Dice nuestro Diccionario de la Lengua que maniqueísmo es la "Doctrina fundada por el filósofo persa Manes que se basa en la existencia de dos principios eternos, absolutos y contrarios,el bien y el mal."; se añade que, por extensión, se considera como maniquea "cualquier actitud que mantiene posturas extremas, sin puntos intermedios". Yo no se si la rigidez, el radicalismo latente en estas actitudes viene derivado del carácter de las personas, de su educación o de otro tipo de influencias externas, pero es bien cierto que uno se encuentra por el camino a personajes que mantienen posturas tan firmes que corren el peligro de "talibanizarlos", tanto que hasta a uno le acaba entrando el espíritu de contradicción, y también lo es que a poco que profundices en tus posturas ante la vida acabas descubriendo que esa poca elasticidad la has podido padecer tú en más de una ocasión.
Una de las cosas que he comprobado es que el maniqueo enfila a las personas, tiene fijación con temas e individuos: he visto verdaderas urticarias solamente con mencionar a personajes como Paco Umbral, George Bush, Arturo Pérez Reverté, Juan Luis Cebrián, Vargas Llosa, Juan Manuel de Prada ... Evidentemente todos tenemos nuestros demonios personales, puede que hasta cierto derecho a considerar, por la razón que sea, "non grata" a una persona, pero pretendo ir más allá en mi análisis, no me refiero a ese "caer bien o mal", o a mantener determinadas opiniones y considerar que lo que alguien ha hecho o hace es pernicioso, sino al radicalismo de negar el pan y la sal a cualquiera, a esa vena que se nos hincha sólo con mencionar un nombre o contemplar una foto o una imagen televisiva. Creo que la visceralidad tiene muy poco que ver con la madurez, y al afirmar ésto quien me conozca bien sabrá que no soy yo precisamente quien pueda poner la mano en el fuego de no haber incurrido en este pecado.
Tengo la impresión que detrás de estos rechazos, de esta rigidez hay una inclinación al radicalismo, algo que no dificilmente puede llevar al fanatismo. Cada cual tenemos nuestras convicciones, algo necesario, porque cabe el peligro de ser superficiales, veletas, pero hay que saber, por un lado, distinguir lo que permite la tolerancia, que a la larga es casi todo, mientras que, por otro, siempre tiene que caber el respeto a la persona y a sus ideas, así como asumirse que no suelen ser positivas las enmiendas a la totalidad de nadie. Mal asunto cuando no le dejamos al otro la posibilidad del dialogo, cuando tachamos alguna persona u opinión de nuestra vida, cuando nos dejamos llevar por los "apriorismos", las "etiquetas" o los "prejuicios". Y no es cuestión exclusiva de determinadas ideologías, porque uno se encuentra fijaciones por todos los sectores.
10 comentarios:
Creo que te he comentado más de una vez que aciertas de pleno-es mi punto de vista-cuando tratas este tema. Porque lo has abordado en varias ocasiones y siempre le das una tonalidad distinta aunque la raíz(me parece que ahora raiz va sin acento) sea la misma.
Dices madurez... y estoy completamente de acuerdo. Llega un momento que los principios y sus correspondientes certezas se pueden contar con las dedos de una mano. Cuando este curioso y nefasto maniqueísmo te impide compartir, dialogar, sentarte alrededor de una mesa en la que las opiniones son de lo más variopinto, además de quedarte más solo que la una, funcionan como un muro impenetrable... sin rendijas, que no te deja enriquecerte, aprender de los demás... Hay personas que añaden a sus creencias la inflexibilidad, el NO de entrada...
Yo también soy la primera que sufrí esta fase en dos direcciones. Creo que pude hacer daño y, a la vez, me hicieron daño. Por eso te agradezco tanto estas entradas.
Gracias, Modestino. Un saludo especialmente cordial desde Tarraco.
Feliz día de la Inmaculada
La entrada es preciosa estoy con Sunsi. Yo que aunque sólo sea un minuto de cuando en cuando soy de todo o nada, exagerada en lo bueno y en lo malo a limpio bandazo, como no voy a sentir pena por los "talibanes" insufribles si entiendo que están acorralados en una sola idea.
Para nuestra desgracia cuanto más tiempo permanecemos equivocados más reacios somos a cambiar (eso el que tenga la suerte de darse cuenta del error y la humildad para reconocerlo)
Un abrazo Modestino:)
El problema de los puntos intermedios es la poca expresividad, la falta de interés. Creo que es muy buena señal cuando ni siquiera hablamos de este asunto, porque nos es extranjero: chinés, por ejemplo: distinta mente, distinta escrita, puntuación, que es como quien dice respiración, inexistente. :)) (Esta es para Sunsi, con un abrazo de solidariedad, que por aqui estamos en lo mismo).
Por eso son tan atractivas a mi ver, las sociedades anglo-sajonas, en las que veo muchos otros inconvenientes: porque los talibanes están previstos como malhechores en la ley penal, y la privacidad, maxime la privacidad de Dios con cada uno, y de cada uno consigo mismo, que son en parte lo mismo, se respira realmente en el ambiente. No tienen chorizo, es verdad. :))
Es que el "cerebro" es un extraño músculo del que no conocemos el entrenamiento exacto, para que gane en elasticidad...el otro, el corazón va a su bola, late a su ritmo, el nuestro o a la música que mejor le suena.
...la total rigidez del mismo es un es como de los encefalogramas planos.
Si los anglosajónes mo tienen chorizo, vive Dios que ellos se lo pierden.;)
Hay refrán castellano bien conocido: "En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, siempre depende del color del cristal con que se mira" ... tiene bastante de cierto, me parece.
Pero la cuestión es esa: Traidor, el mundo? Porqué? :)) Lo que perdemos nosotros me parece más difícil de conseguir que los chorizos, no sé. :)) (Lo que decía a Sunsi, y que creo no quedó muy claro, porque mi portuñol va de malo a peor, es que por aquí también estamos de revisión ortográfica).
Lo de traidor no es más que un recurso literario para que haya rima.
Y lo de los chorizos una simple gracieta mía... ahora el embutido llega enseguida a cualquier parte..:).
Tu portuñol es excelente ... al menos mejor que mí espagués.
A mi esa división de buenos y malos, tan tajante, siempre me deja la sensación de personas no sólo inmaduras, sino poco "vividas". Ese maniqueismo es incluso normal en la etapa adolescente, pero después, a poco que se viva en el mundo real, se perciben tantos tantos matices...Gracias, un saludo.
Sí amiga, a veces los hay con muy poco mundo. Un saludo¡¡¡¡
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