Cayo Lara dixit

"Cayo Lara relaciona la violencia machista con la educación religiosa recibida"; con estas nos salió hace unos días el coordinador de Izquierda Unida, palabras que suponen una réplica a las puestas de manifiesto por el Obispo de Alcala de Henares Juan Antonio Reig Plá cuando afirmó que "Los matrimonios canónicamente constituidos tienen menos casos de violencia doméstica que aquellos que son parejas de hecho o personas que viven inestablemente". Aprovecha el dirigente comunista para lanzar dardos contra el prelado insinuando que ha podido tener algún tipo de revelación, mostrando así una cierta falta de respeto y bastante poca elegancia como polemista. No es que el obispo Reig sea personaje que me resulte especialmente simpático, le respeto como pastor de la Iglesia a la que pertenezco pero no me suelen agradar las posturas formalmente agresivas, pero hoy me gustaría echarle un cable. Por un lado me parece que determinados políticos acentúan su mala baba cuando se trata de hablar de obispos y curas, y por otro mi experiencia me dice que las situaciones conflictivas -violencia de género, menores que delinquen, ...- son más habituales en casos de parejas rotas y cuando la relación es ocasional, casi de circunstancias, y es una cuestión puramente estadística y basta con contemplar la realidad que se vive cada día en comisarías de la Policía Nacional, puestos de la Guardia Civil y salas de los Juzgados Penales.

Me cuidaré muy mucho de generalizar, así como de negar otro tipo de realidades: en España ha habido machismo y de actos de violencia física o psíquica sobre la mujer no se ha escapado nadie ... y cuando digo ésto quiero decir que son cosas que ocurren en todas las clases sociales y en todo tipo de familias, porque igual de cierto es que hay muchos matrimonios en los que el denominador común ha sido el respeto y el cariño mutuo, que oyendo a algunas personas se puede tener la sensación de que en la España de nuestros padres el cascarle a la parienta estaba generalizado, y ésto ni es cierto ni es justo.

El cristianismo nos lleva a la caridad con el prójimo, nos ayuda a ser mejores y nos empuja hacia el bien. No hay más que leer el Evangelio y contemplar y entender lo que dice Jesucristo, y no hay más que buscar las enseñanzas del Magisterio de la Iglesia y la más fiel tradición evangélica y eclesial. Otra cosica son las equivocaciones de quienes forman parte de la Iglesia, los errores y debilidades de pastores y guías y las miserias e imperfecciones de todos y cada uno de los cristianos de a pié. Y por supuesto que los cristianos hemos podido caer en el machismo, como nos podemos convertir en alcohólicos si le damos en exceso al frasco o nos tenemos que arrepentir con frecuencia de ser orgullosos, vagos o viscerales en exceso. Pero echar la culpa de la violencia machista a la educación religiosa recibida lo veo como una boutade, y gorda, es más, desde mi punto de vista la violencia machista no es más que un reflejo de nuestro déficit de educación religiosa.