5 de diciembre de 2011

Noticias deportivas del fin de semana

No es que el pasado fin de semana viniera cargado de noticias deportivas, pero las que hubo tuvieron suficiente calado como para dedicarles unas pocas letras. Por encima de los temas de la liga, que nos dejaron a un Real Madrid y un F.C. Barcelona que preparan con victorias y en forma el derby del sábado, a un Zaragoza del que es mejor no hablar y, hay que decirlo, un Huesca que ha iniciado una recuperación que hay que desear que confirme, los rumores en torno a la configuración de las escuderías de Fórmula-1 para el próximo año o la conmemoración del 22 aniversario de un inesperado hecho luctuoso que conmovió a los aficionados al balón-cesto de otras épocas como fue la muerte en accidente de automóvil del mítico pivot del Real Madrid y la selección española Fernando Martín, la expectación estaba ubicada desde el viernes en el estadio de La cartuja de Sevilla, donde España se jugaba la Final de la Copa Davis de tenis frente a los argentinos: afortunadamente la cosa terminó bien y todos nos alegramos, por mor que el domingo los teletipos trajeron la triste noticia de la desaparición de un genio del fútbol.

España era la gran favorita en su partido frente a Argentina: ya había ganado cuatro finales, jugaba en casa y tiene en sus filas al gran Rafa Nadal, pero a la hora de la verdad imponerse a los albicelestes ha costado sangre, sudor y lágrimas y salvo el primer encuentro en el que Nadal barrió literalmente Mónaco, número dos argentino, en los demás encuentros las pasamos canutas: los doblistas David Nalbandian y Eduardo Schwank pasaron materialmente por la piedra a Verdasco y Feliciano, confirmando los temores que expresé hace poco aquí mismo de que estos chicos tan galanes no estuvieran a la altura, y el númber one sudamericano Juan Martín del Potro ha hecho sudar la gota gorda tanto a David Ferrer como al mismísimo Nadal, tanto que en ambos partidos hubo momentos en que parecía que se iba a imponer del Potro. Afortunadamente el público de Sevilla levantó a los jugadores y tanto Nadal como Ferrer supieron demostrar que saben estar a las duras y a las maduras y son fuertes psíquicamente y fueron capaces de levantarse cuando estaban contra las cuerdas. Eso sí, el ambiente creado por ambas aficiones, ruidosas y provocadoras como nadie, me hizo pensar que o los tiempos han cambiado mucho, o no acabamos de estar a la altura de las grandes canchas de tenis, porque no me imagino ni a los espectadores de Wimbledon abucheando al tenista que sacaba ni a la Duquesa de Kent dándose grandes abrazos con el vecino de asiento. De cualquier manera bienvenida sea la quinta ensaladera en poco más de diez años, que aún recuerdo aquellos tiempos de Santana, Arilla, Orantes y cía en los que no solíamos pasar de semifinales y las dos veces que llegamos a la Final, cómo fuimos barridos por los leñadores" australianos Emerson, Newcombe, Roche, etc.

Tras presenciar el emocionantísimo final del encuentro que disputaron Nadal y del Potro, me enteré de la noticia del fallecimiento en Sao Paulo a la edad de 57 años del futbolista Sócrates. Sócrates Brasileiro Sampaio de Souza Vieira de Oliveira fue uno de esos futbolistas brasileños que ´convertían el fútbol en arte; con una planta excepcional y una elegancia soberana al correr por el campo y jugar la pelota, Sócrates era el típico interior ofensivo, que se imponía a sus rivales por poderío, dominaba el cuero como nadie y tenía un disparo excepcional. Sócrates comenzó jugando en el Botafogo, aunque el club donde cuajó como figura del fútbol fue el Corinthias, fichando en 1984 por la Fiorentina, donde solamente estuvo un año y regresando a Brasil donde jugó en otros dos históricos, Santos y Flamingo, para volver al final a Botafogo. No obstante, donde me convertí en admirador irredento de Sócrates, al que llamaban "Doctor" por haber estudiado medicina en su país, fue en el Mundial de España-1982, donde el carioca formó un equipo de ensueño que jugaba un fútbol espectacular y preciosista junto a Zico -el "Pelé blanco"-, Falçao, Tonhino Cerezo, Eder y cía. Brasil cayó en cuartos frente a la Italia que entrenaba Enzo Bearzot en aquél histórico encuentro en el demolido campo de Sarriá en el que perdió la "canarinha" frente a Rossi, Atognoni, Scirea, Zoff, ... pero ganó el fútbol. Descanse en paz un futbolista de otra galaxia.


10 comentarios:

paterfamilias dijo...

¿Sócrates era aquel jugador que tenía unos pies pequeños para su altura y que lanzó algún penalty de tacón, de espaldas a la portería?

Modestino dijo...

Efectivamente, debía calzar un 39 o 40. En cuanto al penaltui de tacón, aquí tienes un vídeo elocuente:

http://www.youtube.com/watch?v=m7dFeY6kl1k

veronicia dijo...

La primera vez que escucho hablar del futbolista Socrates; he visto el vídeo y tiene técnica extraordinaria me ha recordado a Z. Zidane.

Modestino dijo...

Efectivamente, como Zinedine Zidane, Sócrates tenía una planta impresionante y con ella y su estilo elegante y poderoso de jugar parecía que llenaba todo el campo.

Tommy dijo...

¿22 años de la desaparición de Fernando Martín? Ya me veo otra vez a Anita Obregón paseando de plató en plató su inconsolable tristeza por haber perdido al que fue el amor de su vida, sentimiento que, por lo que tengo entendido, no era correspondido en absoluto en la época en que Martín se dejó la vida en la M-30. La pena es que no pueda replicar. Eso se llama indefensión.

Modestino dijo...

Ignoraba lo de la Obregón, pero no, no le pegaba nada.

tomae dijo...

...el mejor partido de fúbol que he visto en mi vida fue en el campo de Sarrià de Barcelona en los mundiales del 82 (Jugaba Socrátes) ...
aquel Italia-Brasil !!! (o Brasil-Italia)

¿os fijasteis que en el equipamiento Argentino de la Davis el patrocinador era YPF? ¿no debería ser Repsol-YPF?

Feliz Consti...!

Modestino dijo...

Alguien bautizó aquel encuentro como "el partido en el que ganamos todos".

Éric Cantona dijo...

Creo que la narración que hace el periodista Santiago Segurola de una cena con el gran Sócrates hace algunos años no tiene desperdicio. La pego a continuación:

"Me entristeció muchísimo la noticia de la muerte de Sócrates. Me vino a la memoria una noche en México DF, en un restaurante, donde le conocí hace seis o siete años. Fue una noche memorable, con unas cuantas cervezas en la mesa, y una conversación larga, de las que quieres que no terminen jamás. Estaba su hijo Fidel -no hace falta decir de dónde le viene el nombre- y el chico estaba preocupado por la salud del padre. Quería evitarle la cerveza. Sócrates me pareció uno de esos tipos que rebasan los límites, en el mejor sentido de la palabra, un hombre fuera de lo común, un hedonista con un tremendo compromiso social. Habló con orgullo del nacimiento de la famosa Democracia Corintiana, aquella especie de cooperativa en la que los jugadores decidían tanto o más que los dirigentes del club, un periodo que Sócrates consideró paradisiaco y que algún colega, como Leao, el portero internacional del Corinthians, ha considerado anárquico, una simple coartada para los excesos de algunos jugadores que bebían, trasnochaban y ponían todas las reglas que permitían un estilo de vida muy poco profesional. Sin embargo, los resultados no dicen lo mismo: aquel Corinthians vivió su edad de oro en aquella etapa, con tres títulos. Sócrates era su líder, un jugador nacido en la miseria en una familia obrera, en la que su padre tenía grandes metas para sus hijos. Para empezar les puso nombres de filósofos griegos: a uno, Sócrates, a otro, Sófocles. Sócrates estuvo a la altura de las expectativas del padre: se licenció en Medicina y nunca olvidó su compromiso social. En el Corinthians fue el promotor de varias acciones contra la dictadura militar en Brasil, en medio de la irritación de Joao Havelange, el todopoderoso presidente de la FIFA y buen aliado de la dictadura militar brasileña. Sócrates siempre fue coherente con sus convicciones políticas y futbolísticas. Era una estrella por derecho, un brasileño que detestaba la desnaturalización del fútbol de su país. Capitán de Brasil en el Mundial de 1982, brilló como ninguno en aquella media mágica: Toninho Cerezo, Sócrates, Falcao y Zico. Pocos equipos han jugado mejor y han hecho tanto por el fútbol como aquel Brasil. No ganó, ¿y qué? Todo el mundo recuerda a esa selección. Cuando perdió con Italia, los jugadores estaban destrozados. A Sócrates, en cambio, no se le alteró el carácter. "Sí, hemos perdido, pero hemos sido fieles a nuestros ideales. Es lo que importa", dijo tras el partido. Pasó un año en la Fiorentina. Recuerdo que en aquella cena dijo que su recuerdo de Florencia era el frío, un frío que le resultaba insoportable. Regresó a Brasil y jugó el Mundial de 1986. No era el mismo aunque dejó algún gran detalle. Como jugador tenía esa cosa tan rara de Van Basten: un jugador altísimo -1,91 metros- que se movía como Nijinsky. Impresionaba su armonía y elegancia, con aquel pasito corto, la conducción perfecta, el pase preciso y la solución creativa para cualquier problema, incluido un tiro mortal de media distancia y una tremenda capacidad para asaltar el área. Aquella noche nos habló de la corrupción en el fútbol y en la política brasileña, su odiio por la represión policial, su comprensión por algunas formas de organización social en las favelas, a las que consideraba una especie de Estado dentro del Estado. Una noche inolvidable, en fin, con un jugador maravilloso y una persona que excedía lo común.

Modestino dijo...

Magnífico el relato de Segurola, uno de los grandes del periodismo deportivo actual, no cabe añadir ni una coma. Gracias, Eric!.