20 de junio de 2009

El primer Ajax de Johan Cruyff



El fútbol holandés, al menos desde que uno tiene uso de razón, tuvo un nivel de segunda fila hasta la aparición de Johan Cruyff; éste fue un auténtico fenómeno del fútbol, uno de esos jugadores como Pelé, Beckenbauer, Maradona o Zidane que aparecen de vez en cuando y acaban haciendo época. Pero Cruyff ni jugaba solo ni formaba parte de un proyecto nacido por generación espontánea; el equipo donde militó el holandés, el Ajax de Amsterdam, marcó una época en el fútbol mundial y ganó tres Copas de Europa seguidas y no fue por casualidad, pues además de tener al indiscutible número uno del mundo, se trataba de un equipo trabajado durante años en la que se convirtió desde entonces en una de las mejores canteras del mundo, además de estar entrenado por un mister especial, aun auténtico mago de la estrategia y la preparación, quien luego fuera durante muchos años entrenador del F.C. Barcelona Marinus Michels. El Ajax de principios de los setenta era un equipo sólido, brillante y demoledor, auténtica larva del fútbol total que a partir del Mundial de Alemania de 1974 mostraría al mundo la llamada "naranja mecánica".

Queda dicho que Johan Cruyff era la auténtica referencia del equipo, un jugador que aunque teóricamente jugada de ariete, deambulaba por todas las partes de la delantera, entraba por derecha e izquierda y gustaba de coger el balón en el centro del campo para aproximarse a la portería rival; curiosamente en una época donde todos los equipos alineaban a sus jugadores con una numeración del 1 al 11, Cruyff llevó siempre en su camiseta el 14, número que acabó siendo todo un mito en su época. Pero junto a Cruyff destacaba un jugador de una calidad excepcional; suele ocurrir el que grandísimos jugadores queden eclipsados si están a la sombra de un fenómeno, es el caso de Piet Keizer, un extremo zurdo de una técnica exquisita y que jugaba como los mismos ángeles; Keizer tenía unos pocos años más que el resto de jugadores y aportaba, además de sus cualidades técnicas, un plus de experiencia y madurez al equipo. Se trataba de un punta zurdo con capacidad de retrasarse al medio campo: sus entradas por la izquierda solían ser mortales. Cuando en 1974 la selección holandesa causó sensación en el Mundial, el puesto de extremo izquierdo de la selección se lo había arrebatado a Keizer el genial atacante del Anderlecht Robby Resenbrink, lo que aún resto fama al primero.

Pero el enorme potencial ofensivo del Ajax tenía otros nombres; en el centro del campo el equipo se sostenía con el trabajo de dos auténticos iconos del fútbol: Arie Haan y Johan Neeskens. Haan era un todo terreno, con una capacidad espectacular de adaptación a cualquier posición del equipo, de hecho en la selección holandesa acabó destacando en el centro de la defensa; Haan tenía además una gran facilidad para marcar goles, especialmente en las jugadas de estrategia, en las que viniendo marcó unos cuantos goles decisivos para su equipo. Neeskens era un chaval en aquella época: había nacido en 1951 y su primera final europea la disputó con 19 años. Era un auténtico "pulmón" y trabajaba durante los 90 minutos del partido con una entrega admirable; con Haan formaban un dúo sólido e imparable. Neeskens, que luego triunfó por todo lo alto en el Barça, fue pionero en lanzar los penaltis "a romper", pues lanzaba un tiro durísimo al centro de la portería que solía ser inapelable.

En la punta derecha el jugador más destacado fue Johnny Rep, otro jovencísimo valor -nació el mismo año que Neeskens- y sustituyó en el puesto a una auténtica leyenda del equipo, Sjaak Swart, quien disputó las tres primeras finales europeas; Rep era un punta rapidísimo, dotado de una buena técnica y con olfato de gol; al cabo de los años ficharía por el Valencia, donde con Mario Alberto Kempes, Lobo Diarte y Saura formaban una delantera temible. Otros destacados jugadores del medio campo del Ajax fueron los hermanos Gerd y Arnold Muhren; ambos jugaban por las bandas y jugaban bien la bola. Gerrie, el mayor, jugó con buen rendimiento unos años después en el Betis; El interior Van Dijk, que pasó luego sin pena ni gloria por el Real Murcia, el media punta Mulder, el sueco Inge Danielsson y el belga Nico Rinjders también tuvieron su papel en la zona media del equipo.

La defensa del Ajax se caracterizaba por estar compuesta por jugadores de una gran presencia física; además de ello, quienes la conformaban sabían manejar la pelota, lo que les hacía especialmente valiosos: eran tan contundentes a la hora de defender como valiosos conduciendo la pelota. Los dos laterales del equipo son dos leyendas del fútbol europeo y se convirtieron años después en una de las claves del formidable rendimiento de la selección de Holanda. Wim Suurbier y Ruud Krol tenían características parecidas, ambos eran de gran envergadura y tenían capacidad de subir por su banda; tanto uno como otro reunían condiciones para jugar también en el centro de la defensa y gozaban de una potencia física admirable. En el centro de la zaga los habituales eran dos jugadores que se complementaban muy bien, por un lado estaba la sobriedad del alemán Horst Blackenburg, un jugador sin grandes alardes, qpeo muy seguro y con capacidad de sacar el balón jugando y el holandés Barry Hulshoff, un altísimo central, con una significativa barba y que era toda una fuerza de la naturaleza, recuerdo que se trataba d euno de los jugadores de la plantilla que más me gustaba y que subía a rematar corners y faltas con un peligro notable. El la final contra el panathinaikos jugó el yugoslavo Velibor Vasovic, un defensa libre a la vieja usanza que jugaba muy bien el balón.

El portero del Ajax era Heinz Stuy; se trata posiblemente del jugador conmmenos nombre del equipo, aunque era un meta sobrio y seguro; en aquella época se decía que a los holandeses siempre les fallaba el portero: todos recordamos la sensacional alineación de la Holanda del Muncial alemán, en la que cantaba la presencia de un meta tan inseguro como Jan Jongbloed o el aparente exceso de peso de su suplente Piet Schrijvers. Stuy cubrió dignamente la portería de los de Amsterdam e incluso a lo largo de 1971 mantuvo el record de jugar 1082 minutos sin recibir ningún gol.

La primera final que jugó el Ajax se disputó en el estadio Santiago Bernabeu; su rival era el histórico Milan en el que destacaba sobre todos Gianni Rivera, "il bambino di oro", un interior izquierda de una clase inmensa. Los holandeses pagaron la novatada y perdieron por 4-1 en una noche inspiradísima del delantero italiano Pierino Pratti, quien logró un hat-trick. El Ajax, en cuya alineación aún faltaban varias de las estrellas que hemos citado, no pudo con la veteranía de un equipo en el que, además de los citados Rivera y Pratti, destacaban los internacionales italianos Sormani, Trapattoni y Lodetti y el lateral izquierdo alemán Schnellinger. Vasovic marcó de penalti el gol del honor del Ajax.

En 1971 el equipo llegó a su segunda final; tras una eliminatoria inicial fácil con el campeón de Albania, el Ajax hubo de eliminar al Basilea, al celtic de Glasgow y al Atlético de Madrid. Su rival en la final, celebrada el 2 de junio en Wembley, fue la revelación del año, el Panathinaikos FC griego que entrenaba Ferenc Puskas y contaba en sus filas con el mejor jugador griego, Domazos y había dejado en el camino, entre otros, al Everton inglés y al Estrella Roja yugoslavo. A la hora de la verdad los griegos no fueron rivales y el Ajax venció por 2-0 con goles de Van Dijk y Arie Haan.



En 1972 el Ajax también tuvo un camino difícil hasta la final, pues le tocaron en liza sucesivamente el Dynamo de Dresden, el Olimpique de Marsella, el Arsenal y el Benfica, llegando a la final sin haber perdido un sólo encuentro. El rival en esta ocasión era un histórico de la competición, el Inter de Milán que contaba en sus filas con cuatro titulares de la selección italiana: el capitán Giacinto Facchetti, el duro Tarcisio Burgnich, el gran Sandro Mazzola y el goleador Roberto Bonisegna, además del extremo derecho brasileño Jair. El Ajax jugó mucho mejor que su rival y se impuso por 2-0 con dos goles de Johan Cruyff, uno en cada tiempo. El partido se jugó el 31 de mayo en el "Stadion Feijenoord" de Rotterdam.



El año 1973 los holandeses alcanzaron la final tras eliminar al CSKA de Sofia, al Bayern de Múnich y al Real Madrid, a este último en una disputada final. Esta vez tocaba enfrentarse a la Juventus de Turín, quien había llegado al partido decisivo, que se disputaba el 30 de mayo en el estadio del Estrella Roja de Belgrado, tras imponerse a Olimpique de Marsellla, Magdeburgo, Újpest Dózsa y derby County. Los de Turín tenían en sus filas al mítico guardameta Dino Zoff, al histórico atacante brasileño Altafini, al goleador alemán Haller y a tres jóvenes jugadores que serían con el tiempo muy importantes em el calcio: los centrocampistas Fabio Capello y Franco Causio y el atacante Roberto Béttega. El encuentro fue aburrídisimo y se recolvió con un único gol conseguido por Rep a los cuatro minutos ante el que los italianos fueron incapaces de reaccionar.


Como suele ocurrir con este equipo, sus mejores jugadores se fueron en busca del Dorado a otros países y duró poco, pero mientras lo hizo los aficionados disfrutamos con el buen fútbol como pocas veces.



2 comentarios:

sunsi dijo...

Pasaba por aquí. Abrumadora tu sabiduría futbolera, Modestino.

Un saludo.

Te quería comentar que Ana ha estrenado blog.
http://ana-tirandodelhilo.blogspot.com/

Otro saludo

Modestino dijo...

Gracias, hoy he encontrado un rato para disfrutar recordando fútbol del bueno ... aunque estos hilos tengan tan poco éxito.