La actriz Patricia Neal falleció el pasado domingo en Edgartown (Massachusetts) víctima de un cáncer. La carrera de esta mujer que había nacido en Packard (Kentucky) hace 84 años estuvo marcada por la tragedia: un hijo suyo nació con parálisis cerebral, otra hija falleció de sarampión y en su quinto embarazo tuvo tantas complicaciones que llegó a estar en coma varios días y perder el habla. Tuvo una relación apasionada y tormentosa con Gary Cooper, con quien rodó "El manantial" (1949), de King Vidor y "El rey del tabaco" (1950), dirigida en esta ocasión por Michael Curtiz. Las circunstancias él gran actor estaba casado- impidieron que prosperara la relación entre ambos, pero Patricia siempre le recordó y guardo afecto, como bien relata en sus memorias. Con quien sí estuvo treinta años casada es con el escritor Roald Dahl, un hombre que escribió unos cuentas sencillamente formidables. Las cinco maternidades de la Neal redujeron notablemente sus intervenciones cinematográficas, en especial en los años 50.
Sus primeras actuaciones en la pantalla tuvo como compañero de reparto a Ronald Reagan -"Alma en tinieblas" (1951)-, aunque con el tiempo trabajó con actores de mucha más calidad, como John Wayne -"La flota silenciosa", de George Waggner (1951)- Kirk Douglas -"Primera victoria" (1965), de Otto Preminger- y Richard Burton -"Círculo de dos" (1980), Jules Dassin-, así como con directores de la talla de Elia Kazan - "Un rostro en la multitud" (1957)- y Otto Preminger, sin olvidar su intervención a las órdenes de José Luis Borau en "Hay que matar a B." (1973), un film de entramado político ambientado en un imaginario país sudamericano. También hay que destacar "Tres secretos" (1950) y "Ultimátum a la Tierra" (1951), ambas de Robert Wise, compartiendo reparto con Eleanor Parker, en la primera y Michael Rennie en la segunda, "Desayuno con diamantes" (1961) , de Blake Edwards, junto a la gran Audrey Hepburn, "El pasaje" (1979), dirigida J. Lee Thompson y compartiendo estrellato con Anthony Quinn, James Mason y Malcolm McDowell y su último film, "Cookie's Fortune" (1999), de Robert Altmann, junto a Glenn Close y Julianne Moore.
Pero aunque su carrera no es extensa en títulos, Patricia Neal fue capaz de competir por los Oscar de Hólywood y ganar uno de ellos; así en 1963 ganó la estatuilla a la mejor actriz por su interpretación en el film "Hud" también llamada "El más salvaje entre mil"-un conflicto de rancheros que dirigió Martin Ritt y en la que trabajó nada menos que con Paul Newman, además de Melvyn Douglas, que se llevó también un Oscar, el del mejor actor de reparto. En 1968 también fue candidata por "Una historia de tres extraños", dirigida por Ulu Grosbard y protagonizada por Martin Sheen, Jack Albertson, aunque hubiera sido demasiado haberse impuesto a Katherine Hepburn, invencible como Leonor de Aquitania en "El león en invierno".
Patricia Neal, a quien llamaban la "actriz de la voz ronca", fue una mujer apasionada; no hay más que leer sus memorias: "Estuve a punto de morirme muchas veces por tener el corazón roto; cuando mi hija Olivia falleció, cuando mi pequeño bebé Theo fue golpeado por un coche y cuando sufrí mis ataques. Había muchas personas que no pensaban que me recuperaría". Y además, fue una inmensa actriz que se supo sobreponer a una vida dura y una salud frágil para deleitarnos con unas cuantas películas magníficas.
4 comentarios:
La historia de amor de Patricia Neal y Roald Dahl (cuyos relatos también me apasionan, y más los de corte fantástico y satírico que los infantiles por los que ha pasado a la historia) debería ser recordada como un ejemplo de superación ante la adversidad, pues el escritor no dejó de estar al lado de la actriz durante la grave enfermedad que la apartó de las pantallas entre "Primera victoria" y "Una historia de tres extraños", período durante el cual hubo de participar Dahl en trabajos tan "alimenticios" como las adaptaciones de dos novelas de Ian Fleming, "Sólo se vive dos veces" y "Chitty Chitty Bang Bang". Llegaron a hacer un telefilm sobre su vida, "The Patricia Neal story". No es que fuera una gran película, más bien al contrario, pero merecía la pena verla por sus protagonistas, nada menos que Glenda Jackson y Dirk Bogarde, aunque ni una ni otro guardaran un especial parecido físico con Neal y Dahl.
Por cierto, con la desaparición de Patricia Neal sólo queda vivo uno de los protagonistas de la maravillosa "Desayuno con diamantes", el incombustible Mickey Rooney, cuyo papel de vecino japonés Mr. Yunioshi tanto irritaba, al parecer, al irrepetible Bruce Lee, aunque la verdad es que Rooney estaba tan fabuloso como el resto del reparto. Hasta José Luis de Vilallonga estaba bien...
No soy cinéfila...por desgracia. Desconocía todo lo que has contado de esta actriz. Madre mía la vida de esta mujer... Dura dura. Gracias por la información, Modestino.
Cambiando de tercio. El otro día le decía a mi "partenaire", que va buscando siempre libros de tu cuerda y le encanta la novela negra, que se pasara a menudo por tu blog. Le enseñé algunas entradas. Coincidís en bastantes títulos. Pero no tienes etiquetas para buscar. ¿Puedes colocarlas o es mucho lío? Ahora que está de "vacances", disfrutaría mucho con tus recensiones.
Un saludo, jurisconsulto.
Perdona si la sugerencia es un poco peregrina...
Procuraré ir etiquetando las policiacas para satisfacer al paterfamilias.
Oye...Modestino. Que por el pater no lo hagas, que ya se lo busco yo.
Mil gracias, jurisconsulto.
Publicar un comentario