8 de junio de 2013

Muere la sirena de Hóllywood



El pasado jueves 6 de junio falleció en Los Ángeles la actriz estadounidense Esther Williams; tenía 91 años y fue en las décadas de los 40 y los 50 cuando tuvo su época más brillante y exitosa en el mundo del cine. Williams fue una gran nadadora, incluso tenía fundadas aspiraciones de conseguir alguna medalla olímpica, algo que no pudo lograr tras la suspensión de los Juegos Olímpicos de 1940 que se iban a celebrar en Helsinki por motivo de la 2ª Guerra Mundial. Posteriormente la Williams encontró en el cine a la gallina de los huevos de oro y tanto su belleza como su arte en la piscina la convirtieron en una estrella que fue capaz de llevar al cine un nuevo género de películas: las musicales con espectáculos acuáticos. Mi primer recuerdo de Esther Williams se remonta a las sesiones cinematográficas que a finales de los 60 se celebraban los domingos por la tarde en el colegio de mi hermana, la Compañía de María, y en concreto a una ocasión en que estando anunciado un film de aventuras -no me acuerdo cual- acabamos tragándonos "Escuela de sirenas" (1944), la ópera prima de la actriz fallecida, de la que tan sólo recuerdo a una joven rubia y estlizada que se pasaba la película pegándose chapuzones en la piscina.


Esther Williams fue una de las grandes protagonistas de la época dorada de la Metro Godwyn Mayer; del obituario de "El País" recojo esta referencia de Terenci Moix: “En el recuerdo, Esther personifica como nadie la entrañable imagen de sueños que mezclaban la ingenuidad y el kitsch a partes iguales. Su cabeza asomando entre lotos y nenúfares, sus bañadores de lamé, su eterna sonrisa inalterable aun debajo del agua, se convirtieron en el anuncio viviente de una felicidad que solo se realizaba en los cines de barrio”. Queda dicho que "Escuela de sirenas", de George Sidney, fue su gran éxito, pero entre 1944 y 1949 siguió triunfando con este subgénero "acuático" en películas como "Juego de pasiones" (1946), "Fiesta brava" (1947) y "En una isla contigo" (1948), las tres de Richard Thorpe, así como en "La hija de Neptuno" (1949), de Edward Buzzell y "Llevame a ver el partido", de Busby Berkeley. En "Escuela de sirenas", y en algun film más, tuvo una importante y decisiva intervención el gran Xavier Cugat. La primera mitad de la siguiente década Williams siguió contando sus películas por éxitos, destacando "Serenata en el valle del sol" (1950), de Robert Z. Leonard, "La primera sirena" (1952), de Mervin LeRoy, "Peligrosa cuando se moja" (1953), de Charles Walters, con una increíble escena acuática junto a Tom y Jerry y "La preferida de Júpiter" (1955) de George Sidney. En estos años de triunfos y glamour la Williams compartió reparto con los mejores actores y actrices del momento: Ricardo Montalbán, Cyd Charisse, Fred Astaire, Judy Garland, Lucille Ball, Peter Lawford, Jimmy Durante, Victor Mature, Walter Pidgeon, Mary Astor, George Sanders, Frank Sinatra, Gene Kelly, ...

Cuando se pasó la moda d elos musicales acuáticos Esther Williams lo intentó con el drama, protagonizando películas como "Sombras de la noche" (1955), "Momento inesperado" (1956), ambas de Harry Keller y "El gran espectáculo" (1961), de James B. Clark. En 1963 rodó en España "La fuente mágica", dirigida por quien fue su tercer y último marido, el argentino Fernando Lamas. Los años no habían perdonado a Esther Williams, que llevaba años postrada en una silla de ruedas; eso sí, nos cuentan que seguía bañándose en su piscina de agua calentada con energía solar. Llevaba años sin oír hablar de esta mujer que tan sólo recuerdan quienes eran jóvenes hace sesenta años y algún friki de este mundo; ahora con su muerte nos viene otra vez a la cabeza: descanse en paz.

6 comentarios:

Susana dijo...

Sin duda fue una mujer muy especial. Un beso.

Modestino dijo...

Sobre todo especialmente guapa y estilizada.

sunsi dijo...

Llama la atención que nunca dejara de sonreír; ni siquiera debajo del agua. En paz descanse.

Feliz domingo, Modestino.

Modestino dijo...

A lo mejor en su casa era mas arisca, vete a saber ... :)

Zambullida dijo...

La recuerdo muy bien y no tengo 60 años, ¡ni he llegado siquiera a los 50! Me encantaba su elegancia en el agua y los bañadores tan bonitos que llevaba.

Modestino dijo...

Pues lo siento!, otra vez sacare al exterior el traje de banyo.