31 de enero de 2014

Adiós a Pedro Jota


El cese de Pedro J. Ramírez como director de "El Mundo" no cabe duda de que ha sido una de las noticias impactantes del mes de enero, al menos en España y desde luego en el ámbito periodístico. Durante los 25 años que este periodista nacido en Logroño hace 61 años lo ha dirigido, El Mundo ha sido uno de los puntos de referencia más importantes de la prensa española, y sin duda el medio que ha hecho más ruido y ha provocado más dolores de cabeza a unos y a otros. Ramírez es un personaje polémico y no deja indiferente a nadie, suscita tantos apoyos como rechazos y bastantes de nuestros políticos intuyo que cada mañana echan un vistazo, tal vez de refilón, a los titulares del diario con el corazón en un puño por si su nombre aparece relacionado con cualquier tipo de "movida" con tintes de escándalo. Algo tendrá el agua cuando la bendicen, y no hay duda de que estamos ante todo ante un auténtico monstruo del periodismo, alguien capaz de sacar adelante un medio de la entidad del "Mundo" marchando siempre a la cabeza y con su persona y su trabajo siempre a la vanguardia de todo. Pedro Jota es el más importante representante en nuestro país del llamado periodismo de investigación, posiblemente el padre genuino de una forma de hacer periodismo. Siempre ha estado rodeado de polémica, ha sido odiado por muchos, primero por los socialistas que vieron cómo anduvo a la cabeza de las informaciones sobre casos como el GAL y Filesa, y ahora por el partido del Gobierno, a cuyos miembros no ha parado de hacerles perder el sueño con los papeles de Bárcenas.

Desde mi punto de vista, este hombre de voz incisiva, "toupé" llamativa y tirantes tiene sus puntos oscuros, sus aspectos criticables, o que al menos a mí me lo parecen. Nunca me ha gustado en exceso ese estilo tan propio de ir sacando las noticias poco a poco, como por entregas; cuando sacaba a la luz un escándalo no se limitaba a contar íntegramente lo que sabía, sino que le gustaba ir dando suspense a la cosa y espaciar las noticias, sistema que huele a ganas de ganar dinero; posiblemente sería más honesto actuar con luz y taquígrafos desde el principio y tratar de evitar esa tendencia, hoy generalizada, a establecer en los medios auténticos juicios paralelos. Por otra parte, no puedo evitar tener la impresión de que con los años Pedro J. Ramírez ha ido incrementando cierta tendencia a la egolatría, a exponer un "ego" bastante elevado.

Su sucesor será Casimiro García Abadillo, un periodista que me gusta bastante, esperemos que saque adelante el periódico, pues me temo que la situación no debe de ser fácil, que su tarea se presenta complicada y no estamos como para que desaparezca la prensa más importante.

11 comentarios:

Alberto dijo...

Con Pedro Jota también tengo sentimientos ambivalentes. Por un lado creo que ha sido el último superviviente del periodismo antiguo, el que se pasaba las horas en la redacción, mano a mano con sus periodistas, y vivía a tope el día día de su gente, y por otro lado su egolatría rayaba con la irresponsabilidad.

En todo caso y como bien escribes, a nadie deja indiferente Pedro Jota.

Modestino dijo...

Exacto, Alberto ... ya quedan pocos de ese estilo periodístico, y es para echar de menos ... pero hay formas de hacer ... que no son de recibo.

Eso sí, con un Pedro Jota en Zaragoza a lo mejor uno que tu y yo sabemos habría tenido que salir corriendo ... pura hipótesis, por supuesto.

Tommy dijo...

Caray, amigo, porque procuro estar al tanto de la actualidad, que si no, y en atención a tu gusto por las necrológicas, por el título de tu post parece que Pedro Jota hubiera dejado de existir. Jajaja.

Completamente de acuerdo con que un Pedro Jota en ZGZ no habría venido mal para lo que apuntas.

Modestino dijo...

Pues tienes razón, Tommy ... si solo se mira el titular ...

Susana dijo...

Sinceramente creo que ha practicado el periodismo amarillo y eso no me gusta. Un beso.

Modestino dijo...

El amarillismo en los medios esta bastante extendido, me temo.

tomae dijo...

...me acabo de enterar Modestino! ha muerto Luis Aragonés, disculpa que me haya acordado de ti. ¡no te nos mueras! :)

Un abrazo!!!

Modestino dijo...

:):) ... Luis Aragonés tendrá pronto su post.

interbar dijo...

A quién le habrá pisado el callo.

Modestino dijo...

Yo creo que Pedro Jota lleva toda la carrera profesional pisando callos ... ;)

Hereje dijo...

P.J es todo un personaje, con sus excesos (entre ellos su egolatría y afán de protagonismo, no cabe duda) y sus virtudes, pero al menos para mí en cierta forma encarna lo que un periodista debiera ser, alguien que no deja dormir a los poderosos y sobre todo a quienes tienen motivos para dormir mal. El periodismo, por algo alguien le llamó el cuarto poder, debe hacer de contrapeso ante los poderes públicos y privados, es quien debe sacar las vergüenzas al aire de una sociedad con problemas y si tiene ética y lleva los cromosomas adecuados a su profesión el periodista debiera ser incorruptible y no dejarse llevar por presiones/halagos de un lado u otro...Pero claro, eso sería en un mundo ideal y no en el actual, donde el periodismo se está convirtiendo simplemente en la correa de transmisión política, donde los conglomerados de prensa y comunicación están en franca connivencia demasiado a menudo con el poder político del signo que sea, de manera harto sonrojante en algunos casos, puro panfleto, y en otros supeditados sin poder evitarlo al poder económico. Hay crisis económica en la prensa y eso conlleva falta de independencia, presiones, juegos políticos, tendencia a la autocensura y puñaladas traperas como la que acabamos de ver. No creo que sea el único caso reciente aunque sí que es el más mediático por la relevancia del personaje. Desconozco los motivos de su cese aunque me imagino por dónde van los tiros pero si hay la tan cacareada libertad de expresión en este país, cosa que visto lo visto cada vez empieza a ser más dudoso, cualquier opinión emitida siempre que respete el juego democrático debiera tener cabida, sean los a veces excesivos delirios conspiranoicos de P.J o las patochadas de un personaje tan surrealista como el ínclito Marhuenda por poner dos ejemplos casi extremos. Si hay cortapisas a esa libertad de expresar opiniones, es obvio decir que el estado de derecho se acaba resintiendo y es muy mala señal...

Saludos