Alejandro Nieto García es Doctor en Derecho por la Universidad de Valladolid y Catedrático de Derecho Administrativo en las Universidades de La Laguna, Alcalá de Henares, Complutense de Madrid y en la Autónoma de Barcelona, fue vicerrector de todas ellas y Decano de Derecho y Ciencias Económicas en esta última, habiendo sido Premio Nacional de Ensayo en 1997. Periódicamente recibo una revista de información jurídica que difunde la Editorial "Lex Nova" de Valladolid, una de esas publicaciones que le llegan gratuitamente a uno y no suele hacer mucho caso; no obstante siempre me detengo en la columna que escribe Nieto, pues desde mi punto de vista el hombre esta dotado de un sentido común notable y tiende a poner el dedo en la llaga, habitualmente con tanta elegancia como incisividad. El artículo del último trimestre, titulado "Arrogancia" me ha parecido una auténtica joya, y en mi opinión acierta de tal manera con la realidad que vivimos que no me resisto a incluirlo íntegramente, porque si me limitara a comentarlo creo que perdería buena parte de su valor.
"Arrogancia"
Alejandro Nieto. Abogado y escritor.
"La más insensata de las arrogancias es la histórica: creer que nuestra verdad de hoy es la que cierra la larga cadena de errores del pasado y que, además, va a durar ya para siempre; confundir lo último con lo definitivo; pensar que ya se ha llegado, que se está pisando al fin tierra firme, ignorando que nada hay firme en la Historia, que el presente es tan fugaz como el pasado, que el futuro está llamando con impaciencia a la puerta y que cuando venga barrerá todo lo que encuentre.
Qué arrogancia tan ingenua la de quienes están convencidos de que su generación se ha librado de todos los azotes de la Humanidad: de la superstición, de la crueldad, del egoísmo, y de que se vive actualmente en el mejor de los mundos, en el reino de la justicia, donde no hay más dios que la Democracia y la Razón. Son los que menosprecian a sus padres porque creían en dioses y en reyes falsos, desprecian a sus abuelos porque renunciaron a la libertad y aceptaron vivir en alguna dictadura roja, parda o azul, y se burlan de sus antepasados porque daban por sentado que la tierra era plana y que las enfermedades se curaban con agua bendita. Hoy la Naturaleza apenas si tiene secretos para nosotros, la política es una máquina perfecta y bien engrasada y el Hombre es libre frente a los demás y no tiene que soportar las estúpidas limitaciones religiosas, culturales y políticas de antes.
Dichosos nosotros, a quienes se ha regalado sin precio toda esta sabiduría, y más nuestros hijos, a quienes transmitiremos intacta tan estupenda herencia. Ya han quedado atrás para siempre las tinieblas, y el camino va en línea recta hacia adelante. Aunque bien mirado, ¿para qué seguir? Evitémonos el esfuerzo y quedémonos donde estamos, pues es imposible que vayamos mejor. Desgraciados los otros, los que no están a nuestra altura, los que creen en un dios estrambótico, los que están dispuestos a trabajar y a pagar el precio de las cosas. A quienes sin estudiar aprueban, alguien les cuida, y no tienen que dar cuentas a nadie de lo que malgastan y rompen.
Poniéndonos en lo peor, solo hace falta tener un poco de paciencia y esperar a que los terroristas desistan de sus locuras, a que los hambrientos pierdan el apetito o, al menos, se quiten de nuestra vista, a que los perseguidores se olviden de las víctimas, a que los miserables se queden en su tierra y no vengan a molestar, a que los sabios sigan investigando para nosotros y a que los políticos continúen gobernándonos con altruismo y dulzura. Con eso y con que todos los pueblos de la Tierra acepten la democracia y los negocios, la paz perpetua está asegurada, porque la democracia y los negocios, a diferencia de cuanto en el pasado ha habido, son la clave de la felicidad y no fallarán nunca."
¡Cuánto me ha hecho pensar este hombre! ... y ¡en cuántas personas he pensado leyendo lo que escribe!.
"Arrogancia"
Alejandro Nieto. Abogado y escritor.
"La más insensata de las arrogancias es la histórica: creer que nuestra verdad de hoy es la que cierra la larga cadena de errores del pasado y que, además, va a durar ya para siempre; confundir lo último con lo definitivo; pensar que ya se ha llegado, que se está pisando al fin tierra firme, ignorando que nada hay firme en la Historia, que el presente es tan fugaz como el pasado, que el futuro está llamando con impaciencia a la puerta y que cuando venga barrerá todo lo que encuentre.
Qué arrogancia tan ingenua la de quienes están convencidos de que su generación se ha librado de todos los azotes de la Humanidad: de la superstición, de la crueldad, del egoísmo, y de que se vive actualmente en el mejor de los mundos, en el reino de la justicia, donde no hay más dios que la Democracia y la Razón. Son los que menosprecian a sus padres porque creían en dioses y en reyes falsos, desprecian a sus abuelos porque renunciaron a la libertad y aceptaron vivir en alguna dictadura roja, parda o azul, y se burlan de sus antepasados porque daban por sentado que la tierra era plana y que las enfermedades se curaban con agua bendita. Hoy la Naturaleza apenas si tiene secretos para nosotros, la política es una máquina perfecta y bien engrasada y el Hombre es libre frente a los demás y no tiene que soportar las estúpidas limitaciones religiosas, culturales y políticas de antes.
Dichosos nosotros, a quienes se ha regalado sin precio toda esta sabiduría, y más nuestros hijos, a quienes transmitiremos intacta tan estupenda herencia. Ya han quedado atrás para siempre las tinieblas, y el camino va en línea recta hacia adelante. Aunque bien mirado, ¿para qué seguir? Evitémonos el esfuerzo y quedémonos donde estamos, pues es imposible que vayamos mejor. Desgraciados los otros, los que no están a nuestra altura, los que creen en un dios estrambótico, los que están dispuestos a trabajar y a pagar el precio de las cosas. A quienes sin estudiar aprueban, alguien les cuida, y no tienen que dar cuentas a nadie de lo que malgastan y rompen.
Poniéndonos en lo peor, solo hace falta tener un poco de paciencia y esperar a que los terroristas desistan de sus locuras, a que los hambrientos pierdan el apetito o, al menos, se quiten de nuestra vista, a que los perseguidores se olviden de las víctimas, a que los miserables se queden en su tierra y no vengan a molestar, a que los sabios sigan investigando para nosotros y a que los políticos continúen gobernándonos con altruismo y dulzura. Con eso y con que todos los pueblos de la Tierra acepten la democracia y los negocios, la paz perpetua está asegurada, porque la democracia y los negocios, a diferencia de cuanto en el pasado ha habido, son la clave de la felicidad y no fallarán nunca."
¡Cuánto me ha hecho pensar este hombre! ... y ¡en cuántas personas he pensado leyendo lo que escribe!.
10 comentarios:
Modestino, ¡yo lo conocí!
Hace años, cuando él estaba en la UAB, era vecino nuestro. Como mi padre se pasó gran parte de su vida en esa Universidad (aunque en otra disciplina) lo conocíamos bastante. Recuerdo haber ido a casa en muchas ocasiones a jugar con sus hijos. No sé si tiene algo que ver, pero como su mujer es alemana, tenían muchísimas (pero muchísimas) piezas del Lego (ahora caigo que ese nombre puede significar algo) y estábamos ocupados toda la tarde.
¡Qué tiempos me has hecho recordar!
Por cierto, el artículo, buenísimo.
El "Lego" es como un mecano? ...
Yo creo que una de las virtudes de Alejandro Nieto es que no se casa con nadie, su independencia de criterio.
¿Has pensado en muchas personas, Modestino, al leer el artículo? Yo especialmente en una. Desgraciadamente, ahí sigue.
Al Dr. Nieto le escuché una brillante conferencia el pasado mes de octubre en La Coruña. Fue todo un éxito, principalmente porque dijo lo que el auditorio quería escuchar, que por otra parte era la p... verdad. ¿Por qué se insiste en llamar Palacios de Justicia, decía él, a esos edificios destartalados llenos de anaqueles polvorientos en donde se acumulan los asuntos? De todos modos, un común amigo nuestro, que ahora está donde está pero que procede de la Universidad, dice que D. Alejandro es un gran personaje pero que también tiene zonas oscuras. Bueno, como todos los humanos, ¿no?
En el primero que pensé es en el mismo que tú, y luego en tant@ iluminad@ que le rodea, y también en otros que están en bancos opuestos. Incluso en algún vecino que tu y yo conocemos ;).
Seguro que D. Alejandro tiene zonas oscuras ... ¿quién no las tiene?.
Menuda perla has colgado hoy, Modestino.
Nosotros... el ombligo del mundo incapaces de recordar todo lo bueno que nos antecede... incapaces de reflexionar- ¡ignorantes!- para colocar cada pequeño paso de la historia en su contexto. Incluso incapaces de ver más allá de lo que nos ofrece nuestra visión miope. Como diría Susanita, a los pobres basta con esconderlos. Instalados en una demagogia que casi nadie recuerda que ya existía en la época de Sócrates. Los sofistas decían, pensaban, hacían...lo mismo.
Convencidos, tan convencidos de haber hallado el elixir que nos exime de interrogarnos sobre lo inexplicable, sobre el misterio. Posicionados y sentados en nuestra poltrona racionalista... Eso sí. Si hay que cambiar algo, ya están otros que doblegan la espalda.
Perdón por no haberme levantado hoy excesivamente optimista. Tú has puesto la guinda.
Un saludo desde Tarraco, la vieja Tarraco, Modestino.
El Lego es un juego de construcción, más que a un mecano parecen ladrillos pequeños.
Sí, Sunsi, hay quienes creen haber descubierto la piedra filosofal. Como si hasta su llegada nada se hubiera hecho bien, como si todo estuviera oscuro y ellos -o ellas- hubieran dado al interruptor.
Genial, Modestino. Copio y guardo, para releerlo. Mil gracias.
Pone el dedo en la llaga... pues me da a mi que si a todos los que les llega "Lex Nova" tomaran cartas en el asunto esto cambiaba; pero no hay llaga hay callo.
Un saludo desde la amargura de ser consciente de mi suerte y tan impotente...
Es que a veces llega tanto papel que se te escapan cosas así de interesantes.
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