura con ellos. A pesar de todo, con los años ha ido aumentando mi admiración por unos seres en los que veo la lealtad, la ternura, la docilidad y el agradecimiento  que con demasiada frecuencia echo en falta a los humanos. A veces uno tiene la tentación de plantearse si las personas nos portamos demasiadas veces de modo más irracional que ellos.

En los últimos tiempos una de las razas caninas más en boga es al parecer el golden retriever, un perro de caza con aptitudes para el rastreo cuyo origen se encuentra en Escocia durante el siglo XIX. Cuentan quienes saben de esto que una de las características distintivas de los golden es su disposición amigable y su deseo de complacer. Así no me extraña que muchos anden planteándose adquirir un perro de esta raza y que quienes lo poseen lo cuiden con esmero y encuentren satisfacción en su compañía y tiempo para su atención.

Tal vez deberíamos tomar ejemplo de estos "irracionales" y andar por la vida con esa actitud amigable y con afán de complacer, porque vete a saber la razón, no puedo evitar la sensación de que nos hemos vuelto egoístas y poco sensibles a los afectos ajenos ... cuando no haces más que cruzarte por la calle a gente que necesita cariño: "do ut des".


8 comentarios:

Susana dijo...

Es un bonito perro, pero es cierto que hay gente que aprecia más a sus mascotas que a otras personas. un beso.

Modestino dijo...

Bueno hay una lectura negativa, efectivamente, si alguien pretende que un perro sustituya a una persona ... pero yo más bien pretendo introducir la idea de que hay conductas perrunas que a lo mejor deberíamos emular los humanos.

Driver dijo...

Tuve la gran suerte de tener un perro filósofo. Seguía las enseñanazas de los adanistas, uan herejía medieval que mantenía la creencia que la comunicación con el mismísimo Dios se podía alcanzar sin ningún tipo de intermediario.
Dios, el hombre, la naturaleza, y ya está.
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Al principio me costo bastante entender sus principios, asimilar sus argumentaciones y sobre todo pasar a la práctica de la oración en tan singularidad modalidad.
Desarrollaba sus oraciones más sentidas mientras corríamos por la playa persiguiendo pájaros.
Sus ejercicios espitituales los enfocaba mientras nadaba entre las olas del Mar Mediterráneo.
Y su sentido del amor al prójimo explotó un día que fui atacado por otro perro, y el mío salió en mi defensa, a pesar de su reducido taaño en comparación con el perro atacante.
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Cuando desapareció para siempre busqué refugio en la lectura de San Juan, que cubrió en parte su sentida ausencia.
Todavía doy gracias a Dios por haberme permitido descubrir ciertos matices del alma humana, a través de la observación de un canino, vagabundo y escuchimizado.
Más fiel que el mejor de los amigos.
Más valiente que el más intrépido comandante militar.
Más profundo que el más denso de cuantos filósofos traté.
...
Y cuando uno pierde un amigo así, lo echa de menos para los restos.

Carmen J. dijo...

Un perro te devuelve todo lo que le das por triplicado. Es el mejor amigo del hombre, sin ninguna duda.

Modestino dijo...

Gran alegoría Driver ... vaya perro¡¡¡¡

Modestino dijo...

Sí Carmen, debe de ser así ... no estaría de más que los hombres fuéramos al menos el segundo mejor amigo del hombre, pero ni por esas.

Por cierto, "Alex", libro que conocí a través tuyo triunfa allá donde lo recomiendo: apúntate el tanto¡¡¡¡

Anónimo dijo...

Yo aprecio mas a mi perro que a muchisimas personas!!!
Porque me hace feliz, siempre busca el juego y se alegra de verme.

Modestino dijo...

Intuyo que yo también soy de los que se alegran de verte ...