15 de diciembre de 2009

¿Por qué corre Sammy", Budd Schulberg












"¿Por qué corre Sammy?"
Budd Schulberg
Acantilado. Barcelona (2008)
355 páginas




Sammy Glick quiere ser un «ganador». Es agresivo, despiadado, extraordinariamente egocéntrico y no tiene principios. Consigue ascender, de chico de los recados neoyorquino, a magnate del Hollywood de los años treinta. En su figura, parece difícil no reconocer la sombra de alguno de los nombres fundacionales de la industria cinematográfica.


Decidí leer este libro tras ver una crítica del mismo en un blog vecino; su autor, Budd Schulberg fue además el guionista de "La ley del silencio", película con la por cierto que ganó el Oscar al mejor guión, algo que suponía una garantía añadida. Tras concluir el libro puedo confirmar que esta vez la intuición no me falló y la novela es excelente. Ante todo es una disección formidable de una época, la inmediatamente anterior a la 2ª Guerra Mundial, de un lugar, los Estados Unidos y de un mundo, el de los grandes magnates de Hollywood; de todo ello Budd Schulberg da muestras de un magnífico conocimiento.

El protagonista de la novela es Sammy Glick, alguien a quien si le corresponde un epíteto significativo es el de "trepa"; Glick es el típico "self made man" y es capaz de pasar en un vuelo de chico de los recados a número uno de entre los productores cinematográficos. Para alcanzar sus metas Sammy Glick no se para ante nada y ante nadie, y es capaz de robar guiones, dejar a cualquiera en la estacada, traicionar a sus amigos y pisar a quien corresponda. El libro narra al detalle el ascenso vertiginoso de Glick desde el ambiente de la máxima miseria hasta los lujos del Hollywood más dorado.

El libro es narrado en primera persona por Al Manheim, el primer jefe que tuvo Sammy en el periódico donde comenzó a trabajar y que es el contrapunto de éste: sensato, moderado y con un mínimo de ética. Manheim va narrando la carrera de Glick y en un momento dado descubre, y nos descubre a los lectores, la propia historia de Sammy, sus orígenes que explican lo que viene después. De la mano de Al Manheim y conforme avanza la lectura se adquieren los mismos sentimientos del narrador, que comienza asombrado ante las maneras del protagonista, continúa aborreciéndole por su absoluta falta de escrúpulos y acaba compadeciendo a Sammy.

Schulberg se muestra como un perfecto conocedor del mundo de Hollywood en los años 30, e imagino que cualquier experto en cine podrá poner nombres y apellidos reales a los distintos personajes que van apareciendo en la novela.

No me resisto a dejar constancia de un párrafo que puede resumir muy bien el grueso del libro:

“Hay dos clases de hombres hechos a si mismos y acomplejados: los que disfrutan recreándose con los patrióticos detalles de su ascenso de chicos de los recados a limpiabotas, y los que ascienden cada nuevo escalón como si fuera el único que conocieran, y avanzan con tanta prisa que tienen vergüenza, miedo de mirar atrás y ver de dónde vienen. Los primeros son unos pelmazos; los segundos, unos canallas”.

Por cierto, dicen que el gran capital, en la figura de Sammy Goldwyn, le ofreció dinero a Schulberg para que no publicara esta novela y que meintras la progresía le acusó de antisemita, John Wayne, que parece representaba a la ultraderecha, lo retó a un duelo.


4 comentarios:

ana dijo...

Interesante lo pintas.

Es curioso observar cómo cinematográficamente es atractivo ese personaje hecho a sí mismo desde la nada. Tu reseña me ha recordado la película de Orson Welles, Ciudadano Kane...

... y siempre pienso, que de entre estos hombres que partiendo de cero se "montan en el dollar" hay dos tipos: los que son como dice ese libro unos canallas que sostienen el mayor y absoluto olvido de sí mismos... y aquellos otros que no lo olvidan, los que consevan aún ciertos restos de inocencia... como Ciudadano Kane. Aunque esto no les quiete de ser unos pelmazos o puede que también, unos canallas.

Lo dicho, atractivo libro.

Que sea un buen día. Saludos.

Modestino dijo...

El personaje de Sammy Glick es presentado en el libro como un hombre que quiere llegar al máximo a toda costa y a toda máquina, sin mirar los cadáveres que deja en el camino. Hay muchos de esos hoy en día. De ahí el título: Sammy corre, corre sin parar, a toda velocidad.

molinos dijo...

Jo..otro que también he leído y tambien me encantó.

( no sé si estoy siendo coñazo con tantos comments)

Modestino dijo...

No estás siendo coñazo, todo lo contrario.
Además este libro, al igual que "La caja negra", lo leí tras ver tu reseña en tu blog, pues no los conocía.