25 de marzo de 2017

Adios a una persona cercana


Ayer me acosté con la noticia del fallecimiento de Paloma Gómez Borrero. La periodista madrileña tenía 82 años y no me constaba ninguna mención reciente de enfermedad grave que pudiera prever un final próximo. Al parecer hace dos semanas se le diagnosticó un cáncer de hígado y todo se ha desarrollado demasiado deprisa. La muerte de Paloma supone el adiós a una persona buena, natural, cercana, ... como si a partir de ahora faltara alguien próximo, uno de los nuestros.  A través de los medios de comunicación, especialmente de la televisión, entran en la casa y la vida de uno muchos personajes, pero solamente unos cuantos calan de esa manera especial que lo hacen quienes tienen un estilo, una voz, una mirada que llega directa, sin doblez ni dolo, gente como ella.

Han sido muchos los años en los que Paloma Gómez Borrero nos ha acercado a la actualidad del Vaticano, de las palabras, enseñanzas y viajes de unos cuantos Pontífices. Esta mujer, de aires maternales y talante amable y simpático, se ganó mi corazón desde el principio, y me parece que también el de muchos otros españoles. Ahora bien, el que Paloma fuera próxima al espectador, el que siempre tuviera esa sonrisa en la boca, el que nos diera las noticias de modo suave y positivo, no nos puede hacer olvidar que, por encima de todo, se trataba de una periodista excelente, una profesional como la copa de un pino.

Paloma Gómez Borrero entra ahora en la historia,  pasa a formar parte de esos personajes públicos, esos famosos a los que guardamos un rinconcito en el corazón y recordaremos con cariño y cierta nostalgia. No tengo ninguna duda que ahora en el cielo seguirá estando al día de la última hora y siguiendo los viajes de ese sector de la Iglesia que ya hace tiempo vive mucho más arriba que el que hasta ahora conocía.


1 comentario:

Susana dijo...

Parecía mucho màs joven. Descanse en paz. Un beso.