28 de agosto de 2010

Una elección acertada

En los primeros días de agosto dos de mis amigos letrados de Tarragona cumplieron una costumbre que ya es casi rito: quedamos en Zaragoza y nos fuimos a comer a un buen restaurante; mis dos colegas tienen el morro bien fino, y aunque a esta cualidad unen la de la comprensión, siempre es un compromiso elegir el restaurante donde ejecutar la pitanza. En esta ocasión, y tras algún intento frustrado en otros establecimientos del ramo, concretamos mesa en el Restaurante "Q-art", ubicado al principio de la Avenida Cesáreo Alierta, muy cerca del final del Paseo Constitución. Los propietarios regentan dos locales ubicados el uno junto al otro: el "Q-Art", de comida tradicional y más asequible económicamente y el "Colette", con cocina de diseño y minuta elevada; como este último cerraba con vacaciones no hubo discusión, por más que el tipo de cocina y el precio también nos hubieran hecho inclinar por el mismo.

Las primeras impresiones ya fueron buenas: decoración discreta, limpieza y elegancia, grandes cristaleras que dan a la calle y atención discreta y muy atenta. No había mucha gente y nos pudimos sentar a gusto y con amplitud. El primer plato decidimos compartirlo y pedimos tres raciones para devorar en trío; una de ellas quedó clara desde el principio, pues mi amigo Brunetti, con una capacidad de atención mucho mayor que la mía, se dio cuenta según entrábamos de que el par de yuppies algo estiradillos que estaban situados dos mesas a nuestra derecha compartían un plato de tomate con una pinta excepcional; la encargada nos explicó que se trataba de tomate cultivado en su propia huerta y, efectivamente, acabó siendo un plato excepcional, y es que muchas veces no hay mejor comida que la más sencilla, además de que esos tomates nada tenían que ver con lo que estamos acostumbrados a ver los urbanitas.

Los otros dos platos por los que optamos como entrantes fueron un excelente atún con cebolla fresca, un lujazo y, como el tomate absolutamente sano y unos huevos rotos, que también estaban de 1ª división, aunque en este caso sea materia menos recomendable para quienes tenemos que controlar el colesterol. De cualquier manera, tras dar buena cuenta de las abundantes raciones servidas, la primera parte de la comida alcanzaba ya la máxima nota. Nunca elijo yo el vino -soy un poco "huertano"- y no recuerdo bien el vino que tomamos, aunque al andar por Aragón creo recordar que elegimos vino del Somontano, "Enate", si no recuerdo mal.

En los segundos platos cada cual eligió lo que más le apetecía, y así mientras Brunetti se zampó un lechazo, su compañero de viaje, con una capacidad devoradora notable, pidió solomillo, amen de que también participó de las sobras de su colega de profesión. Como no ando con la conciencia muy fina en cuanto a mis andanzas gastronómicas, opté por el pescado y me tomé una Lubina francamente notable. En los postres, lo más sufrido es recurrir al sorbete, y así lo hice, mientras mis amigos eligieron dulces más golosos que ahora no recuerdo. Sí que me acuerdo de la amabilidad de la señora que nos atendió, pues nos invitó al orujo "reparador", sustancia muy útil para "desfragmentar" el "disco duro digestivo".

El precio fue bastante ajustado, y pudimos decir que habíamos comido excelentemente sin necesidad de tirar la casa por la ventana. La impresión global del Restaurante fue excelente y, desde luego, animaba a repetir la operación en futuras ocasiones. Comer con los amigos siempre es grato, y más si comes bien.


10 comentarios:

sunsi dijo...

Vaya pinta virtual que tiene el restaurante, Modestino.
Ya sé qué me voy a apostar si mi alumno zaragozano aprueba la filo. Espero que apruebe... Gracias por la idea.
Un saludo

Modestino dijo...

No te decpecionará. No obstante he encontrado unos comentarios en internet donde le ponen verde por permitir fumar y crearse un ambiente según quien lo dice irrespirable: a mí no me lo pareció.

tomae dijo...

...lo de los tomates, tiene su miga o su pipa, precisamente ayer se hablaba en
http://masterennubes.blogspot.com/2010/08/tomate-que-sepa.html

Buen provecho!

Modestino dijo...

Entraré en el blog de Master, que lo tengo injustamente abandonado, y algún día dedicaré una entrada al tomate ... el problema es que los tomates que venden por ahí no son genuinos.

sunsi dijo...

¿Se puede fumarrrrr?. Un punto más a favor del restaurante.

Ya te diré dónde compra mi suegra los tomates en Huesca. Enormes, con forma de corazón...carnosos. Jesús siempre que va se trae unos cuantos. Jamás he comido unos tomates como ésos. En Tarraco no los he encontrado. Y mira que hemos buscado.

Un saludo, jurisconsulto.

Brunetti dijo...

Gracias a tus buenas elecciones, Modestino, casi siempre he comido muy bien en Zaragoza, a pesar de que no es una ciudad que tenga 'fama culinaria', pero este año, en el Q-Art, la exquisitez (la calidad de los productos, el servicio, el precio tan razonable e, incluso, el espectacular aire acondicionado -teniendo en cuenta 'la' que estaba cayendo fuera-) ha quedado establecida en un nivel que no sé si podremos superar en años venideros. El reto está ahí.

¡Ay, los tomates! Qué misterio entrañan los tomates. Nunca lo entenderé.

Si ahora mismo me fuera al mercado, estoy seguro de que compraría un melón o una sandía o unos pimientos o unos calabacines o unos melocotones, y lo más probable es que todos esos productos estuvieran buenos. En cambio, si me decidiera a comprar tomates, tengo también la seguridad de que me sabrían insulsos, anodinos, prescindibles. ¿Es tan defícil criar tomates sabrosos? Sólo por saborear nuevamente sus tomates de huerta, ahora mismo me iría gustoso a comer otra vez al "Q-Art".

Mariapi dijo...

Modestino, sobre tomates, para los que tenéis posibilidad por la cercanía, el "Tomate rosa" de Barbastro, es inmejorable.

Me alegra muchísimo que compartas con nosotros ese modo tan estupendo de disfrutar de la amistad, al rededor de una mesa. Gracias,

Modestino dijo...

Brunetti me confirma que el vino era "Viña Ardanza", un excelente "Rioja" ... aclarado queda el error.

veronicia dijo...

Esta mañana leí la entrada. Me alegré mucho por ti Modestino y por poder compartir con tus amigos una estupenda comida que ya es tradición...

Pero no pesaba comentar nada porque entré en otro tipo de reflexiones me ha dado hambre (y en los postres he imaginado a uno de tus amigos pidiendo algo de chocolate...) Me debatía entre dulce o salado...

Me ha dado ganas de comer pan con tomate,(como cada dos por tres...)
No compro tomates "no me saben a nada" así que me limito a salir a la calle y esperar a que suba del huerto un vecino y me regale uno...

Total que bajo a la calle a por el tomate y he dejado el ordenador así hasta ahora cuando he leído los comentarios y he visto que no soy la única enamorada de los tomates...
Feliz sábado...

Modestino dijo...

No es mala pasión la de los tomates, que es comida sana, sin colesterol. feliz fin de semana a tí también.