3 de marzo de 2013

Muere una actriz de carácter

El martes 26 de febrero falleció en Madrid María Asquerino, una de las actrices más notables de su generación; había nacido en Madrid y contaba 86 años. La verdad es que mis mayores conocimientos del trabajo de los actores la segunda mitad del siglo pasado viene de sus trabajos en televisión, medio del que no era muy asidua la actriz fallecida, por lo que tengo que hablar más bien de oídas. Mi primer recuerdo viene de una entrevista que le hicieron en la tele junto a Ana Mariscal, otra actriz de su misma época y de la que me queda la imagen de una Mariscal mucho más natural que María Asquerino, que rezumaba personalidad y cierta afectación. María Asquerino fue sin duda una mujer especial, de carácter fuerte y muy individualista, como lo demuestra el hecho de que afirmaba que tras su retirada en 2008 se dedicaba a leer la prensa y callejear. Las primeras noticias que acompañaron al triste evento de su muerte nos hablaban de que nadie había acudido a la Fundación "Jiménez Díaz" a recoger el cadáver de la actriz, quien por lo visto no tenía en la actualidad familiar alguno. María Asquerino era, ante todo, actriz de teatro, una de esas grandes damas de la escena como lo fueron Mary Carrillo, Nuria Espert, Amparo Rivelles, Amparo Soler Leal o las hermanas Gutiérrez Caba.


María Asquerino era, por encima de todo, una actriz de teatro, ese mundo maravilloso de estrenos y giras, de trabajo constante donde el actor tiene que repetir su papel día sí, día también, en ocasiones hasta varias veces. La lista de obras en las que trabajó es larguísima y sólo con citar algunas nos damos cuenta de la capacidad de adaptarse a todo tipo de teatro de la actriz: «Eloísa está debajo de un almendro» (1940) y «Un marido de ida y vuelta» (1952), de Jardiel Poncela, «La ciudad alegre y confiada» (1951), de Jacinto Benavente, «Madrugada» (1953) y «El sueño de la razón» (1970), de Buero Vallejo, «Una muchachita de Valladolid» (1957), de Joaquín Calvo Sotelo, «El chico de los Winslow» (1958),de Terence Rattigan, «Esta noche es la víspera» (1958) y «Tengo un millón» (1960), de Víctor Ruiz Iriarte, «La cornada» (1960), de Alfonso Sastre, «La bella malmaridada» (1962), de Lope de Vega, «Epitafio para un soñador» (1965), de Adolfo Prego, «El zapato de raso» (1965), de Paul Claudel, «Espejo para dos mujeres» (1965), de Jaime Salom, «Sola en la oscuridad» (1967),de Frederic Knott, «Anillos para una dama» (1973), de Antonio Gala, «Motín de brujas» (1980) y «Algún día trabajaremos juntas» (1997), de Josep María Benet, «La gaviota» (1981), de Anton Chejov, «Farsa y licencia de la Reina Castiza» (1986), de Valle Inclán, «Hipólito» (1995) de Eurípides y «Roberto Zucco» (2005), de Bernard-Marie Koltès. Es de destacar su papel de Doña Jimena en "Anillos para una dama", como señala El País, una "obra que le dio popularidad y fama con su papel de doña Jimena, viuda del Cid. María Asquerino, vestida con un llamativo traje de Elio Berhanyer, se paseaba por el escenario con una cinta de raso que cubría discretamente su pecho. Una vez muerto Franco, se eliminó dicha cinta dejando al descubierto su busto... José Luis Alonso dirigió a María con la seguridad de que el personaje y la actriz se entremezclaban sin límites".

Cuentan que su gran papel en el cine lo hizo en 1950 en la película de José Antonio Nieves Conde "Surcos", interpretando a una mujer llamada Pili con una actuación que equiparó alguno a las grandes musas del neorrealismo italiano. EN su currículum cinematográfico figuran películas como "Ese oscuro objeto del deseo" (1977), candidata al oscar con Luis Buñuel, tres películas dirigidas por Fernando Fernán Gómez como "Mambrú se fue a la guerra" (1986), "El mar y el tiempo" (1989) y "Fuera de juego" (1991) y otras más recientes como "Nadie hablará de nosotras cuando hayamos muerto" (1995), de Agustín Díaz Yanes, "La comunidad" (2000), de Álex de la Iglesia y "Tiovivo c. 1950" (2004), de José Luis Garci. En 1989 ganó el "Goya" a la mejor actriz de reparto por la citada "El mar y el tiempo", mientras en 2008 la Unión de actores le daba el premio "Toda una vida" por el conjunto de su carrera. Haciendo labor de "espigueo" uno encuentra su nombre en repartos como el de "Agustina de Aragón" y "Pequeñeces" (1950), de Juan de Orduña, "Teatro Apolo" (1950) y "La otra vida del capitán Contreras" (1955) , de Rafael Gil, "Tarde de toros" (1956), de Ladislao Vadja, "La noche y el alba" (1958), de José María Forqué, "La tonta del bote" (1970), de Juan de Orduña, "Goya, historia de una soledad" (1971), de Nino Quevedo, "Nadie oyó gritar" (1973), de Eloy de la Iglesia, "Tres palabras" (1993), de Antonio Giménez Rico y "Muertos de risa" (1999), de Alex de la Iglesia.

María Aquerino publicó sus memorias, en las que hablaba de una infancia triste y un matrimonio desgraciado; fue asidua de las tertulias nocturnas de "Oliver" y "Bocaccio", junto a personbajes tan significativos como Juan Diego, José Luis Coll, Paco Valladares, José Luis Balbín, ... Murió solitariamente, aunque al final se vio cumplido su deseo de que su cadaver quedara expuesto en el Teatro Español. Descanse en paz.

8 comentarios:

veronicia dijo...

Parece que sus compañeros de profesión, los que la conocieron, han hablado muy bien de ella y si se han preocupado por que su asociación se hiciera cargo del funeral...
En cualquier caso me parece muy triste

Modestino dijo...

La soledad no buscada es mala cosa.

sunsi dijo...

No sabía nada de la vida de María Asquerino. Sí es cierto que se veía que era una mujer de cabeza a pies, pero esta soledad tan radical... Se me ha encogido el alma.

Descanse en paz.

Un saludo, Modestino.

Ahora estoy aquí:
http://crecidasyafluentes.blogspot.com.es/

Modestino dijo...

A ver si me paso a verte.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...
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