2 de junio de 2009

"Un día volveré", Juan Marsé













"Un día volveré"
Juan Marsé
Lumen. Barcelona (2009)
443 páginas





Argumento Antes de que lo encarcelasen por guerrillero y atracador de bancos durante la primera posguerra, hace ahora trece años, Jan Julivert Mon había enterrado su pistola al pie de un rosal, y todos en el barrio pensaban, con el miedo de los vencedores o la ilusión de los vencidos, que el día que volviera la desenterraría para emprender su sangriento ajuste de cuentas... Sin embargo, el presidiario regresa a casa con los sueños de venganza cicatrizados y con la única intención de rehacer una vida que ya todos dan por perdida. Entrelazando con maestría ambientes que nadie como él ha sabido pintar -los barrios bajos de la Barcelona de posguerra y la burguesía en fase de descomposición-, Juan Marsé crea un mundo de ficción que expresa con gran intimismo, añoranza y una prosa exquisita los desencuentros entre la ensoñación y la realidad. Un día volveré es una historia sobre la falacia de la violencia, que muestra la ruptura entre la venganza y la justicia.

Nunca había leído nada de Juan Marsé y tenía ganas de hacerlo; el haber recibido, "más vale tarde ...", el premio Cervantes, y su propio prestigio eran gancho suficiente para justificar mi decisión de ponerme manos a la obra. Marsé es uno de esos excelentes escritores catalanes con personalidad propia, de los que no se han sometido a ningún poder establecido y ni abdicaron de nada bajo el franquismo ni se postraron de rodillas ante el pesebre nacionalista que lo ha acaparado todo en los últimos 30 años. Tal vez por no ser, ni a las duras ni a las maduras, un corderito políticamente correcto, ha tardado tanto en llegarle el reconocimiento oficial.

"Un día volveré" acaba de ser reeditada con la pulcritud a la que nos tiene acostumbrados "Lumen", pero su publicación original tuvo lugar en 1982. No parece que sea la mejor obra de Marsé -"expertos" de mi confianza me han hablado de "Últimas tardes con Teresa", "Si te dicen que caí" y "El embrujo de Sanghai"-, pero su argumento me pareció atractivo y puedo asegurar que he quedado satisfecho de su lectura y seguiré teniendo en cuenta al autor catalán.

El libro se desarrolla en Barcelona, algo que también supone un atractivo añadido, en cuanto puedes ir recorriendo mientras lees escenarios que conoces. E barrio de Gracia, la Plaza Rovira, el Parque Güell, la Ronda de Guinardó, ... van apareciendo en la historia que nos cuenta Marsé. Y ésta es la de Jan Julivert Mon, un viejo aspirante a boxeador de ideas anarquistas que tras acabar la guerra y enrolarse en el maquis acaba siendo condenado a prisión por un atraco. Con recuerdos de esos años, la novela comienza con el regreso a Barcelona de Julivert tras cumplir 13 años de prisión. La posguerra, las diferencias sociales, el ambiente de la Barcelona de finales de los 50 es descrito magistralmente por el premio Cervantes de 2008.

Marsé cuida, además, sus personajes; junto a un Julivert, descrito magistralmente como el luchador cansado que regresa a casa con deseos de llevar una vida pacífica mientras el resto, amigos y enemigos, esperan que continúe su vida rebelde, aparecen su cuñada Balbina, que nos adentra en los ambientes de un decrépito Barrio Chino, su sobrino Nestor, que quiere emular su aspiraciones de triunfar en el boxeo mientras se cría en la calle o Luis Klein, un viejo juez auditor al que un accidente de coche le ha hecho pasar de ser un inmisericorde represor a un alcohólico decrépito y vicioso. El viejo Suau, su nieta Paquita, el corrupto policía jubilado Polo, los hampones viejos compañeros de Jan, ... el libro contiene toda una galaxia de personajes perfectamente diseñados.

Los ambientes están muy bien pergeñados; junto a la Barcelona pobre de la época, descrita detalladamente, con sus portales con olor a lejía, sus bares cutres de cervezas baratas y ceniceros de propaganda, los gimnasios baratos para aprendices del boxeo, ... que contrasta con la tradicional parte burguesa, representada por los Klein, con casa con jardines, cocineras, sirvientas y mayordomo y escalera de servicio.

El ambiente, los lugares, las personas, la época, ... todo ello esta maravillosamente escrito por Juan Marsé, de quien se puede decir que es algo más que un buen novelista, un auténtico maestrop de la litaratura: uno de los mejores escritores españoles, sin ninguna duda.


Foto: www.negraycriminal.com

9 comentarios:

tommy dijo...

Recuerdo que vi "El amante bilingüe" de Vicente Aranda, basada en la novela homónima de Marsé, en el cine París de Barcelona. La peli tiene momentos divertidísimos, sobre todo los protagonizados por Loles León, cuyo personaje necesita aprender catalán para conseguir el sueño de su vida, que no es otro que ser dependienta en El Corte Inglés de Plaza Cataluña. En su casa puede verse en la TV una película sobre Don Quijote doblada al catalán, e incluso en los momentos de mayor furor erótico con Imanol Arias le pide a éste que le hable "en catalá, si us plau". ¿Queréis creeros que yo era el único en todo el cine que se reía? En fin, hace tiempo que dije que si no contaba a "els altres catalans" no me salían los "6 milions" que decía la Generalitat...

Modestino dijo...

Vaya con Marsé, ahora comprendo porque le tienen arrinconado algunos....;)

Almendrado dijo...

Hola Modestino, gracias por acercarme a Juan Marsé y hacérmelo atractivo, pues no había leído nada suyo y tampoco me apetecía... cosas de esos "expertos que te aconsejan". Te considero una persona intelectual y con la suficiente altura como para no oír tu consejo. Cuando haya leído algo suyo ya te lo haré saber.

Gracias por la buena crítica.

Saludos

Almendrado dijo...

Ahora leído parece que digo o contrario. Lo que quiero decir es que te haré caso.

Saludos otra vez.

Anónimo dijo...

El término politicamente correcto de "els altres catalans" se conoce a nivel de calle por "charnegos"

En el libro "Las últimas tardes con Teresa", si no recuerdo mal, la niña bien (pija) se enamora del charnego.

Brunetti dijo...

La Administración catalana (la de antes, porque era de Convergència i 'Desunió', y la de ahora, porque el Departament de Cultura está en manos, cómo no, de Esquerra Republicana) nunca le ha dado bola a Juan (que no Joan) Marsé.

Pasó lo mismo con Manuel (que no Manel) Vázquez Montalbán, y está pasando igualmente con el que, a mi entender, es el mejor de todos los escritores catalanes vivos y uno de los mejores escritores españoles contemporáneos, Eduardo (que no Eduard) Mendoza: 'La ciudad de los prodigios' es una novela difícilmente superable.

Fdo.: Un charnego de Córdoba. Y del Córdoba, claro.

Modestino dijo...

Efectivamente, hay escritores malditos para la Cataluña oficial; como en su día lo fue Josep Plá.

tommy dijo...

Tienes toda la razón con lo del término políticamente correcto, Anónimo, aunque lo de los otros catalanes me gusta porque sugiere que si hay los otros es que también hay los unos y que, por tanto, hay una diferencia entre ambas clases de catalanes.

En cuanto a "Ultimas tardes...", a mí me pareció, también si no recuerdo mal, que Teresa tiene algo de fetichista cuando se enrolla con Manolo el "pijoaparte" (tal y como se le conoce en la novela), como si lo que buscara es precisamente tener una historia con un charnego. Por cierto, qué guapa estaba Maribel Martín en la película.

Modestino dijo...

Se te que a Maribel Martín le van los papeles de niña bien de Barcelona, pues en TVE hizo el papel protagonista de Mariona Rebull, donde estaba también muy guapa. Y si no recuerdo mal también hacía de burguesa -no catalana esta vez- en "Los santos inocentes".