Hoy se disputa la Final de la Copa del Rey, un encuentro que enfrenta al F.C. Barcelona y al Athletic de Bilbao, probablemente los dos equipos que han practicado a lo largo de la recién terminada Liga un fútbol más vistoso, con permiso del equipo merengue, que al final se ha llevado el gato al agua y ha logrado el título de Liga. Por desgracia, un año más el enfrentamiento entre estos dos históricos equipos españoles -si no lo fueran no serían históricos- viene marcado por la polémica, pues tanto desde el norte como desde el este se ha alentado a pitar tanto la presencia de los Reyes de España como el himno nacional español. Se ha politizado así un acontecimiento que no debería tener un carácter de este tipo y, aunque una vez que el árbitro de la orden de que comience el choque, el fútbol volverá a ser protagonista, se habrá producido un espectáculo que resulta doloroso para bastantes de los aficionados a este deporte. Y que conste que me parecen ventajistas y errados los comentarios de la Presidenta de Madrid, entre otras cosas porque me parece peligroso echar leña al fuego y por mucho que vea de una hipocresía llamativa el que se enojen quienes justifican la pitada basándose en la libertad de expresión.
Cuando esta noche dos aficiones -o parte de ellas- se dediquen a abuchear a sus majestades y al himno de la nación, no cabe duda que como afirman Piqué, Rosell y unos cuantos individuos más estarán ejerciendo su libertad, pero que nadie dude que al mismo tiempo estarán faltando al respeto ya no a unos símbolos, sino a muchísimas personas. Detrás de estas actitudes, que han sido alimentadas por unos cuantos fanáticos y algún que otro pseudo-intelectual con afán de protagonismo y consentidas por alguno más, no hay más que una visión tan limitada como cateta de la vida que se ha fomentado sin restricciones durante años. Hay ocasiones que la falta de respeto es a la recíproca, porque también existen quienes atacan las lenguas vernáculas, las formas de ser de cada sitio, las legítimas posturas de cada cual, haciéndolo con idéntico ejercicio de la libertad de expresión y con la misma inelegancia, ausencia de educación y mentalidad sectaria.
El espectáculo que si Dios no lo remedia se presenciará en torno a las 22.00 horas en el estadio Vicente Calderón de Madrid, es algo que sería impensable en Francia, Alemania, Inglaterra o los Estados Unidos, pero en España somos así, y el nacionalismo -y nacionalistas los hay de todos los colores- es capaz de estrechar las mentes de manera muy llamativa y de hacer disfrutar al personal más con el insulto y el desprecio que con el arte que, en definitiva, son capaces de desarrollar sobre el cesped auténticos genios como Messi, Fernando Llorente, Iniesta, Muniáin, Xavi o Ander Herrera. No hagamos una tragedia, pues ojalá todos los problemas que tenemos vinieran por ahí. Por mi parte, como decían los niños de antaño: "no les ajunto"; con su pan se lo coman.
"La salvación de nuestro mundo se encuentra en el corazón de las personas, en su humildad, responsabilidad y capacidad de reflexión". Vaclav Havel
25 de mayo de 2012
Una cuestión de respeto
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11 comentarios:
Pues yo estoy de acuerdo en jugar el partido a puerta cerrada. Hay personas que no entienden otro lenguaje que la imposición. Un beso.
Yo creo que es mejor no entrar en medidas drásticas. Son unos maleducados y punto. Al final, hay mucha gente, del Barça y del Athletic, que se merece ver el partido y que ganen sus equipos.
Acabo de pasar por la calle Juan Bravo en el Barrio de Salamanca, en Madrid.
Dos jóvenes seguidores del Athletic de Bilbao, icurriña en mano, paseaban tranquilamente haciendo tiempo antes del partido.
Teniendo en cuenta que faltan ocho horas para el encuentro, que estos jóvenes estarán todo ese tiempo en la calle, que es infrecuente ver la icurriña en Madrid y que en las próximas horas se cruzarán con miles de personas, he calculado la posibilidad de que tengan algún problema.
Luego he pensado en el ambiente general de crispación en el que vivimos, en los numerosos y viscerales prejuicios a los que nos somete la clase política, en el alto nivel etílico de los prolegómenos de una final, en fin...
A punto he estado de hablar con los chicos, saludarles, desearles deportivamente suerte, y aconsejarles calma.
Me ha salido la vena paternal.
Pero para cuando me dirigía a ellos, ya se había formado uns discusión con unos transeúntes.
Y he llegado tarde.
Demasiado tarde para poner un grano de arena de convivencia, en una montaña de enfrentamientos.
...
Y entonces, he sentido que esta noche, no puede ser buena.
No va a ser una buena noche.
Y me he quedado pensando en los dos chavales, bastante jodido.
A mi también me da miedo que pase algo, y la culpa será de quienes no han sabido sembrar concordia y sentido común, aunque en este caso yo al menos tengo bien claro que quienes han comenzado todo son quienes han animado a silbar
A veces uno se cuestiona la naturaleza humana y trata de comprender sus entresijos; y acaba viendo correr a 22 deportistas en calzón tras una pelota, animados por unas masas enaltecidas con banderas, donde se disputa una copa metálica honorablemente entregada por un señor que dispara a pacíficos paquidermos, en un caldo de cultivo de mensajes desaforados y malintencionados, con una Fiscalía que acaba de pronunciarse sobre la falta de delito sobre el hecho de pitar a los símbolos oficiales de un país, y donde los jóvenes han sido educados en el tortazo limpio.
...
Y uno se queda estupefacto.
Con la sensación de que al Creador, algunas cosas se le han ido de la mano.
O al menos, resultan ajenas al sentido común.
Habrá que desdramatizar ...
Creo que sí pasa en Francia por los líos de Córcega y por los moros. La idea de jugar a puerta cerrada me parece bien; no hay por qué consentir a los bárbaros que ofendan.
Los "bárbaros" son manipulables, lo que al menos a mí me rebela son los que lo alientan desde fuera.
Esperemos que no pase nada, pero si pasa yo me sé de unos que dirán que es culpa del centralismo, cuando han sido ellos los que han alentado todo esto.
Si es que ...
Todo una pena, pero a lo mejor exageramos ...
Este país de lo que adolece es de buenismo inutil.
Pongamos las cosas al revés.
Juegan la final de la copa el Madrid y el Alcorcón, y se juega en bilbao.
Unos cuantos ó muchos exaltados dicen que en cuanto salgan al campo se van a dedicar a decirle a los vascos etarras de mierda, asesinos, y todos al paredón. y hay miles de personas por Bilbao con la bandera franquista y cantando el cara al sol en los parques.
¿que ocurriría?¿qué diría la prensa?
Con toda la razón censurarían esos comportamientos.
Pero en unos es delito y en otros es libertad de expresión y exaltación futbolística.
Llevamos años apaciguando y no nos damos cuenta que el problema es que ellos no quieren comprensión ni libertad de expresión. Quieren confrontación, la independencia y que se la pague España.
Y por mucho que se haga desde los gobiernos sean cual sean la cosa irá a más.
Porque nadie les ha parado los piés desde el principio.
Un saludo
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