A veces los aficionados a la lectura nos despistamos en busca de novedades y éxitos editoriales y olvidamos que en esto de la literatura siempre hay que mirar atrás y guardar fidelidad a esos autores legendarios que nunca te van a fallar; en todas las épocas y lugares ha habido -y sigue habiendo- escritores que no solamente fueron capaces en su tiempo de demostrar una calidad literaria superior, sino que no se han pasado de moda al cabo de los años, y uno está convencido de que nunca lo harán. Mi lista de autores irrenunciables es larga, aunque me hubiera gustado haberles leído mucho más, y en ella se encuentran nombres tan variados como Dumas, Dostoyewski, Delibes, Aldecoa, Baroja o Dickens. Y entre éstos también hay un lugar para Benito Pérez Galdós, posiblemente el más importante autor nacional del siglo XIX, alguien que fue capaz de dibujar como nadie una España que pasaba por algunos de los momentos más críticos de su historia. La crítica social y el costumbrismo de Galdós son un auténtico lujo y novelas como "Doña Perfecta", "Misericordia" o "Fortunata y Jacinta" lecturas obligadas para cualquier lector exigente. Galdós forma parte de una generación de escritores verdaderamente importantes: "Clarín", Pereda, Valera, Blasco Ibáñez, la Condesa de Pardo Bazán, Palacio Valdés, Alarcón, ...
Hace unos años tomé la decisión de ir leyendo, poco a poco, los Episodios Nacionales, manifestaciones de lo que hoy llamaríamos novela histórica y que tienen, sobre las actuales, la ventaja de la inmediatez en el tiempo y el estar escritas por la pluma de un genio. Comencé por "Trafalgar", una visión excelente de nuestra gran y fracasada batalla naval contra el inglés y siguió con todos y cada uno de los capítulos referentes a las primeras escaramuzas napoleónicas en España: "La Corte de Carlos IV", "El 19 de marzo y el 2 de mayo", "Bailén", "Napoleón en Chamartín" y "Zaragoza"; cada cual me gustó más, con la deliciosa narración puesta en boca de ese protagonista de ficción llamado Gabriel de Araceli. Pero por esas cosas de la vida, llevaba unos cuantos años parado, con el volumen correspondiente al episodio de "Gerona" fijo en la mesilla esperando no se que decisión. Por fin he recomenzado con los "Episodios" y vuelvo a disfrutar con esa historia tan real como apasionante y bien narrada. Los "Episodios Nacionales", leídos con calma y saboreando cada capítulo, son un recorrido delicioso por buena parte de la Historia de España.
Como siempre, uno se encuentra con aguafiestas de todo tipo, desde quien le coloca a D. Benito la etiqueta de anticlerical hasta a quien le escuece que se hable e la historia de España; desde luego, en las novelas de Galdós hay curas que no salen bien parados, pero me parece que el hombre se limita a contar lo que vio y que en el fondo hay un algo de dolor ante una situación que no gusta. de cualquier manera, valor literario indiscutible aparte, los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós son una manifestación de algo que deberíamos a prender todos: el respeto a nuestra historia.
Hace unos años tomé la decisión de ir leyendo, poco a poco, los Episodios Nacionales, manifestaciones de lo que hoy llamaríamos novela histórica y que tienen, sobre las actuales, la ventaja de la inmediatez en el tiempo y el estar escritas por la pluma de un genio. Comencé por "Trafalgar", una visión excelente de nuestra gran y fracasada batalla naval contra el inglés y siguió con todos y cada uno de los capítulos referentes a las primeras escaramuzas napoleónicas en España: "La Corte de Carlos IV", "El 19 de marzo y el 2 de mayo", "Bailén", "Napoleón en Chamartín" y "Zaragoza"; cada cual me gustó más, con la deliciosa narración puesta en boca de ese protagonista de ficción llamado Gabriel de Araceli. Pero por esas cosas de la vida, llevaba unos cuantos años parado, con el volumen correspondiente al episodio de "Gerona" fijo en la mesilla esperando no se que decisión. Por fin he recomenzado con los "Episodios" y vuelvo a disfrutar con esa historia tan real como apasionante y bien narrada. Los "Episodios Nacionales", leídos con calma y saboreando cada capítulo, son un recorrido delicioso por buena parte de la Historia de España.
Como siempre, uno se encuentra con aguafiestas de todo tipo, desde quien le coloca a D. Benito la etiqueta de anticlerical hasta a quien le escuece que se hable e la historia de España; desde luego, en las novelas de Galdós hay curas que no salen bien parados, pero me parece que el hombre se limita a contar lo que vio y que en el fondo hay un algo de dolor ante una situación que no gusta. de cualquier manera, valor literario indiscutible aparte, los "Episodios Nacionales" de Benito Pérez Galdós son una manifestación de algo que deberíamos a prender todos: el respeto a nuestra historia.
12 comentarios:
No los he leído. A ver si un día me pongo a ello. Un beso.
Vale la pena, no lo dudes.
Estoy disfrutando mucho de otra serie de novelas hístoricas que recomendaste anteriormente; "Los Reyes de Hierro"; en principio no me atraen las novelas históricas pero leyendo ésta he tenido que cambiar mi opinión; resulta que me gustan. Por eso no voy a decir que no terminaré por leer Los episodios nacionales.
Quería decir Los reyes malditos...
El problema de los Episodios nacionales es que son muchos ... ;) pero poco a poco uno va haciendo.
Me gusta muchísimo Galdós , he leido muchas novelas suyas ,lamentablemente no he leido nada de sus episodios,y quiero hacerlo ,claro que se me van acumulando las lecturas a un ritmo....
De todas formas a veces pienso y es triste que escritores del s.XIX que a nosotros nos dicen tanto , vemos actuales,y nos maravilla su forma de describir ,a los chicos jóvenes de hoy (alumnos de la ESO Y bachillerato)les debe sonar a chino tanto lo que cuentan como el vocabulario que emplean.
Un saludo
Sí, es una pena que haya quienes se refieran a "un tal Galdós" ...
Un grande con todas las letras. Su Trafalgar es un libro fabuloso. Con los años del bicentenario voy releyendo algunos de sus Episodios... Napoleón en Chamartín en marcha. Pero de las obras que he leído, recomiendo Miau. Extraordinaria.
"Miau" lo tengo pendiente, como "Doña Perfecta".
Creo que España toco algún que otro solo de trompeta en la orquesta de la humanidad. No hay que obsesionarse pero hay que recordarlo.
Una frase tan ingeniosa como cierta.
Como un descendiente de vascos, criado en Madrid y habiendo vivido mucho tiempo en Las Palmas, siempre he lamentado mucho que quizás por haberse establecido en Madrid, en su tierra natal se le haya tenido quizás a Galdós un poco de manía en su propia tierra. Es muy dificil poder juzgar hoy con nuestra mentalidad del siglo XXI lo que hablaban, pensaban o sentían las personas del siglo XIX. He tenido ocasión de leer por esas cosas de la vida en internet incluso diarios escritos en 1888 de personas importantes relacionadas con la época de mis bisabuelos y desde luego, incluso a veces resulta dificil de saber de lo que están hablando, casi en verso por cierto, y de como sienten tanto y con tanta intensidad cualquier acontecimiento cotidiano y sin importancia con la mentalidad actual. En cualquier caso, basta leer unos cuantos párrafos de cualquier novela de Galdós, para darse cuenta que es un escritor genial de los caracteres humanos
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