15 de febrero de 2018

Falleció el "gallego sabio"


El lunes, 13 de febrero, falleció a los 88 años Luis Cid "Carriega", quien durante cuatro temporadas  (1972-1976) entrenó al Real Zaragoza. Como jugador no pasó de segunda división -Racing de Ferrol, Real Oviedo, Burgos, Cartagena, ...-, pero como mister su trayectoria fue brillante y, además del Zaragoza, llevó las riendas del Sporting, Sevilla, Betis, Atlético de Madrid, Elche y Celta, entre otros.

El primer equipo donde lució como estrenador Carriega, nacido en la localidad orensana de Allariz, fue en el Sporting. Los del "Molinón" llevaban muchos años en la división de plata, y con el gallego consiguieron el ascenso en hunio de 1970. Era un Sporting lleno de asturianos, casi todos jóvenes y con buen toque de balón. En el Sporting de Carriega, que fue el embrión del gran equipo que estuvo cerca de ganar la Liga a comienzos de los 80, destacaban futbolistas como el meta Castro, el defensa José Manuel, un líbero de vieja escuela que sacaba el balón controlado desde la defensa como nadie, el interior Valdés, un zurdo con clase por arrobas, los extremos Lavandera y Churruca, que ficharía años después por el Athletic y, por encima de todos, el ariete Quini, una institución en Gijón e historia pura en el fútbol español.

El Zaragoza fichó a Carriega tras terminar la temporada 1971-72, en la que a las órdenes de Rafa Iriondo había logrado regresar a primera tras el dramático descenso del año anterior. Iriondo se fue a la Real Sociedad y la directiva de Zalba optó por un técnico joven y prometedor para construir el nuevo proyecto en la máxima categoría. El trabajo de Carriega en Zaragoza fue un éxito y sus logros aún se recuerdan por estos lares. El primer año supo fabricar un equipo serio y sólido en el que mezclaba futbolistas veteranos como Villanova, Rico Manolo González, Violeta, Luis Costa y Ocampos con otros que fueron creciendo con él, especialmente en el centro del campo: Planas, García Castany, Molinos, Duñabeitia, ... a los que había que añadir jugadores de club como Royo, Lacruz, Nieves o Ruiz Igartua y dos extremos velocísimos: Rubial y Leirós que traen a la memoria actuaciones excelentes basadas en el hoy aparcado juego por las bandas. El Zaragoza terminó en octava posición, no pasó nunca apuros  e hizo disfrutar a sus aficionados.

El gran momento del Zaragoza de Carriega se vivió los dos años siguientes, dos temporadas (1973-74 y 1974-75) cuando a los jugadores citados se sumaron tres fichajes de postín: por encima de todos el de "Nino" Arrúa, indiscutible estrella del equipo de los "Zaraguayos", así como el de su paisano Carlos "Lobo" Diarte, una joya que comenzó a pulir el gallego y el uruguayo "Cacho" Blanco, un defensa con buena técnica e internacional por su país. Con el añadido de fichajes acertados como Pepe González, Soto y Simarro, el Zaragoza cerró dos temporadas extraordinarias en las que no perdió un solo encuentro en casa, consiguió el tercer puesto y el subcampeonato -hazaña nunca lograda antes ni después- y practicó un fútbol brillante que hizo recordar a la mítica época de los "Magníficos" que por entonces parecía algo irrepetible. El Zaragoza jugó en Europa y por "La Romareda" pasaron equipos como el Vitoria de Setúbal, Grashoppers, Borussia de Moenchengladbach, ... amen del inolvidable encuentro amistoso contra el Santos de Pelé.

La última temporada de mister fallecido en Zaragoza fue la más floja. La gravísima lesión de Javier Planas en pretemporada, la operación de Arrúa y el poco acierto en los fichajes provocaron un año difícil, coqueteando con los últimos puestos, aunque al final el equipo salió adelante y culminó el ejercicio jugando la Final de Copa ante el Atlético de Madrid, donde se perdió por la mínima y con alguna ayuda arbitral a los colchoneros.

Luis Cid "Carriega" dejó en la capital aragonesa el recuerdo de un hombre trabajador, buen porfesional, honesto y de trato agradable. Muchos de los zaragocistas de hoy forjamos nuestra afición, en esos domingos de fútbol de la esquina de infantil, viendo al Zaragoza que dirigía este gallego sabio que supo sacar lo mejor de una serie de jugadores que le deben un nombre escrito con letras de oro en la espléndida historia zaragocista. Descanse en paz.


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