Estoy leyendo "Una vida presente", el libro de memorias de Julián Marías, el filósofo y pensador español, un hombre cuyo pensamiento me atrae notablemente. En su día, como suelo hacer, daré cuenta de mi visión del libro, pero ayer encontré un párrafo que me causó un gran impacto y no resisto a ponerlo aquí, así, sin más comentarios porque pienso que es mejor que cada cual lo valore como crea conveniente.
La consideración está extraída del capítulo que el pensador vallisoletano dedica a la Guerra Civil española, cuando relata la estremecedora situación de quienes vivían en Madrid, asediados por el ejército alzado, las atrocidades que se cometían, el hambre y las enfermedades; en el referido capítulo Marías cuenta como su propia madre falleció en 1938, sin poder encontrar las medicinas adecuadas a su enfermedad y asolada por la desnutrición.
"Pero no se piense que la vida estaba suspendida, trastornada, que era puro sufrimiento e infelicidad. Había de todo eso, pero no era 'puro'. El hombre tiene una maravillosa capacidad de extraer de la desgracia una brizna de gracia. Y en aquellas condiciones penosas, con frecuencia atroces, se despertaba una violenta apetencia de felicidad. Se gozaba de un poco de alimento, de una pausa en los cañoneos, del final de un bombardeo, cuando los aviones se alejaban y se podía subir del sótano -si es que se había bajado-, de un día de sol, de la posibilidad de pasear por el Retiro en grata compañía. Si se es sincero, hay que confesar que se pasaron momentos felices en aquél Madrid, entre angustias españolas y personales, con la conciencia de que la muerte hería por todas partes; a pesar de ello, quizá por eso mismo, todo lo valioso adquiría una importancia inmensa, se saboreaba sin dejarlo escapar, sin resbalar sobre ello. Sólo por esta razón se pudo vivir todo aquel tiempo sin enloquecer, sin deprimirse, en muchos casos sin envilecerse."
6 comentarios:
Modestino. Está claro que has elegido esta cita por algo que no sé.Por azar seguro que no. Pero dime qué eliges y te diré qué te ronda...
Pienso que cuando tocas fondo, en este caso ...cuando todo un país toca fondo, salen a la luz las pocas cosas que son verdaderamente importantes. O aprendes a gozar de ellas, a estirar esa chispa de felicidad que te proporcionan, o mueres de tristeza, de desesperanza.
Me ha recordado el libro de Viktor Frankl,que he releído varias veces, "El hombre en busca de sentido". Hay un párrafo que alude a la vida en el campo de concentración que se me quedó grabado: "...era preciso inculcarles un POR QUÉ-una meta- de su vivir, a fin de endurecerles para soportar el terrible CÓMO de su existencia".
Buena cita, jurisconsulto. Para pensar... desde luego. Muchas gracias.
Un saludo desde Tarraco.
Hace unos años me hablaron de la resiliencia, el termino proviene de la ingenieria pero se aplica en psicología ëste es el concepto que dan el la wikipedia "Esa capacidad de resistencia se prueba en situaciones de fuerte y prolongado estrés, como por ejemplo el debido a la pérdida inesperada de un ser querido, al maltrato o abuso psíquico o físico, al abandono afectivo, al fracaso, a las catástrofes naturales y a la pobreza extrema"
aqui os dejo Entrevista a Boris Cyrulnik: La felicidad no es lo opuesto al dolor.
Mi pregunta siempre es porque algunos nos morimos por nada mientras otros pueden ser felices entre "la nada"...
Un abrazo Modestino
Qué belleza, tu citación! Qué belleza! A mí me fascina el problema de la guerra, por muchas razones, una de las cuales es esa posibilidad de llegar a y ver el fondo más fondo de la vida, de la gente. La nostalgia de la guerra es una cosa tan verdadera, es increíble! "Una brizna de gracia" es una frase preciosa, preciosa! Y "una violenta apetencia de felicidad"... es insuperable, es exactamente así, y está tan bien escrito! A veces pienso que los unicos libros que valen la pena son las memorias - otras veces, no. :)). Yo empezé ayer mismo, lo compré ayer mismo, Las memorias de ultratumba, de Chateaubriand - es una cosa increíble de ironia, de sensibilidad, de mirada alta, como dices tu. Las dos primeras páginas, en que declara la intención con que escribe, son idénticas en todo a lo que citas de Marías, salvo algunas circunstancias: es gente que no sabe dejarse "envilecer", como dices tu, o dice Marías.
Julián Marías fue un número uno, sin duda. Tomo nota de las de Chateaubriand, y también tengo en cartera las de Jena Francois Revel ("El ladrón en la casa vacía") y el libro que han sacado sobre Delibes.
La pregunta que haces, veronicia, ... no sabría decir. Y tampoco te creas que hay una razón especial para poner ésto, Sunsi ... lo leí y me gustó.
Siempre nos sorprende lo que el ser humano es capaz de hacer en situaciones extremas... Yo si que puedo decir que, ante la vivencia de cualquiera de ellas, terribles todas, creo que si tu deseo es vivir, soportas lo insoportable, pero tambien vives intensamente un segundo que encuentres de esa paz, ese rayo de sol, ese "respirar" que buscas, para el siguiente instante seguir la batalla... El dolor no hay tiempo de sufrirlo porque la lucha es única: Vives o mueres. Siempre elige vida.
El hombre siempre saca fuerzas de flaqueza, sin duda.
Y Dios nos asiste.
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