Muchas mañanas coincido con ella, tanto al llegar a mi lugar de trabajo como cuando salgo; ultimamente llega en bici, en ocasiones incluso la escucho resoplar, reflejando tal vez su agobio por haber tenido que darle fuerte a los pedales para llegar a tiempo. El que desempeña no es un trabajo cualificado, aunque tengo la impresión de que está encantada de tenerlo; es una de esas iberoamericanas que ofrecen constancia y eficacia al otro lado de un mostrador, una de esas personas que han venido de lejos para darnos ejemplo de sencillez y naturalidad, de capacidad de esfuerzo, de abnegación y sacrificio. Su bicicleta queda atada a uno de esos postes cuyo número ha habido que incrementar en los últimos tiempos por eso de la peatonalización, una "bici" de aspecto aseado y color amarillo que recuerda la sonrisa de su dueña.
Porque si hay algo que llama la atención es que la chica sonríe, no ha entrado en esa corriente de crispación y agresividad, de tristeza y sentido negativo que, no sin razones, tanto nos afecta en los últimos tiempos por estos lares. Y yo le agradezco a ella, alguien para mí anónimo y desconocido, que siga sonriendo, que se enfrente a la jornada laboral con mirada limpia y expresión brillante, de la misma manera que es de alabar que cinco horas después siga manteniendo la actitud abierta y positiva ... al menos exteriormente. Sirvan estas breves líneas para reconocer mi admiración y agradecer el ejemplo.
8 comentarios:
Hay mucha gente así entre nuestros visitantes y son un soplo de aire fresco entre tanta negatividad. Un beso.
Solamente hay que buscarlos, Susana.
No es la solucion para que yo sonria cambiar de trabajo porque soy feliz con el que hago, pero si ver las cosas buenas de la vida y no dejarme contagiar de desanimo ni tristeza.
Me propongo que de mi solo salgan buenas acciones, sonrisas, y gratitud por la vida; voy a intentar ver el lado bueno de las cosas.
Hay un lado bueno ... y grande de las cosas.
No tengo ningún comentario... Está bonito como lo has dejado. Solo me asomo para dejar aquí una sonrisa.
Feliz semana, Modestino.
Por Madrid ando, Sunsi, un saludo y hasta la vuelta.
A mi también me pasa. Agradezco enormemente a las personas que sonríen, positivas, amables.
Me encantan :)
Fijate hasta dónde hemos llegado, que lo que debería ser normal, ahora es excepcional.
Un abrazo
Y eso que sonreir es gratis. Bienvenida por estos lares Luisa.
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