4 de junio de 2010

Edison aconseja



"Una experiencia nunca es un fracaso, pues siempre viene a demostrar algo."



(Thomas Alva Edison)



Ignoro que personajes adquirirán la categoría de "grandes avanzados de la humanidad" para los niños de ahora, pero recuerdo que a lo largo de la enseñanza primaria aprendía a admirar a sujetos como Cristóbal Colón, Joannes Gutemberg, Alexander Fleming, David Livingston o Miguel Angel Buonarotti, entre muchos otros. El inventor norteamericano Thomas Alva Edison fue sin duda uno de los nombres que brillaron con luz propia entre quienes aportaron algo bueno a la humanidad. Edison figuraba en mis libros de texto como inventor de la electricidad, aunque lo cierto es que el hombre patentó más de mil inventos y sus aportaciones tuvieron influencia muy positiva no sólo en el mundo de las industrias eléctricas, sino también en el cine, el sistema telefónico, la radio, el fonógrafo, .. recuerdo una serie de dos películas que pusieron en la tele de entonces en las que aparecía un Edison que pasó de ser un auténtico trasto de niño a convertirse en un inventor de leyenda.

Hoy se me ha ocurrido hurgar entre las frases célebres de este hombre nacido en una ciudad de Ohio llamada Milán, y he descubierto una que me viene como anillo al dedo; ando inquieto por una decisión de terceros que se va a producir el próximo martes y cada vez que me acuerdo de ello se me reproduce una especie de vuelco interior, casi como un sudor frío ... lo que Edison afirmaba me ha servido de lección de como hemos de andar por la vida: bien poco preocupados por el éxito o el fracaso, porque no se trata de aparecer como los mejores y convertirnos en inconquistables, sino de asumir que nuestra trayectoria, personal y profesional, está sometida a los vaivenes de la fortuna, a la influencia, no siempre a nuestro favor, de las circunstancias y a las consecuencias de nuestros errores, que los tenemos, pero nunca pueden ser excusa para el desaliento, sino razón para intentar que no se reproduzcan.

Y es que a veces caemos en el error de ser un poco fatuos, de darnos excesiva importancia y andar muy preocupados de nuestro prestigio, de la idea que los demás tienen de nosotros ... sin darnos cuenta que lo importante no es eso, sino mirarnos hacia adentro y saber reconocernos como realmente somos, de que el resto del personal no se fija tanto en nosotros y que si lo hace, es posible que nuestra propia vanidad empeore el concepto que les merecemos. Y no infrecuentemente, incidimos en el error opuesto, sintiendo auténtico pánico al fracaso, a quedarnos rezagados a no brillar como otros ... por eso viene bien asumir lo que nos dice el peculiar personaje de hoy: todo lo que nos pasa tiene un sentido, sólo se trata de que nos ayude a aprender cuando es malo y que no nos ciegue y envilezca cuando es bueno ... que vete a saber cuando hemos hecho más méritos, si es que los hemos tenido alguna vez.


11 comentarios:

tomae dijo...

Ayer Gilda y Hoy Thomas A, mi tocayo invetor favorito...¡de vuelta con el Tugsnteno!, En una película que ví hasta que no dió con él (el Tugnsteno) el filamento de la bombilla no incandesció lo suficiente para dar el invento como bueno y se "hiciera la luz". Antes había probado con tropecientos elementos mas.

Mariapi dijo...

Modestino, recuerdo a la perfección las dos películas: "El joven Édison" y "Édison , el hombre".
Cine con héroes reales, capaces de una sabiduría todavía mayor que sus inventos. Como muestra la cita que nos compartes. Muchas gracias.

Modestino dijo...

Había películas que nuestros padres nos permitían ver, y otras -es el caso- que nos animaban a ver.

annemarie dijo...

Toda la compañia y el apoyo de que necesites para el martes, Modestino! (Qué divertido es verificar como varian con la geografía esas listas de sujetos-maravilla! :))

Modestino dijo...

Agradecido, Annemarie. Sí, según la geografía caben variaciones. Aunque ya sabes el refrán español: "Nadie es profeta en su tierra".

Tommy dijo...

Hay una frase parecida a la que propones hoy que me gusta mucho. Se la oí a Ignacio Salas en aquel programa de TV que hacía con Summers y con Pastora Vega. Decía: Nada es un fracaso absoluto porque siempre puede servir de mal ejemplo.

Y deja de pensar en el martes. Lo que sea será y que cada uno asuma la responsabilidad de la decisión que tome.

Modestino dijo...

Tienes razón en que debería de olvidarme del martes, o pensar en él con otro espíritu ... Pero ¿no crees que en este caso unos tomarán la decisión y, según cual sea ésta, otros habremos de asumir sus consecuencias?.

veronicia dijo...

Aprender de los errores, resulta tan obvio y tan duro...
Lo primero detectar el error como tal, lo segundo extraer la lección positiva, lo tercero y fundamental hacer nuevamente aquello que hicimos pero sin errores.
Lo duro es no obsesionarnos con el pasado y fantasear con que seria si no nos hubiésemos equivocado...
Porque el sol sale cada día y cada día es una oportunidad para demostrarnos que algo hemos aprendido.

Para el martes confía la Divina Providencia.

Modestino dijo...

A veces nuestras meteduras de pata nos cohíben para seguir intentando un objetivo, ahí es donde no debemos caer.

veronicia dijo...

" Sentirse libre exige estar convencido de lo que quieres, de lo que amas y deseas y de lo que buscas; cuando lo tienes bien claro ya puede haber enemigos, censores o rivales, porque la libertad consigue que nos los saltemos todos a la vez." Modestino 23-3-2010
Lo llevo para inspirarme

(Puedes caer muchas veces; levantarte todas.)

ana dijo...

Deseo que lo que tengas pendiente no te preocupe demasiado... ya se verá. Paciencia.

Y si, que importante es dejar de ser ombligo y ser un personaje secundario más. La perspectiva es mucho más rica.

Vivir preocupado por la imagen que damos a los demás, y pendientes de los triunfos que nos hacen ser brillantes socialmente, tiene que ser una auténtica exclavitud donde la persona es incapaz de oír su verdadero sonido.

Hemos de aceptarnos como somos, unas veces mejores y otra no tanto.
Nos equivocamos, fracasamos... pero también tenemos la capacidad del perdón. La de perdonarnos a nosotros mismos y la de pedir perdón al otro. Y luego, se vuelve a empezar...
... porque como bien dices... "a saber cuándo hemos hecho más méritos, si es que los hemos tenido alguna vez".

La vida a veces es una auténtica paradoja.