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2 de agosto de 2014

Nos puede el WhatsApp


En diversas ocasiones he tenido la impresión de que el WhatsApp se ha apoderado de nuestras almas; ya no se trata solamente de la constancia de algunos en mandar mensajes, comentar cosas o enviar chorradas a diestro y siniestro, sino también comprobar cómo en las conversaciones que casi sin querer escuchas por la calle y en los medios públicos se reitera una frecuente, casi diría que continua, referencia a la puñetera aplicación. El WhatsApp protagoniza nuestras vidas y nos está quitando espontaneidad, frescura, diálogo y hasta bagaje cultural.

Incluso se ha acuñado un nuevo verbo: "guasapear": "yo guasapeo, tu guasapeas, él guasapea, ...", con sujetos en permanente situación de  gerundio -"guasapeando"- y otros de participio -"guasapeado"-, sin que quepa descartar que terminemos cualquier día en imperativo. La acción del guasapeo nos quita intimidad, diálogo y tranquilidad.  Hemos pasado de las tertulias culturales en cafés de estilo, los conciertos en auditorios y la platea del teatro a reuniones de autistas dándole al móvil y riendo a solas gracias intrascendentes, sino groseras.

Sin duda, antes éramos más sociales y compartíamos nuestras satisfacciones, risas y tristezas con los amigos; si aplaudíamos enfervorizados lo hacíamos al compás de quienes nos acompañaban, si una conferencia era brillante guiñábamos el ojo al de al lado y si en el teatro un actor la había pifiado le dábamos un discreto codazo al vecino; ahora el codazo se ha convertido en un timbre de sonido imprevisible: el WhatsApp es como llevar al amigo impertinente en el bolsillo.

Me temo que el tema también se nos está cargando el romanticismo; nuestros abuelos se declaraban en la celosía de la ventana, mandando flores  y hasta cantando una serenata; con los años todo se soltó más, pero aún duraba el romanticismo sacando a la chica a bailar, acompañándola a casa e incluso buscando la discreción del coche y la calle oscura.. Ahora los novios se relacionan por WhatsApp, ... ¡vaya lugar frío y desabrido para compartir el amor!. Y es que el WhatsApp no permite ni las palabras tiernas,  las miradas dulces ni los gestos cómplices ... no te vas a agarrar al cuello del móvil..

Mis amigos más inteligentes no tienen la aplicación, ¡ya decía yo que son tipos listos!.

6 comentarios:

  1. El “¿Qué hay de Nuevo?” hace tiempo que corre los EEUU, Modestino Recordarás también aquel “¿Qué hay de nuevo viejo?” que decía el mismo Bugs Bonny.

    Y sí en el tiempo que apareció ese anuncio de cerveza americana hubiera habido la tecnología que hay ahora con la respectiva aplicación que mencionas, puedes imaginar el efecto que hubiera producido la expresión …


    What’s up?


    ...oye "viejo" ;) Pásate alguna vez por mi casa, digo yo. :):):)

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