24 de marzo de 2012

¡Y qué razón tienes amigo Íñigo!

"Eramos más felices con una televisión que ahora con cien".Así se pronunciaba José María Íñigo en la última página del heraldo de Aragón del pasado jueves; el veterano presentador de "Estudio Abierto", "Directísimo", etc se desmarca con una simpática entrevista en la que nos cuenta su visión, nada positiva por cierto, de la televisión actual a la que califica con tanta crueldad como acierto como "un electrodoméstico más". Yo añadiría que se trata de un electrodoméstico que puede incluso ser pernicioso, pues mientras la lavadora, el frigorífico o la "termomix" nos facilitan las cosas, la tele frecuentemente sólo consigue fomentar la incultura, embrutecer el ambiente y crear desinformación. El propio Íñigo asegura que la nostalgia no sirve para nada, pero no puedo evitar rememorar aquellos tiempos en los que la familia se reunía en torno a la televisión y el brasero, en los que un partido de la selección nacional o del equipo de los amores, una serie de fama, una obra de teatro o un concurso bien llevado se convertían en pieza de interés común y fuente de conversación y atención. Ahora el poder lo tiene el dueño del mando a distancia, la tele cierra las posibilidades de conversar durante la comida, los niños tragan bazofia mientras sus padres buscan crucero para Semana Santa y cada cual tiene representación de la caja tonta en la propia habitación.

Me acuerdo perfectamente la expectación cada víspera del día de difuntos ante la correspondiente versión del Tenorio, o la incertidumbre compartida cuando el alcalde de Belmez o la "mamá del millón" de enfrentaban semanalmente a las pruebas de "Un millón para el mejor", magistralmente dirigido primero por Joaquín Prat y posteriormente por José Luis Pecker, los encuentros de la España de Kubala, los combates de Pepe Legrá o Pedro Carrasco o la siempre esperada etapa del Tour de las sobremesas de julio, sin olvidar los episodios de "Misión Imposible", "El fugitivo" o "Los vengadores". Ahora nos podemos pelear por "La noria", "Gran Hermano" o "Salvame", y solamente tendremos garantizada la zafiedad. Creo que, en la línea de Íñigo no se trata de suspirar por eso tan artificial, y posiblemente inexacto de que cualquier tiempo pasado fue mejor, tan sólo cabría plantearse si a lo mejor llevamos años huyendo hacia adelante y sería mejor vivir sin crearnos tantas necesidades y disfrutando lo bueno que tenemos en pequeñas dosis, ... sin olvidar el añadido de cierta capacidad de crítica, algo que, reconozcamoslo, posiblemente tampoco teníamos cuando TVE era la mejor televisión de España ... que lo que ha dicho Íñigo no es que entonces la tele fuera mejor, sino que nos hacía más felices.


12 comentarios:

tomae dijo...

Lo de ser menos felices con la TV actual, es por lo de los "shares" y por el zapepeo Modestino. El televisor no se queda quieto si no hay nada que te atrape, y el televidente ya no se atrapa si no hay nada que le seduzca, le sorprenda o le apasione; no hay paciencia para dejarse llevar por un buen programa, y cada vez hay menos cosas que atrapen o sorperendan.

Es algo así como el blogueo a golpe de click ... yo como productor ejecutivo, redactor jefe y accionista mayoritario de mi blog no dejo de percibir esas "insatisfacciones" tanto del patrocinador como en las audiencias...todo ello genera mucha tensión y noto que cuesta fidelizar a según que público (ay! con eso de la fidelidad por un canal) Por ello tengo al equipo de programación que va de cabeza... y luego sale lo que sale.

Por suerte, siempre quedará ese "cajon" ;)

Susana dijo...

Hace tiempo que dejé de ver la televisión sin más. Ahora grabo programas que me interesan y eso es lo único que sigo. Yo creo que la tele de antes sí era mejor. un beso.

Modestino dijo...

El problema del blogueo es que a veces no das abasto para seguir a todos los que desearias. Pero sí, hay que estar al día.

Modestino dijo...

Pero se puede educar al personal, que a base de telebasura se está creando una bolsa de borregos que no te cuento.

Modestino dijo...

Hoy hay mas medios, más avances tecnológicos y menos calidad de contenidos.

meloenvuelvepararegalo dijo...

A mí la tele me sigue divirtiendo, y creo que es una de sus funciones. Sigo encontrando programas que me resultan entretenidos y con eso me vale.
También aprendo; pero para ello -y también para la diversión- cuento con otros canales fuera de la caja tonta.
Ay! Tomae, lo que cuesta fidelizar a las audiencias... si tienes la fórmula o la encuentras por esas profundidades marinas, pasa la receta.
Buenos días y, soleados por ahí?, Modestino,

Modestino dijo...

Sí, soleados y luminosos. Un saludo!

veronicia dijo...

Yo no estoy de acuerdo; siempre he sido feliz con la televisión. Con la oferta que hay de canales y programas quien ve basura es porque quiere, y porque le gustará ver basura. Que no se culpe a la TV, que cada uno se responsabilice de lo que se lleva a los ojos.

Modestino dijo...

Por supuesto que la tele puede ser muy bien utilizada, pero habrian de reforzarse figuras como el defensor del telespectador. Y hay menores que no deberian ver basura y lo hacen, bien porque sus padres son unos descuidados, bien porque son unos irresponsables o bien porque directamente son unos autenticos cabestros.

tomae dijo...

... de todas formas si ahora apareciera el mismísimo Uri Geller doblando una cuchara, no creo que tuviera el mínimo interés.

Modestino dijo...

Lo de Uri Geller me parece que fue una tomadura de pelo, pero no tecreas que la gente mantiene el morbo ... aunque tal vez ahora lo desarrollaría con otras cosas.

ana dijo...

Yo creo que le estamos echando la culpa a la televisión de algo que en sí misma, como medio de comunicación, no tiene. Los programas se promueven por las audiencias, no hay otra. Y la tele no tiene la culpa de que la sociedad en que vivimos sea tan corta, mezquina y analfabeta. Yo he visto reportajes, documentales _no precisamente lo de las 2_ y programas de lectura muy interesantes y más que recomendables. Página2, Redes, Informe Semanal, DocumentosTV, EnPortada, La noche temática, etc. Pero quizá no sean programas rentables. Y la rentabilidad, directamente se relacionada con la publicidad, que depende netamente de la audiencia. Y la audiencia somos todos nosotros; tú, yo y el otro.

Yo no creo que la tele de entonces fuera mejor que ahora. Era diferente, no es posible la comparación, pues ni técnicamente ni contextualmente se pueden igualar, y el mundo en el que están, tampoco es el mismo.

Hoy en día la televisión gana en diversidad y libertad, se ha convertido en un gran medio de comunicación, activo, dinámico, es parte de esa fantástica aldea global que hoy es la sociedad de la comunicación. La pena es que todo esto al ser humano le queda grande, y es capaz de tragarse cualquier cosa con tal de no pensar... así acaban las mayores audiencias donde están. En fin... complicado tema.

Un saludo.